Imágenes de ‘Vis a vis’, ‘Carmilla’, ‘Merlí’, ‘Orphan Black’ y ‘Hospital Central’.
La visibilidad de personajes LGBT en las series de televisión ha ido mejorando en los últimos años. Ya no es algo tan exótico encontrarse a un personaje transgénero, aunque aún sea revolucionaria la mera existencia de Pose (y de que haya apostado por contar con el mayor reparto trans de la televisión), y recientemente se ha ampliado la representación de personajes bisexuales cuya condición sexual se trata de la misma manera seria que en los demás. Sin embargo, todavía queda camino por recorrer. El éxito de Con amor, Simon, una comedia romántica juvenil de un gran estudio centrada en un joven homosexual, prueba que hay un público que está deseando verse más a menudo reflejado en la pantalla.
Y que, cuando no se ve, se busca maneras de crearse su propia representación. ¿Cómo? A través de fanvideos en YouTube en los que se comparten las tramas gay de series que, de paso, ganan así nuevos espectadores. El año pasado, la web AfterEllen publicada un reportaje en el que, precisamente, contaba lo importante que puede ser YouTube para que los jóvenes LGBT se reconozcan en obras de ficción, especialmente los que viven en comunidades y en países en los que la homosexualidad es reprimida con dureza.
El reportaje se centraba en las mujeres, pero puede extrapolarse al resto del colectivo y, en realidad, a cualquiera que se sienta marginado y necesite verse representado en las series, por ejemplo: “YouTube ha revolucionado los hábitos de visionado LGBT de dos maneras; primero, exponiendo a os espectadores a personajes LGBT de todo el mundo, y segundo, permitiendo a los espectadores que expresen su amor por los personajes a través de creativos vídeos hechos por los fans”.
El mejor ejemplo que podemos encontrar en la ficción española, o de los más claros, es el de Maca y Esther en Hospital Central. La enfermera de urgencias y la pediatra se convirtieron en la pareja favorita de fans de todo el mundo gracias a que alguien subtitulaba sus tramas en inglés y las subía a YouTube. Así es como alguien en Canadá podía engancharse a su historia y acabar viéndose la serie completa, o como una telenovela diaria alemana como Gute zeiten, schlechte zeiten (buenos tiempos, malos tiempos) encontraba fans en España gracias a la historia de amor entre dos de sus protagonistas femeninas, Anni y Jasmin.
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Cosima y Delphine en Orphan Black, Pol y Bruno en Merlí, Rizos y Maca en Vis a vis, Nicole y Waverly en Wynonna Earp, Bo y Lauren en Lost girl, Pepa y Silvia en Los hombres de Paco… Todas estas parejas han encontrado sus fans gracias a los remontajes de sus tramas en YouTube. Allí, uno puede ver los episodios de la telenovela mexicana Las trampas del deseo en un resumen centrado sólo en la relación entre Patricia y Lucía, o seguir cómo evolucionan Kate y Rana en Coronation Street (sí, las telenovelas son una gran fuente de contenido). Es un fenómeno que va más allá de las series web como Carmilla, basada en un relato de Joseph Sheridan Le Fanu sobre una vampira.
Es significativo que, además, haya más vídeos de este tipo centrados en tramas lésbicas, probablemente porque que los personajes femeninos tengan el protagonismo central de una serie aún genera titulares. Los espectadores LGBT utilizan a menudo el shipping de personajes del mismo sexo para crear sus propias historias, y acaban siendo las mujeres que más recurren a estos caminos porque, aunque se ha avanzado en la visibilidad de sus historias, no están aún al mismo nivel que las masculinas.
Hasta en una serie que ha incluido una historia de amor entre dos mujeres como La otra mirada hay hueco para que los fans (las fans) fantaseen con la posibilidad de que surja otra entre dos de las principales protagonistas, Teresa y Manuela.
Lo que se extrae de todo este contenido es que verse representado y reflejado en, en este caso, series de televisión que llegan a un público masivo es algo muy importante para públicos acostumbrados a que los hombres heterosexuales acaparen buena parte de las ficciones. Como apuntaba el crítico de cine Scott Weinberg en Twitter hace unos meses, “si crees que la representación en la cultura pop no es importante, es porque siempre has estado bien representado”. Y si no encuentras esa representación, siempre puedes crearla tú mismo.