Úrsula Corberó, en la segunda temporada de ‘Snatch’. (Fuente: Sony TV)
Snatch, adaptación de la película del mismo título de Guy Ritchie, fue una de las primeras series de producción propia de Crackle, plataforma de vídeo en streaming que Sony tiene operativa en Estados Unidos y Latinoamérica. Su historia es sencilla: los Hill son una familia de gangsters de poca monta que se topan con un camión lleno de oro, lo que los sitúa en el punto de mira de gente muy poco recomendable hasta para ellos. La serie buscaba trasladar el espíritu gamberro e irreverente de la película y, sobre todo, quería jugar con todos los clichés y los tópicos de los delincuentes ingleses.
Para su segunda entrega, esa misma filosofía se traslada a la Costa del Sol, donde los Hill se esconden de sus enemigos. Esperan pasarlo bien en un barco lleno de dinero hasta que, por supuesto, todo se tuerce. Y ahí entran en juego diferentes personajes locales.
Ésa es la excusa para que Snatch, que llega hoy a Orange Series, refresque sus dinámicas introduciendo a Tristán Ulloa y Úrsula Corberó, dos de los actores españoles que se suman a los nuevos capítulos. Su papel en la temporada está resumido por Ulloa en que “venían ellos (los Hill) a montar su chiringuito y no les hemos dejado”, y los tira y afloja entre los gangsters ingleses y sus rivales españoles son el tema de la temporada.
Ambos representan el salto internacional que la ficción española ha dado en los últimos meses. Corberó es una de las protagonistas de La casa de papel, el gran fenómeno de Netflix en ficciones no habladas en inglés, y Ulloa empezó hace poco su propia andadura en la plataforma de streaming con la inclusión de Fariña en su catálogo. Además, él ha participado en Terminator 6, rodada en España, y ya tenía cierta experiencia en rodar en otro idioma, algo que para ella era más nuevo. Pero cualquier dificultad que pudieran tener con el lenguaje iba bien para sus personajes, nativos del pueblo ficticio de la Costa del Sol donde transcurre todo, San Toledo.
Que la región no se retrate desde una óptica realista ayuda a construir el universo particular de la serie y Ulloa asegura también que les ha servido para “perder el miedo a hacer ese tipo de personajes más peliculeros. El sello de la serie es un poco ése también. Hay mucho humor y hay un punto en el que los personajes ni ellos mismos se toman muy en serio. Hay unos guiños no hacia cámara, pero sí hacia el espectador”. “Cuando me veo en la serie, me veo un poco de videojuego”, añade Corberó, que interpreta a, en sus propias palabras, “una chica dura, cañera, que no se deja tomar el pelo por nadie” y que trabaja para el personaje de Ulloa, Ortega, que es el alcalde de San Toledo y el jefe de todo el crimen organizado de la zona.
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Tristán Ulloa y Úrsula Corberó, durante la promoción de la segunda temporada de ‘Snatch’. (Fuente: Orange)
Mientras Ortega se va a dedicar a hacerles la vida imposible a los protagonistas, que también tienen el don de complicarse ellos solos las cosas, Inés (el personaje de Úrsula Corberó) quiere ir más por libre y se va a encontrar en una encrucijada cuando empiece a trabajar más de cerca con uno de los Hill, Albert. La intérprete explica que “la gran disputa de ella es qué hago; me fío de mi corazón, o voy a sangre fría y hago lo que tengo que hacer”.
Los dos evitan adelantar nada de lo que puede ocurrir en la segunda temporada de Snatch, aunque sí apuntan que el trabajo con todo el equipo y los actores, incluido Rupert Grint, ha sido fácil. Los capítulos se rodaron durante cinco meses en Málaga y Marbella, pero para la serie es más divertido exagerar los tópicos de su escenario y jugar con ellos. Es más un cómic que una ficción muy seria sobre delincuencia organizada.
La segunda temporada de ‘Snatch’ se estrena hoy en Orange Series.