Freddy Highmore es el Dr. Shaun Murphy en ‘The Good Doctor’. (Fuente: AXN)
Esta crítica se ha escrito tras ver el primer episodio de la segunda temporada ‘The Good Doctor’ y no contiene spoilers.
Que The Good Doctor fue uno de los mayores fenómeno de los últimos años la pasada temporada es algo ya conocido. Tanto en Estados Unidos como en España la producción de ABC Studios cosechó unos magníficos resultados, siendo uno de los estrenos mejor recibidos por el público.
Su fórmula es clara y sencilla: una serie procedimental, de hospitales y donde el protagonista no es el típico médico exitoso de carrera impecable, sino un joven en el espectro del autismo que deberá luchar contra sus limitaciones sociales para encajar en un puesto para el que académicamente está de lo más dotado.
Si durante la primera temporada Shaun Murphy despertó la simpatía de los espectadores, este año promete no ser menos. Ante la difícil situación en la que quedaron varios de sus protagonistas, el regreso de The Good Doctor prometía ser intenso y lleno de puntos y aparte. Y así ha sido. Ante nosotros múltiples temas abiertos: el retiro del Doctor Glassman tras descubrir su cáncer cerebral, el traslado de Jared a Denver, las evaluaciones de los diferentes médicos tras su primer año y la necesidad de Shaun de afrontar el golpe de su mentor.
Pese a que la serie juega en un entorno bastante confortable y previsible, y que este primer capítulo de regreso no deja de ser una transición necesaria, consigue seguir atrapando gracias a la cercanía de sus protagonistas y a las relaciones entre ellos. Y a Shaun: su evolución, su capacidad de esfuerzo y la toma de realidad con su propia situación dentro del hospital y de la necesaria socialización con los pacientes es uno de los grandes ingredientes a su favor. A estas alturas somos capaces de reconocerle los gestos de esfuerzo y de trabajo pero, además, una trama que juega muy a su favor despertando la empatía de cualquiera permite ver que los pasos sobre los que avanza son reales y considerables.
El doctor Shaun Murphy junto a sus compañeros del St. Bonaventure Hospital. (Fuente: AXN)
Dar un paso hacia adelante. Así se podría resumir este primer capítulo de la vuelta de The Good Doctor. La situación en la que habían quedado sus principales protagonistas los obligaba a ello. Ninguno puede permanecer al margen de la realidad y de sus propios cambios, siendo un episodio en donde vemos ese tomar conciencia de la necesidad de evolución de todos ellos.
Ante nosotros, diversos caminos nuevos. El arranque de esta segunda temporada es suficientemente fresco y nuevo, y sus historias quedan suficientemente bien planteadas, para que cualquier espectador se pueda sumar a verla sin necesidad de contar con los pasados capítulos. Es cierto, las dinámicas entre los compañeros ya están establecidas, y se dan por sabidas ciertas cosas de sus caracteres y naturalezas, pero una de las grandes ventajas de las series procedimentales, y de esta en especial, es lo abierta que está a recibir nuevos espectadores.
Y sin embargo su esencia permanece. La serie de David Shore continua dando aquello que promete: un lugar seguro en el que pasar cuarenta minutos cada semana envuelto de tramas hospitalarias, romances, conflictos y casos de estudio.
‘The Good Doctor’ se emite los martes a las 22:05 en AXN.