Imagen del inicio de la primera temporada de ‘The Big Bang Theory’
The Big Bang Theory es una serie de éxito se mire por dónde se mire. Basada en la historia de Leonard y Sheldon y en su relación tanto como con su vecina rubia y adorable como con sus dos mejores amigos, lleva doce años creciendo y emitiéndose de continuo en algún canal del mundo. Pero lo cierto es que, antes de se estrenara como la serie que todos conocemos, tuvo un primer piloto que planteaba una historia bastante distinta tanto en tramas como en la personalidad de sus protagonistas. Repasemos algunos de los puntos que Chuck Lorre y Bill Prady cambiaron en 2006 e hicieron de esta serie algo distinto.
La relación entre Sheldon y Leonard
Nos hemos acostumbrado a que Leonard sea, a menudo, una figura casi paternal para Sheldon. El segundo siempre ha estado en entornos donde él era un joven aventajado, lo que no ha hecho más que ampliar la dificultad que tiene para relacionarse con la gente. Esa complicidad que hace que constantemente se le toleren actitudes horribles desaparece en el piloto original, siendo simplemente dos amigos poco populares. La connotación de rareza casi desaparece, perdiendo una gran parte de la esencia de las temporadas originales.
Sheldon y la sexualidad
Uno de los temas recurrentes, incluso hoy que está casado, es la compleja mirada que tiene Sheldon hacia el sexo. Inexistente en un inicio, quedaba claro que era un simple vehículo para la procreación. Sin embargo, algo que no acaba de encajar en el primer episodio de la primera temporada es esa escena inicial en el banco de donación de esperma.
Recordemos que la serie comenzaba con los dos en una sala de espera a punto de realizar una donación. Esta escena, que vista en perspectiva simplemente no encaja con la naturaleza de Sheldon, viene de la herencia del piloto inicial, en el que no sólo estaba dispuesto a hacer una donación, sino que hasta se bromea con su afición a las mujeres con el trasero grande. Es cierto que nos lo venden como una ventaja reproductiva, pero tras ella se esconde algo tan simple como que Sheldon tiene deseos sexuales.
Toda esta parte, que en la versión original era recurrente hasta el punto en que se fija en el cuerpo de la chica que conocerán con ciertos gestos cómplices, quedó eliminada en la versión definitiva. Eliminar el placer y el deseo sexual de la cabeza de Sheldon es uno de los rasgos que hace que tenga una personalidad tan marcada y que tanto cautivó.
Penny no es Penny…
En el piloto existe la figura de una mujer que los cautiva, pero es completamente diferente a la Penny original. Su nombre es Katie y, al contrario que la versión definitiva, es ruda, directa y con mucho carácter. Pese a que luego nos hemos acostumbrado a que Penny tenga ciertos comportamientos más tradicionalmente masculinos (la escena de años después en donde los enseña a poner el cebo en un anzuelo es fantástica y una buena muestra de ello), en el primer episodio era una rubia de cara angelical que parecía haber caído de una florecilla. Por contra, el carácter de Katie es mucho más parecido a una mezcla entre la vecina rubia y alguien tipo Leslie Winkle (quien, por cierto, tampoco aparece).
… y Howard y Raj son una mujer
Algo a lo que nos acostumbramos muy pronto es a ese grupo de chicos raritos formado por dos parejas que se entendían de una forma que va mucho más allá de una amistad ordinaria. Nada de esto habría sido posible si se hubiera seguido adelante con el piloto presentado, donde Howard y Raj estaban reemplazados por una mujer que hablaba extremadamente rápido y que tenía intereses sentimentales por Leonard.
Un cambio a mejor
Lo cierto es que al primer piloto le faltaba personalidad. Su historia tenía personajes mucho más corrientes que, lejos de hacer pensar que podría ser una serie única, daban un aire mucho más a algo que ya hemos visto muchas veces. Es verdad que, si comparamos el primer episodio definitivo respecto a los últimos capítulos de la propia primera temporada, hay muchas cosas que han crecido y han ganado un cariz propio. Eso es algo que ocurre habitualmente en comedia y, precisamente por eso, suelen ser un tipo de series a las que hay que dar cierto margen de maniobra para juzgarlas.
Es habitual que partan de algo mil veces visto en grandes brochazos y que sea poder desarrollar complicidades (para lo cual se necesita tiempo) lo que haga de ella algo grande. Pero en el caso de The Big Bang Theory es evidente que los cambios fueron a mejor, convirtiéndola en un arranque que, si bien no es perfecto, sí despierta la curiosidad con qué vas a encontrar más allá.
‘The Big Bang Theory’ se emite los jueves, a las 21:45 h., en TNT.
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