(Fuente: CBS)
Esta columna se ha escrito después de ver el final de ‘The Big Bang Theory’.
Para el entorno de las que decidimos no tener hijos, nuestra elección parece difícil de entender y aceptar. Además de la típica y atrevida pregunta de para cuándo (qué sabrán lo que está pasando de puertas para adentro en cada casa), he tenido que aguantar comentarios que van de por qué me voy a privar de la experiencia divina del parto a quién me va a cuidar cuando sea mayor. Y los mismos que intentan que imagine que voy a morir sola también usan la carta de que mi decisión de no tener hijos es puro egoísmo. Les van las paradojas.
No va a sonar la alarma de ningún reloj biológico imaginario, no se va a despertar en mí ningún instinto maternal distinto a la vocación que siento por mi gato y, sobre todo, no voy a cambiar de opinión mañana. No le debemos explicaciones a nadie y cuestionar nuestra decisión es una falta de respeto.
Esa falta de respeto la sufrió el personaje de Penny en la última temporada de The Big Bang Theory. Mucha comedia, pero Bernardette le dijo que iba a cambiar de opinión, que se lo decía ella que era madre; y Amy dijo que eso le fastidiaba los planes a ella, porque esperaba que se embarazaran juntas y que sus hijos fueran amigos. Las risas enlatadas salieron rancias.
Penny estuvo durante, por lo menos, cuatro episodios de la última temporada diciendo activamente que no quería tener hijos, ese fue el conflicto que planearon los guionistas para su personaje en esta última entrega. ¿Y cómo lo resolvieron? Dejándola embarazada después de una noche de copas y abrazando feliz la idea de la maternidad.
(Fuente: CBS)
Yo sé que no voy a cambiar de opinión, pero otras pueden hacerlo, lo han hecho, y es igualmente válido. Penny tenía todo el derecho de cambiar de opinión, pero en la serie decidieron hacer un salto temporal de dos meses, en medio de la emisión de los anuncios, en los que no sabemos qué pensó al descubrir que estaba embarazada y cuándo y por qué sintió que ser madre era lo que quería.
Los guionistas se metieron en un jardín que no era suyo. Si lo que querían era crear un conflicto en la pareja para reunirlos al final, podían haber usado cualquier otra excusa dramática. Hacer que Penny expresara su deseo de no ser madre, para luego obviar el proceso en el que, por supuesto, en algún momento habrá tenido dudas, hiere sensibilidades en un momento en el que la sociedad estadounidense está viendo cómo se restringe el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo.
Pero lo realmente discutible en ese final no es que Penny estuviera de repente tan cómoda con la idea de ser madre, lo que molesta es que no es una respuesta al viaje de su personaje. Tal como han expresado los showrunners de la serie en varias entrevistas, simplemente querían hacer un guiño a una frase que le dijo Leonard a Sheldon, refiriéndose a Penny, en el primer episodio: “Nuestros hijos serán inteligentes y guapos”.
Esa tendencia que tienen últimamente los guiones de querer cerrar círculos no funciona cuando se fuerza. Y The Big Bang Theory es uno de esos casos, porque lo que la serie le hizo a Penny fue negar su experiencia emocional para hacer un guiño a la fantasía creepy de Leonard que, al sentirse atraído físicamente al conocer a su vecina, dijo que la quería embarazar. Eso les pareció el final perfecto.
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