Daniel Grao y Carmen Arrufat en ‘HIT’. (Fuente: TVE)
Poco ha tardado Televisión Española en confirmar una noticia que desde los medios especializados estábamos esperando: la serie HIT ha sido renovada por una segunda temporada. Y es que esta ficción del Grupo Ganga no solo merecía continuar por su resultado de audiencia sino por ser el tipo de producto que una televisión pública debería tener.
A lo largo de sus diez episodios, HIT ha promediado alrededor de millón y medio de espectadores, a los que se sumaban unos 400.000 en diferido cada semana. Sus cifras, aún sin ser escandalosas, la convierten en una de las series más vistas en abierto esta temporada; por establecer una comparación, esta semana Inés del alma mía, también de TVE, marcaba mínimo con 910.000 espectadores, siendo además una producción mucho más costosa.
HIT tiene el mérito, además, de haber traído al público joven a un canal que tradicionalmente conecta más con la audiencia envejecida, consiguiendo cuotas del 17% en edades de entre 13 y 24 años en algunos episodios. Pero quizás por lo que más se esperaba esta renovación, al margen de cifras, era por las buenas críticas recogidas y por su capacidad para poner sobre la mesa temas sociales, especialmente los relacionados con la educación y con los adolescentes y generar debate.
Como señalaba Aloña Fdez. Larrechi en su crítica de final de temporada, la renovación de HIT era necesaria más allá del número de espectadores: “no quiero creer que después de haber retomado un rodaje tras la pandemia, haber encontrado un protagonista fantástico con un carácter tan querible como odiable, después de haber puesto sobre la mesa el alcohol, las drogas, la violencia intrafamiliar, los problemas psicológicos o los traumas por la muerte de un ser querido vaya a echar el cierre”. Y le han hecho caso, TVE no echa el cierre de la serie.
