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Por qué debes ver ‘El joven Sheldon’ aunque no te gustase ‘The Big Bang Theory’

(Fuente: Movistar+)

A algunas series les pesa demasiado su carta de presentación y ese sería el caso de El joven Sheldon, título que se propuso cuando The Big Bang Theory estaba todavía en pleno éxito. Nos dijeron que veríamos únicamente la infancia de ese señor más bien impertinente pero muy listo y, técnicamente, no es mentira. Lo que no nos contaron es que ahí acabarían todas las similitudes con su predecesora y que presentarían un producto muy familiar, tierno y capaz de hacernos bastante felices.

Conforme avanzan las temporadas (se acaba de estrenar la quinta en Movistar+), la serie se está convirtiendo en algo mucho más coral (e interesante) que muestra a un niño muy listo, sí, pero también replica buena parte de la comedia familiar de hace tres o cuatro décadas con una capa de pintura actual. Su historia, a grandes brochazos, sigue siendo la de un chaval superdotado que vive con su familia en un barrio estadounidense de clase trabajadora y baja densidad, pero detrás de eso hay bastantes más cosas que la separan del refrito ochentero que podríamos haber encontrado.

En especial, los personajes femeninos son mucho más complejos e interesantes de lo que de entrada podíamos imaginar. Siendo muy escrupulosos, ya asomaban ramalazos en The Big Bang Theory que dejaban ver que no eran tan prototípicos como de entrada pudieran parecer, pero ganan conforme su lógica se separa de la simple relación que les une con Sheldon.

(Fuente: Movistar+)

Missy, hermana melliza del pequeño niño del Averno, pelea sus propias batallas, se apoya en su abuela como referente de mujer con una fuerte personalidad y es mucho más que la menos lista. De hecho, no le falta inteligencia, consigue sobrevivir bastante mejor que Sheldon y demuestra que tiene más que simples habilidades sociales. No han jugado la carta de la malota tontorrona que siente celos de su hermano, ella tiene su lugar y conforme más vemos, más nos gusta. Algo parecido sucede con el resto de mujeres, que están bastante lejos de ser las esclavas de Sheldon pese a, efectivamente, criarlo entre algodones y destinar mucha atención en él.

Pero, sobre todo, El joven Sheldon es un lugar feliz. No encontraremos grandes dramas ni arcos muy complicados, cada generación tiene su representación en la pantalla para que todos nos sintamos identificados de alguna forma y reinan los finales felices incluso cuando la trama es aparentemente triste (o el personaje, ay, esa pobre bibliotecaria del instituto). Esto se ve claramente con el papel de Connie, una abuela que vive sola, bebe demasiado y no acaba de encontrar al hombre con el que rejuntarse, pero de la que se destaca -prácticamente siempre- lo positivo de ser independiente, seguir teniendo vida sexual y sentimental y vivir cerca de su familia pero sin grandes obligaciones que le resten demasiado tiempo a su vida personal.

Su repetida voluntad de plantear el lado positivo es lo que la convierte en una historia muy confortable que poco a poco va avanzando pero sin grandes terremotos. Si no os habéis puesto aún con El joven Sheldon, dadle una oportunidad sin que os preocupe no haberla visto desde el principio, no lo necesita. Centraos en disfrutar lo que tenéis delante y obviad que se convertirá en el señor de corazón mezquino que pudimos ver durante una década en The Big Bang Theory.

La temporada 5 de ‘El joven Sheldon’ se emite en Movistar+.

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