Edie Falco, protagonista de ‘Ley y Orden: El caso Menéndez’. (Fuente: Calle 13)
Alrededor de un mes después de su estreno en Estados Unidos, Calle 13 trae la última entrega de la familia de Ley y Orden True Crime: El caso Menéndez. Tal y como se ha hecho estos últimos años con American Crime Story, The Keepers o The Jinx, El caso Menéndez narra el asesinato del matrimonio Menéndez en el verano de 1989 y su posterior investigación.
Desconocía completamente la existencia de este crimen y, por lo que he visto hasta el momento, eso suele hacer que me pueda dedicar a disfrutar mejor de lo que veo sin andar buscando repetidamente fidelidad con la historia original, pero por otro lado impide precisamente que valore hasta qué punto la narración que se nos ofrece es tendenciosa, o no.
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Lyle y Erik Menéndez en una imagen del primer capítulo. (Fuente: Calle 13)
Resulta significativo cómo el nerviosismo, casi histeria, de Lyle y Erik en la llamada a la policía es evidente -y diría que natural-, sin embargo el comportamiento de los dos jóvenes acto seguido es anormalmente gélido . ¿Qué clase de hijo encuentra el cadáver aun caliente de sus padres sobre la alfombra de casa y lo primero que piensa es en entrenar y comprar un reloj de oro? En especial el mayor de ellos; sin que sepamos aun si es simple disciplina social y un tener que pasar a ser la cara visible de una familia adinerada y bien situada en Beverly Hills, o algo mucho más macabro. Sí parece que, con el primer episodio ya visto, Lyle será el frío, calculador y algo consentido, mientras que de Erik podemos esperar multitud de escenas quebrándose con los recuerdos de la imagen encontrada al llegar a casa esa noche.
Los Menéndez, una familia cubana emigrada a Estados Unidos, donde amasan una buen fortuna, se muestran unidos. La clásica saga latina-americana en donde el problema de uno se convierte en el apoyo inmediato del resto. Conocen al psiquiatra al que el pequeño de los hermanos acude (por favor, un minuto de silencio por la peluca de Josh Charles, quiero que aparezca en cada capítulo solo por disfrutar de semejante melena), los problemas depresivos de la madre recién asesinada y en general los pormenores de unos y otros reunidos al momento en un hotel para estar junto a sus sobrinos.
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Lo cierto es que saber que han andado borrando archivos del padre donde podría haber un cambio del testamento, o eso pensaban ellos, dejándoles sin herencia alguna, no los deja en el mejor de los lugares.
Veremos hacia dónde avanza la trama en esta miniserie. De entrada reconozco que el caso me parece demasiado simple como para que tengamos contenido y argumento semana tras semana, pero mi afición por las series de crímenes me hará mantenerme ante la pantalla hasta el final.
Ley y Orden se emite todos los jueves en Calle13.