Eve (Lucy Fry) se convierte en la peor pesadilla del sádico Mick Taylor. (Foto: XTRM)
Wolf Creek, la serie australiana nacida como spin-off de las películas de terror del mismo nombre, podrá verse en exclusiva a partir del domingo 16 de septiembre a las 22h en Canal XTRM, canal que regalará a los amantes del slasher seis episodios en los que seguir de nuevo al despiadado y sanguinario Mick Taylor. Por fin, tras dos películas, el asesino en serie amante de los crímenes sangrientos especializado en turistas y viajeros ha encontrado quién le plante cara.
Esa es la gran baza de la miniserie, estrenada en su país de origen en 2016 y que apuesta por un giro en lo visto en las películas. De esta manera logra aportar algo nuevo a sus seguidores que les enganche y explotar un formato que permite explayarse más en la psicología de los personajes, en el porqué y establecer nuevas normas.
Quienes en su día se dejaron seducir por el universo Wolf Creek en el cine saben a qué atenerse y quizá no se sorprendan tanto con la escena del primer asesinato. Quienes sean novatos por estos lares se llevarán una grata sorpresa. No es una más de sangre a borbotones y lo demuestra ya desde el principio.
Mick Taylor, el nexo de unión con las películas
John Jarratt vuelve a meterse de nuevo en el papel del asesino de ‘Wolf Creek’. (Foto: XTRM)
Películas y serie tienen algo en común más allá del género. Greg McLean recupera al despiadado Mick Taylor, protagonista de las dos entregas cinematográficas y le coloca de nuevo en el centro de la acción interpretado una vez más por John Jarratt. Solo en el primer episodio se lleva por delante a una familia de turistas americanos y a alguno que otro más. Un reguero de sangre el suyo que adereza de un humor muy negro, una violencia extrema y cierta habilidad para elegir a sus víctimas.
Su modus operandi es tan sencillo como eficaz. Se mueve por zonas poco transitadas de Australia en busca de turistas aislados a los que masacrar con su rifle o con su cuchillo. Lo mismo le da una herramienta que otra a la hora de arrebatar vidas. A los Thorogood se los encuentra en un lugar boscoso ideal para acampar con su caravana y se presenta como su salvador tras matar a un cocodrilo que amenazaba con merendarse al pequeño de la familia.
Estos se ven obligados a invitarle a cenar en señal de agradecimiento y es entre plato y plato cuando saca su cuchillo a pasear. Como si tal cosa, muy en su estilo. Sangre, muertes y hasta una persecución. Todo con esa calma que caracteriza a este asesino en serie originario de una saga de culto que tiene anunciada una tercera entrega y con unos rasgos característicos. Su risa desagradable y su carácter simplón son parte de sus señas de identidad junto con su camioneta azul. La mutilación y los trofeos, también.
La adolescente y el policía, los otros dos pilares
La gran novedad que aporta la miniserie que emitirá XTRM con respecto a las películas es que esta vez Taylor tiene un enemigo a su altura. La hija adolescente de los Thorogood logra sobrevivir milagrosamente a un disparo que debería haber sido mortal. Con la herida aún sin cerrar, Eve, a la que da vida una Lucy Fry que fue todo un descubrimiento con este papel hace un par de años, logra arrastrarse lejos del alcance de su atacante y sobrevivir. Con las pocas fuerzas que le quedan promete a sus padres muertos y a su hermano que le dará caza. Así, con solo 19 años y mucho coraje, se embarca en la aventura de recorrer un país que le es extraño para vengar la muerte de sus seres queridos, de la que se siente culpable.
Taylor conduce en busca de víctimas. Eve le persigue. Y a ella, Sullivan Hill (Dustin Clare), el policía encargado del caso que dado el empecinamiento de la chica no ve otro camino que seguir su pista para intentar evitar que la maten y, con suerte, dar caza a un asesino en serie del que no habían tenido ni una sola pista hasta ahora.
Como pilar extra, un personaje que no es de carne y hueso, sino la propia Australia. Su desierto y sus bosques ayudan a crear ese ambiente de misterio, soledad y desasosiego que desprende la serie. Esos planos de carreteras y campos en los que no se ve ni un alma contribuyen a hacerse una idea de la impunidad con la que Taylor siente que comete sus atrocidades y la indefensión de sus víctimas, sin un lugar al que huir ni nadie cerca al que pedir socorro.
Lo que hay de real en ‘Wolf Creek’
La miniserie, de seis episodios, se convierte en una perscución por carretera a tres bandas. (Foto: XTRM)
Aunque tanto películas como miniserie no dejan de ser ficción, existe cierto poso de realidad en lo que cuentan. Para empezar, Wolf Creek existe. Se trata de un enorme cráter de 875 metros de diámetro que se originó hace miles de años cuando un meteorito cayó en esta zona del oeste de Australia. Convertido en Parque Nacional, es todo un reclamo turístico. Sin embargo, nada tiene que ver con las muertes que inspiraron la historia de la saga.
Bautizados en el país como ‘los asesinatos de los mochileros’, McLean se basó en la información que se tiene del caso y del hombre detenido y condenado por ellos, Ivan Milat, para dar vida y forma a Mick Taylor y a su sádica historia. Cuentan las crónicas de la época que Milat, considerado uno de los asesinos en serie australianos más prolíficos, prefería a los jóvenes. En los noventa, siete cadáveres fueron encontrados con edades comprendidas entre los 19 y los 22 años.
Elegía a mochileros a los que, como Taylor, les ofrecía ayuda para acabar matándoles de una forma atroz. Era parte de su ‘juego’. A algunos, hasta llegó a torturarlos de maneras horribles. Su carrera como asesino se destapó en septiembre 1992 con el hallazgo del cuerpo de una chica en el Bosque Estatal de Belanglo.
Cuando la policía acudió al lugar para investigar, tropezó con otro cuerpo enterrado a escasos metros. Se les identificó como Caroline Clarke y Joanne Walters, dos británicas desaparecidas en abril de ese mismo año. Lo que llamó más la atención de los investigadores fue la saña con la que se cometieron los asesinatos. Una de las chicas recibió más de 30 puñaladas. La otra, diez disparos en la cabeza.
Al año siguiente, en el mismo bosque, se encontraron varios huesos que llevaron a dos nuevos cadáveres, los de James Gibson y Deborah Everist, autoestopistas cuya desaparición fue denunciada cuatro años antes. Aún faltaba por dar con más víctimas enterradas y decapitadas, como ocurrió con la alemana Simone Schmidl y Anja Habschied. Muy cerca de donde se hallaron sus restos estaban también los del novio de la segunda, Gabor Neugebauer.
Un error que lo cambió todo
Como en la vida real, una víctima que sobrevivió puede ser la clave para detener la matanza. (Foto: XTRM)
En la miniserie de Wolf Creek es Eve quien logra escapar de Taylor dando aviso a las autoridades y facilitándoles las primeras pistas. En la vida real fue Paul Onions, un británico, quien sobrevivió al intento de asesinato de Milat en 1994. Este lo identificó y fue capturado y llevado a juicio. Condenado a siete cadenas perpetúas, una por cada una de las víctimas que se le atribuyó, se cree que en realidad cometió más asesinatos que aquellos por los que fue juzgado.
En el juicio se mostraron pruebas de que Milat, que después se convertiría en un preso problemático capaz de iniciar una huelga de hambre para exigir una consola, secuestró, disparó y decapitó vivas a sus víctimas.
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