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Por qué Vertigo, el sello adulto de DC Comics, era una mina de oro para las series

La serie ‘Lucifer’ parte de un cómic de Vertigo. (Fuente: Netflix)

Los cómics llevan tiempo siendo la piedra filosofal de la industria de las series. Entre sus páginas se gestan montones de historias dadas a la fantasía y a las extensiones considerables que se prestan con facilidad a adaptaciones televisivas; de hecho, si vas a una tienda de tebeos ahora mismo, es probable que te topes en los escaparates con las simientes de las que serán series de éxito en cosa de diez años. Vertigo, el sello adulto de la editorial DC Comics, editaba muchas de esas historias. Ahora, por primera vez en 30 años, los productores de televisión no pueden acudir a su catálogo a la caza de ideas.

Vertigo nació en 1993 para albergar las historietas “for mature readers” que DC llevaba produciendo desde la década anterior, cargadas de violencia, sexo, lenguaje malsonante y otros ingredientes de impacto que la marca quería mantener lejos de sus publicaciones principales. Un acto de pacatería, sí, pero también una reverencia al órgano censor –ya entonces moribundo– de la Comics Code Authority. Fue la editora Karen Berger quien recogió historias originales y otras ya existentes en del universo DC convencional y se las llevó a Vertigo, tuteladas por una buena ristra de provocadores guionistas británicos. En 2020, tras un intento de relanzamiento poco exitoso, la compañía decidió acabar con Vertigo y trasladar todos los cómics de su biblioteca al sello DC Black Label, del mismo espíritu.

Seguro que incluso los menos aficionados a los tebeos habrán visto de reojo alguna serie de televisión basada en una obra made in Vertigo. Que el tristemente desaparecido sello era una verdadera mina de oro para el Hollywood de la pequeña pantalla lo prueban la existencia de Lucifer, de la que se espera que concluya su sexta temporada en Netflix; Preacher, disponible completa en HBO España; o iZombie, ahora en Netflix tras su paso por AXN. Las tres beben de historietas del mismo nombre, aunque Lucifer, en realidad, es un personaje salido de otro cómic, quizá el mejor de todos los tiempos: Sandman, de Neil Gaiman.

Puede que la encarnación de Belcebú ideada por Gaiman (cabeza creadora, también, de American Gods y Good Omens, ambas en Amazon Prime Video) sea el personaje que más se ha paseado por las adaptaciones audiovisuales de los cómics de Vertigo. Además de en su propia serie, que lleva en emisión desde 2016 y funciona a toda máquina, el personaje ha aparecido en una película inspirada en las páginas de Hellblazer y en algún crossover del Arrowverso, ya en la piel de Tom Ellis, su intérprete más reciente.

Ese otro tebeo, Hellblazer, sobre el rudo exorcista John Constantine, tiene una de las premisas más apetecibles del cómic moderno: un procedimental forense pero sustituyendo los asesinatos en callejones por temibles encantamientos y chimpancés poseídos. Una trama así no podría prestarse más a ser adaptada en forma de serie; sin embargo, Constantine (así se llamó la producción de NBC) solo duró una temporada. Por suerte para sus fans, que son muchos, el espiritista interpretado por Matt Ryan lleva siendo un habitual de Legends of Tomorrow desde que esta (que aquí se ve en HBO España) lo rescatara en su tercera entrega.

El caso de Constantine nos recuerda que los cómics de Vertigo son adultos, pero también muy excéntricos. Si el sello ha existido tan cómodamente en el arcén del flujo habitual de publicación de DC es porque las obras que firmaban sus autores respondían a temáticas, gustos y estilos de carácter periférico: aventuras libérrimas en formato y planteamiento, en las antípodas del grueso de las cruzadas de Batman y otros encapuchados. Si uno se acerca a un álbum de Vertigo (preferiblemente de esos que aún llevan impreso el precio en pesetas), se expone a toparse con prácticamente cualquier cosa. Quizá por eso las series basadas en tebeos del sello corren suertes tan dispares.

Contra el rotundo éxito de Lucifer se recortan fracasos como el de The Swamp Thing, una serie basada en la Cosa del Pantano –un personaje antiguo recuperado entre las páginas de Vertigo, como tantos otros– y cancelada antes de que TNT Now pudiera estrenar en España su primer episodio. Sí ha tenido más fortuna la Doom Patrol (equipo de tebeo con una segunda vida en el sello), que escapa de la extinta plataforma DC Universe para seguir emitiéndose en HBO Max. En el extremo opuesto estaría Érase una vez, la potente fantasía de ABC. Tres años antes de su estreno, la cadena había comprado los derechos de adaptación de un cómic de Bill Willingham para Vertigo, Fábulas, de premisa muy similar: personajes de cuento en el mundo moderno. Los productores ejecutivos de Érase una vez reconocieron haber leído algún que otro cómic del autor, pero negaron cualquier otro parecido.

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