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¿Qué hacemos con Alba Recio?

(Fuente: Mediaset)

En los últimos años, uno de los debates que más polvareda han levantado en la industria audiovisual ha sido el de si los intérpretes cisgénero debían dejar de acaparar los (pocos) papeles de personajes trans en favor de actores y actrices trans que tienen muchas menos oportunidades en el sector. Y después de varias polémicas que han tocado a actrices como Scarlett Johansson o Halle Berry —esta última publicó una sentida disculpa, asumiendo su error y que había aprendido del asunto—, se ha llegado a una conclusión más o menos unánime de que sí, lo idóneo es que personas trans ocupen ese puesto.

En la ficción nacional la herida se reabría en abril del año pasado cuando se supo que Belén Cuesta interpretaba a una mujer trans en La casa de papel, algo que se percibía entre lo anticuado y lo inoportuno, pues llegaba justo después de que Veneno demostrase que sí había mujeres trans que podían brillar en la pantalla. Porque ese fue el argumento durante mucho tiempo para no buscar a personas trans para papeles trans: es que igual no valen para la interpretación. Eso fue lo que dijeron cuando La casa de las flores fichó a Paco León para interpretar a María José. Luego, Isabel Torres y Daniela Santiago cerraron bocas. En Hollywood, a otra escala, también se ha vivido una evolución similar en cuanto a estar conversación social.

Y ahora llegamos a lo que anuncia el titular: Alba Recio. Sí, nos referimos al personaje trans de La que se avecina que interpreta Víctor Palmero y que lleva ya varios años integrado en el ecosistema de Mirador de Montepinar. La hija de los Recio suele ser el blanco de muchas iras y el ejemplo de cómo hacerlo mal: ¿por qué el único personaje trans de la serie lo interpreta un hombre cis con peluca y poniendo voz aguda?, ¿no es una mera caricatura?, ¿replica clichés hirientes? Es un debate pertinente pero, para ser justos, también hay que valorar el contexto en el que nace el personaje.

Alba Recio llega a La que se avecina en 2015 y se convierte en uno de los pocos, si no el único, personaje trans de la ficción española en aquel momento. Es un personaje que no nace para ser ridiculizado per se, pues Alba recibe por ser trans lo mismo que cualquiera de sus vecinos por ser alto, bajo, gordo, feo, facha, viejo o trepa, ni más ni menos que otros personajes. Y siempre hay un punto de moraleja positiva que subyace en la ficción; es sencillo entender que la intención es mostrar al que se meta con ella como el cromañón de turno. Y, repito, era 2015 cuando llega y eso es importante.

Fue en 2014, un año antes, cuando en Estados Unidos se estrenó Transparent, una de las primeras ficciones con las que se puso sobre la mesa el tema de los intérpretes trans. Pero no lo hizo de entrada, pues para interpretar a Moira, la mujer trans que empieza su transición en la tercera edad, se eligió a un hombre. No solo eso. Tambor ganaría el Emmy por este papel durante las dos primeras temporadas de la serie y estaría nominado durante la tercera. Todo eran aplausos por el protagonista pues, por aquel entonces, nadie veía raro que una mujer cis fuese interpretada por un hombre caracterizado. Sin embargo, la conversación empezó a sonar —el propio Jeffrey Tambor dijo en uno de los muchos discursos de premios que dio que debía haber un cambio—, propiciados principalmente por Laverne Cox, que había puesto la pica en Flandes con Orange is the new black, estrenada un año antes que Transparent.

Así las cosas, el problema con Alba Recio no es tanto que se crease así —en tanto en cuanto que en aquel momento había la misma conciencia sobre el tema— sino que, debido al éxito y la longevidad de la serie, aquella decisión de casting haya perdurado y ya no se perciba tan inocua. Y es una jodienda, ciertamente. Afortunadamente para La que se avecina, la temporada 12 ha sido un punto y aparte en su recorrido y, de cara a la siguiente, van a reconfigurarlo todo. Y es una oportunidad también para repensar qué hacer con Alba Recio. En mi opinión, lo ideal sería darle otro papel a Palmero (a fin de cuentas, el juego meta y los actores que cambian de personaje está en el ADN de la serie desde su concepción) y dejar atrás a Alba. Eso sí, para incluir otro personaje trans más acorde a los tiempos.

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