Miley Cyrus explora su alter ego en el episodio 5×03 de ‘Black Mirror’. (Fuente: Netflix)
La aparición de Miley Cyrus era uno de los grandes reclamos de la quinta temporada de Black Mirror, pero su episodio no es el más atractivo hasta la fecha. Con Rachel, Jack y Ashley Too, el tercero y último de esta tanda, Charlie Brooker nos propone un relato clásico de su antología, de esas en que la tecnología se lleva al extremo pero que, en realidad, la enseñanza es que la culpa de darle mal uso es siempre de las personas.
La trama sigue en paralelo dos historias que luego confluyen; por un lado dos hermanas que lidian con el dolor de la pérdida de su madre, y por otro la de una estrella del pop atormentada por tener que encajar en el personaje público que le han creado. A cada cual, más cliché. Ninguno de estos dos planteamientos es especialmente subversivo -algo que deberíamos exigirle siempre a Black Mirror– pero tampoco su desarrollo.
El cuento de la popstar desdichada lo hemos oído en infinidad de ocasiones y solo tiene un punto extra de interés por el guiño meta que supone elegir como intérprete a Miley Cyrus, máximo exponente de la niña Disney caída a los infiernos que quiso romper con todo. A través de ella y su Ashley O, Black Mirror quiere hablarnos de lo insípido que puede ser el éxito comercial, de la explotación de los jóvenes talentos, de los contratos abusivos en la industria musical y de la constricción de la creatividad, pero su forma de hacerlo no resulta novedosa.
Quizás lo más criticable del episodio es que ponga el foco inicialmente en las dos niñas, sobre todo en la pequeña, pero que su cometido acabe siendo meramente instrumental para la otra historia; están ahí para deshacer el entuerto de Ashley O, pero no se le presta demasiada atención al drama del que parten. Eso y que toda la trama del padre y sus ratones inteligentes está metida con calzador para que ellas modifiquen, sin saber muy bien cómo, esa especie de Alexa mindfulness con forma de teen star que acaba siendo una macarra.
Que los familiares de las estrellas juveniles -en este caso la tía de Ashley O- son, en muchísimas ocasiones, unas sanguijuelas lo sabemos desde hace mucho tiempo. Mismamente nos lo mostró Luis Miguel. La serie no hace mucho. Por eso se echa de menos una propuesta más original y cohesionada para un episodio que, además, se hace un poquito largo. Miley está estupenda, eso sí.
Todas las críticas de la temporada 5 de ‘Black Mirror’
La quinta temporada de ‘Black Mirror’ está disponible completa bajo demanda en Netflix.