The Americans se ha ganado, durante mucho tiempo, el título de “mejor serie que no estás viendo”. Para la crítica, es uno de los dramas más destacados en emisión en Estados Unidos y, de hecho, casi ha sido el único colectivo que lo ha reconocido como tal en sus premios, dándole el Critics’ Choice a mejor drama en 2015. Pero sus audiencias en FX han sido siempre tirando a bajas.
El verano pasado, sin embargo, los Emmy se animaron finalmente a nominar la cuarta temporada de The Americans en las categorías de mejor drama, mejor actor y actriz protagonistas y mejor guión, más la ya casi tradicional nominación a Margo Martindale como invitada. Y aunque sólo ganara este último premio, ya fue de las triunfadoras de la noche, porque mucha más gente supo de su existencia.
Ahora, con la quinta temporada recién estrenada en FX, y que llegará en la madrugada del viernes a FOX Life en España, es el momento de volver a recomendar esta serie. ¿Cómo? Animando a los que sólo visteis el piloto, o los que os quedásteis a mitad de la primera temporada, a que la retoméis. Es fácil reengancharse a The Americans.
Por qué tengo que ver ‘The Americans’
Recapitulemos. The Americans sigue a Philip y Elizabeth Jennings (Matthew Rhys y Keri Russell), dos agentes de viajes que viven en un barrio residencial de Washington a principios de los 80 y que tienen una vida muy convencional, con dos hijos adolescentes y un vecino también con pinta aburrida que se acaba de mudar.
El quid de la cuestión es que Philip y Elizabeth, en realidad, son dos espías soviéticos que llevan años trabajando infiltrados y ese nuevo vecino es un agente del FBI que trabaja, además, en contraespionaje. Pero esto es sólo el punto de partida de la serie, que cuenta la Guerra Fría desde el punto de vista del bando que la perdió.
En realidad, The Americans es una serie sobre el matrimonio y la familia. Philip y Elizabeth se casan para construir su fachada en Estados Unidos, su cobertura. Eso incluye tener hijos y una vida familiar que parece sacada de Freaks & Geeks, de lo normal que es; es normal hasta en los problemas que surgen entre ellos, los habituales en parejas que llevan más de una década juntos.
Sin embargo, sus problemas no son ordinarios. Sus misiones como espías del Directorio S del KGB son peligrosas ya de por sí, y sus jefes cada vez les piden que se arriesguen un poco más, que se infiltren un poco más en el corazón de la estrategia de inteligencia y militar de Estados Unidos. Y eso hace que la presión y la tensión sobre ellos no haga más que crecer y crecer, sin que llegue a liberarse por ninguna parte.
Esa mezcla de historia de espías de toda la vida (con sus escenas de acción al ritmo de Fleetwood Mac, cuyas canciones son las particulares The rains of Castamere de la serie) y de drama familiar es la grandeza de The Americans. El equilibrio entre ambas partes, y cómo una va permeando en la otra con el paso de los episodios, es lo más destacable de las cuatro temporadas emitidas hasta ahora.
¿Cómo empiezo a ver la serie?
Ya sabemos de qué va The Americans y, ahora, queremos subirnos de nuevo al carro de la serie. Éste no es un caso de título en el que puedes saltarte, por ejemplo, media temporada 1 y seis episodios de la segunda para empezar a verlos ya todos de seguido en la tercera; The Americans funciona por acumulación.
Su trama es serializada. Hasta las misiones que Philip y Elizabeth tienen que cumplir suelen extenderse durante varios episodios, y las repercusiones personales de dichas misiones todavía se dilatan más. La continuidad emocional de la serie es muy importante, porque los Jennings se ven en cada vez más problemas al no poder separar su vida familiar de su faceta de espías soviéticos encubiertos.
La primera temporada puede costar un poco de ver porque hay que acostumbrarse a los personajes, a que Stan Beeman (el vecino que trabaja para el FBI) no se dedique enseguida a sospechar de los Jennings (no tiene ninguna razón para hacerlo), al ritmo de la serie y al hecho de que el retrato familiar es casi lo más importante. Incluso cuando Philip y Elizabeth van a ver a su contacto con el KGB, se transmite la sensación de que estamos viendo el funcionamiento de otra familia, ésta bastante disfuncional.
En resumen, que la mejor manera de empezar a ver The Americans es desde el principio. Sólo así se puede apreciar el notable salto adelante que la serie da en la tercera temporada (que es más una evolución que un salto, en realidad), o puede uno preocuparse de verdad por lo que pueda pasarle a Martha (Allison Wright), o puede darse cuenta de lo complicadísima que es la situación de Paige (Holly Taylor), la hija mayor de los Jennings…
The Americans recompensa nuestra perseverancia con grandes personajes, un retrato muy cuidado tanto de los soviéticos como de los agentes del FBI que los persiguen, una banda sonora de éxitos de los 80 fabulosa y, por supuesto, un festival de disfraces y pelucas insuperable en la televisión actual. La quinta es su penúltima temporada, y el tramo hasta llegar al final promete ser apasionante.
The Americans se emite los viernes, a la 1:30, en FOX Life.