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Shonda Rhimes, la reina de la televisión

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Shonda Rhimes, durante su charla TED sobre su libro, ‘The year of yes’. (Fuente: TED)

El fichaje de Shonda Rhimes por Netflix, anunciado hace unos días, ha sido una de las noticias más sorprendentes que han salido de Hollywood recientemente. Rhimes se había convertido en la reina Midas de la cadena ABC, en la gran productora de las networks, algo así como una contrapartida en femenino de Dick Wolf, el creador de las sagas de Ley y orden y la iniciada con Chicago Fire. Sin embargo, su acuerdo de producción con ABC había finalizado en junio, y ella ya había expresado su intención de llevarse su imperio Shondaland a otra parte.

¿Qué es lo que se lleva Netflix? Una productora que, aunque últimamente ha tenido algunos fracasos, ha sido de las más eficaces a la hora de crear series en abierto que todavía pueden enganchar a la audiencia como antaño. Anatomía de Grey y Scandal pueden ser las dos grandes joyas de la corona de Shondaland, pero Rhimes no empezó pergeñando dramas de network sobre mujeres fuertes y contradictorias.

Empezó escribiendo guiones para tv movies sobre ese tipo de mujeres. Tras una brevísima carrera en publicidad, Rhimes, que se mudó a San Francisco desde su Chicago natal para estudiar guión en la prestigiosa Universidad del Sur de California, logró una beca con la compañía de Debra Martin Chase, la primera mujer negra en tener un acuerdo importante con un gran estudio (Disney, en su caso). El apoyo de Chase fue instrumental para que Rhimes consiguiera poner un pie de Hollywood, aunque también tuvo que pasar su etapa de realizar todo tipo de otros trabajos para pagar el alquiler.

¿Qué pinta Shonda Rhimes con Britney Spears?

El primer guión firmado por Rhimes fue Introducing Dorothy Dandridge, una tv movie para HBO dirigida por Martha Coolidge y que fue el descubrimiento de Halle Berry. Interpretaba a la primera actriz negra en ser nominada al Oscar a mejor actriz (en 1954, por Carmen Jones), intérprete y cantante que había sido pionera en que se tomara en serio a las actrices negras en Hollywood, pero que había fallecido con sólo 42 años y había tenido una complicada vida privada.

De un proyecto de prestigio, aunque fuera para televisión, Rhimes pasó a uno de los trabajos más peculiares de su currículum: Crossroads, película hecha a mayor gloria de una Britney Spears en la cima de su éxito pop.

Entre esto y su escritura del libreto de Princesa por sorpresa 2, cualquiera que sólo conozca a Rhimes por sus series puede llevarse una gran sorpresa, pero esos trabajos la situaron en la órbita de Disney y su cadena ABC, y la llevaron al lugar donde ha forjado su imperio, la televisión.

Meredith Grey lo cambió todo

Shonda Rhimes ha contado en varias ocasiones que Buffy, cazavampiros tiene gran parte de la culpa de que redescubriera lo que le gustaba de la televisión y de las posibilidades que ofrecía. Decía en The Hollywood Reporter que “Buffy me inspiró, principalmente porque se veía muy fresca y nueva, como que no se había visto nada igual en televisión antes”. Así que, en 2003, Rhimes escribió su primer piloto para ABC, una historia sobre jóvenes corresponsales de guerra que, aunque no vio la luz, ya apuntaba por dónde se moverían las producciones de Shondaland.

La primera de ellas en estrenarse fue Anatomía de Grey. Era un estreno de midseason de aquella temporada 2004/05 que revolucionó la televisión en abierto en Estados Unidos, y un estreno de sólo ocho episodios. Si la audiencia no conectaba con aquel drama médico en el que las relaciones sentimentales de sus protagonistas eran tan importantes como su trabajo, se habría terminado pronto.

Pero la audiencia sí conectó con Meredith Grey. Justo aquella ligereza inicial de la serie era un soplo de aire fresco que le ha permitido sobrevivir hasta estar a punto de estrenar su 13ª temporada y haber tenido un spin-off, Sin cita previa.

Anatomía de Grey relanzó la carrera de Patrick Dempsey, sobrevivió a aquel escándalo inicial de la pelea entre Isaiah Washington y T.R. Knight, a la marcha, en términos poco amistosos, de Katherine Heigl, ha puesto en el mapa a actores como la propia Ellen Pompeo, Sandra Oh, Sara Ramírez, Eric Dane o Kate Walsh, y permitió a Rhimes expandir su marca por ABC.

En todas las temporadas desde entonces tenía, al menos, una serie nueva en la cadena. No todas funcionaban (Off the map y la reciente Still star-crossed son sus dos mayores fracasos), pero en su mayoría se convertían, al menos en éxitos de audiencia fiables. Hasta que llegó Scandal y se convirtió, además, en un pequeño fenómeno pop.

Los jueves de Shonda

Los “gladiadores con traje” de Olivia Pope también se estrenaron en midseason, la de 2011/12, y la paciencia de ABC con ellos surtió efecto a partir de la segunda temporada, cuando las manipulaciones en la Casa Blanca que mostraba la serie engancharon al público sin remedio. Durante dos entregas, fue una de las series de las que más se escribió en los medios estadounidenses, completamente obsesionados con la fantasía de la relación extramarital entre el presidente (blanco y republicano) y la fixer política Pope (una mujer negra con mucho poder). Hasta llegó a decirse que Scandal representaba cómo era Washington de una manera mucho más acertada que House of cards.

El éxito de la serie hizo que ABC se animara a crear, hace unas tres temporadas, su bloque Thank God is Thursday, una especie de homenaje a sus viernes TGIF de comedias familiares en los 90, pero sólo con series de Shondaland. En esa noche se emiten Anatomía de Grey, Cómo defender a un asesino y Scandal, y aunque sus audiencias hayan ido decayendo, sigue siendo un bloque que le funciona más que bien a la cadena.

Rhimes se dedica desde su productora, que dirige junto a Betsy Beers, a apoyar y dar oportunidades a los talentos internos, promocionándolos desde que son asistentes de guionistas a showrunners. El creador de la nueva serie de la productora para ABC, For the people, es un ex guionista de Scandal, Paul William Davies.

El episodio de la semana: ‘Anatomía de Grey’
El episodio embotellado, ‘In the Air Tonight’, pone un punto y aparte en la historia de Meredithfueradeseries.com

Las series producidas por Rhimes han generado más de 2.000 millones de dólares de beneficios para ABC, así que el acuerdo que haya firmado con Netflix no será, precisamente, por calderilla. Y demuestra que el gigante de streaming busca a los productores de mayor peso en la industria con los que pueda contar.

En sus propias palabras

Shonda Rhimes no es una persona que se prodigue en apariciones públicas. Sin embargo, hace un par de años publicó un libro, Year of yes, sobre cómo decidió cambiar su vida proponiéndose decir que sí a cosas que antes no se habría atrevido, y dio una charla TED sobre él en la que también desvela algunas cosas sobre su método de trabajo.

marina

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