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6 guiños y referencias de la ‘Watchmen’ de HBO al cómic en el episodio 1×08

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Un dios entra en un bar y… (Fuente: HBO)

La adaptación de Damon Lindelof del prestigioso cómic de Alan Moore y David Gibbons no es precisamente un libro abierto. Sus tramas se han ido volviendo cada vez más inexplicables, y solo ahora que nos abocamos al desenlace empiezan a desenredarse. En cualquier caso, la Watchmen de HBO no solo es interesante por su compleja historia, sino por lo bien que maneja su herencia del material original, el cómic.

Para ayudaros a no perder ni uno de los guiños al tebeo, en Fuera de Series hemos preparado esta lista de las 6 grandes referencias del episodio octavo, A God Walks Into Abar.

Superdotado

El primero de los guiños del episodio atañe, más que al cómic, a la película con la que Zack Snyder ya intentó adaptar el material en 2009. Justo antes de que el Dr. Manhattan entre en el bar en el que conocerá a Angela, al comienzo del episodio, vemos en su fachada un mural con su figura, sobre el que algún brochista rebelde ha pintado un enorme pene amarillo chillón. Esta podría ser una de las pullas más inquinadas de la heredera del tebeo de Moore a su predecesora.

Cuando se estrenó, además de por, supuestamente, no comprender la profundidad del material original, la adaptación de Snyder recibió críticas de todas las formas y colores relativas a la presentación de los personajes adaptados. En concreto, fue motivo de largas burlas la transformación del miembro colgante que el Dr. Manhattan ya paseaba al aire en el cómic en un artefacto descomunal; y es posible que esa pintada haga referencia a eso.

‘Eddie’s bar’

(Fuente: IMDB)

Esa misma taberna en la que Jon y Angela se ven por primera vez puede esconder otro guiño al cómic, este mucho menos prosaico. El nombre del bar podría hacer referencia al único miembro de los Watchmen al que todavía no se ha mencionado en la serie o en los documentos de la Peteypedia, el Comediante, cuyo nombre de pila es Eddie. En un bar de Vietnam, además, el personaje protagonizaba una grotesca escena del cómic, en la que mataba a una mujer nativa a la que había dejado embarazada. Si las teorías de C.J. Navas y Francis Arrabal se cumplen, puede que algo de esto tenga que ver con el pasado de Lady Trieu.

El Evangelio según Dave Gibbons

Por fin sabemos dónde está Ozymandias, qué leches hace allí y quiénes son estos señor Phillips y señora Crookshanks. Resulta que los clones que Veidt utiliza como mano de obra (muy) barata no los creó Dios a su imagen y semejanza, sino el Dr. Manhattan a partir de la apariencia de una pareja de simpáticos ingleses que lo acogieron, junto a su padre, como refugiados huidos de Alemania. En la Biblia que esta pareja noble entrega al pequeño Jon Osterman se muestra una ilustración de Adán y Eva que casa muy bien con el estilo de dibujo de Dave Gibbons, artista que puso los lápices al tebeo original, y podría ser un pequeño guiño hacia él.

Déficit de atención

En este capítulo, marcado por la explicación exhaustiva de esa gran revelación con la que la serie nos había dejado la semana anterior, nos asomamos ligeramente a la vida de Angela y el Dr. Manhattan como pareja. En una de las escenas, ella se enfada con él porque está experimentando otras líneas temporales al mismo tiempo que tienen sexo. La discusión recuerda mucho a una del cómic, en la que Espectro de Seda, la pareja del dios azul por aquel entonces, reprochaba a Jon que se desdoblara en varios cuerpos para poder trabajar en el laboratorio mientras estaban en la cama.

Lo hizo hace 30 años

Adrian Veidt llevaba mucho tiempo esperando este momento. (Fuente: HBO)

Cuando el Dr. Manhattan acude a un desmejorado Adrian Veidt en busca de una fórmula para suspender sus habilidades y poder, así, saborear las mieles de la mediocre humanidad junto a Angela, Ozymandias le sugiere que algún tipo de dispositivo bañado en taquiones podría anular sus poderes. Calvin le pide al genio si podría fabricarlo para él, a lo que Veidt contesta: “Lo hice hace 30 años”.

Con la anticipación que le es habitual a su mente privilegiada, el personaje de Jeremy Irons recuerda más que nunca a su homólogo del cómic, que sentenciaba con ese infame “Lo hice hace 35 minutos” cualquier esperanza de los héroes del tebeo de frustrar su maquiavélico plan. En esa escena nos reencontramos con su megalómana base antártica, y recordamos también cómo intentó destruir al Dr. Manhattan antes de convertirlo en un cómplice más del montaje.

‘Fogdancing’ (otra vez)

Ya sabíamos que era un libro muy popular en esta encarnación del universo de Watchmen, pero no imaginábamos que tanto. En la escena poscréditos que nos ha regalado este penúltimo episodio de la temporada, Adrian Veidt está encerrado en una mazmorra, aparentemente cumpliendo el castigo correspondiente a los intentos de fuga de lo que ahora sabemos que es el Edén personal del Dr. Manhattan.

En su celda, Ozymandias lee Fogdancing, la novela de Max Shea, que ya hemos visto varias veces en la serie (incluso adaptada al cine, en el capítulo anterior). Veidt, además, asegura que esa novela le es importante porque habla de la soledad: su autor fue uno de los artistas engañados por Ozymandias en el cómic para trabajar en el diseño de su calamar gigante, a los que luego él mismo asesinó haciendo explotar el barco en el que viajaban.

‘Watchmen’ está disponible cada lunes en HBO España.

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antonio

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