Quizá la única referencia que teníais de Dear White People (‘Queridos blancos’ en España) antes de su estreno era la de la polémica que se generó cuando Netflix lanzó el trailer en febrero. Inmediatamente, un grupo de personas, de esas que opinan sin antes haber leído, escuchado, visto o, simplemente pensado, decidió boicotear la plataforma cancelando sus suscripciones porque la serie era anti-blanca y promovía el genocidio blanco. En los tiempos en los que nos está tocando vivir, la sátira y la ficción no pueden competir con el absurdo y la demencia de la vida real.
La posición de ciertos grupos privilegiados que se sienten atacados cuando otros reclaman sus derechos la vemos cada día en diferentes áreas de la lucha social, porque cuando se disfruta de privilegios que se han tenido siempre, como el sol que sale cada mañana, la lucha de otros por la igualdad la sienten como opresión. Como dijo Allison Janney, trayendo de vuelta su personaje de C.J. Gregg, en el segmento de la Not The White House Correspondents’ Dinner del fin de semana pasado: “Tenemos que dejar que existas, pero no tenemos por qué escucharte” (ese será el texto de mi próxima camiseta).
“Todo nuestro vocabulario — relaciones raciales, abismo racial, justicia racial, criminalización por medio de criterios raciales, privilegio blanco y hasta supremacía blanca — sirve para ocultar el hecho de que el racismo es una experiencia visceral, que hace saltar los sesos, bloquea tráqueas, desgarra músculos, extrae órganos, parte huesos y rompe dientes. No has de perder nunca esto de vista. Has de recordar siempre que la sociología, la historia, la economía, los gráficos, los diagramas y las regresiones siempre impactan con gran violencia sobre el cuerpo”.
-Coates, Ta-Nehisi (Entre el mundo y yo).
Esa es la experiencia del racismo. Es irresponsable banalizar el lenguaje, y permitir que otros lo hagan impunemente, porque el lenguaje es política. Los berrinches ofensivos del ataque a Dear White People (la serie y la película de 2014 en la que se basa) en Twitter y en los comentarios de Youtube del trailer son la confirmación de que existe un problema que sigue sin solucionarse y del que es necesario seguir hablando.
Y esta serie lo hace muy bien.
De qué va ‘Dear White People’
La serie transcurre en el campus de la universidad de Winchester, un centro de prestigio en el que ocurre un incidente racista de esos que algunos llamarían, aparentemente, inofensivos: los estudiantes blancos acuden a una fiesta de Halloween con las caras pintadas de negro. Sí, eso que hasta hace no mucho (decidme que ya no) podía verse en las cabalgatas de Reyes en España con Baltasar. Es un acto ofensivo y racista siempre, pero por los antecedentes históricos de Estados Unidos, la carga de significado político es aún mayor. Podéis leer más sobre blackface aquí.
Dear White People es el nombre de un popular programa satírico de radio de la universidad de Winchester dirigido y presentado por una de sus estudiantes, Sam White, quien lo usa como plataforma para despertar consciencias y, para cuando empieza la serie, su denuncia de lo ocurrido en la fiesta de Halloween, es el desencadenante de las situaciones y temas que la serie explora en sus 10 episodios.
Los puntos fuertes de ‘Dear White People’
Es muy divertida
Es una comedia y es buena comedia. El acierto de la serie es que se cuestiona y reflexiona sobre asuntos raciales, de clase, de género, de identidad y sexualidad sin dejar nunca de ser divertida. Nos muestra diferentes matices y perspectivas de las situaciones a través del punto de vista de distintos personajes usando el entretenimiento como medio y el humor como instrumento para transmitir su mensaje.
Hay un narrador omnisciente en la historia, con la voz de Giancarlo Esposito (Breaking Bad, Better Call Saul), quien al principio se presenta diciendo: “Los guionistas de este programa dependen de mi voz, étnica pero no amenazante, para explicar aquellas cosas que ellos han sido vagos para transmitir de la forma tradicional”. Punto por el comentario meta. Sus intervenciones son pocas, no distraen y sirven para aportar contexto y background de los personajes, siempre con un toque de humor o sarcasmo.
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Muestra diferentes puntos de vista de una realidad compleja
Durante la temporada de 10 episodios de 30 minutos, la serie le dedica por lo menos uno a cada personaje principal para mostrarnos la realidad desde su punto de vista, algo que enriquece la historia porque cada experiencia es subjetiva y está filtrada por cómo se ve el mundo desde la posición en la que que estamos y el camino que nos ha llevado hasta allí.
La identidad política es un tema que salpica todos los episodios, hacer activismo o no, por qué y de qué forma. Sam, Lionel, Troy, Coleandra, Reggie, y Gabe, han tenido que negociar con la realidad y con lo que se espera de ellos con herramientas diferentes.
La serie aborda asuntos, que pueden parecer tan superficiales como el pelo y el peinado, que son en realidad un acto performativo de la identidad, permiten que otros los definan y dicen lo que están dispuesto a sacrificar. Y otros, que son claramente más serios, como la situación emocional de las víctimas cuando son convertidas en instrumento político, sin darles el tiempo de procesar su trauma como individuos.
“-Me gustan los hombres como me gusta mi café… con cuerpo y preferiblemente con orígenes de Kenya.
-Ok… ¿puedo hacer una pregunta de chica blanca tonta? Si yo digo que solo salgo con chicos blancos, ¿eso sería racista, no?”.
El principal objetivo de Dear White People no es decir que existe el racismo (porque eso es obvio) o que todos los blancos son los malos y ellos los buenos (porque eso es simplista); en un momento de uno de los episodios un personaje lo dice abiertamente en una sala de redacción. Por el contrario, nos muestra a un grupo de jóvenes, que son un microcosmos de la realidad sociopolítica de Estados Unidos, intentando negociar con el mundo en el que les ha tocado vivir y dejando claro que no todas las realidades negras son las mismas y tampoco las blancas. Dear White People se sitúa así en el mismo discurso que el de Issa Rae con Insecure o el de Donald Glover con Atlanta: si bien la cultura negra forma parte de su identidad, también la trascienden como individuos, porque otra cosa, sería aceptar y permitir que los conviertan en estereotipos.
Con el personaje de Gabe, se explora la realidad de un estudiante blanco quien, a pesar de sus buenas intenciones, siente que nunca puede acertar y siempre dirá algo que pueda interpretarse de una forma que no pretendía, o en cuyas implicaciones no había pensado, porque carece de la experiencia acumulativa y el mundo se vive y se percibe de forma diferente en la práctica que en la teoría.
Y, una vez más, siempre con humor, y con la ironía que surge de lo complicadas son las situaciones de las que habla.
Amazon se queda con los derechos de la miniserie de Barry Jenkins
La adaptación de ‘The Underground Railroad’ estará escrita y dirigida por el director de ‘Moonlight’fueradeseries.com
Por si necesitas más razones para verla
- Hay un episodio dirigido por Barry Jenkins, el director de la película ganadora del Óscar, Moonlight. Un episodio que sirve de punto de inflexión y lleva los acontecimientos a una situación que se siente muy real, definitivamente seria y relevante para todos. También está tras la cámara Tina Mabry (Queen of Sugar).
- A nivel de estilo, la serie es muy estimulante. Incluye momentos clave en los que los personajes rompen la cuarta pared y hablan directamente a cámara, unas introducciones a los episodios con un toque Wes Anderson, o representaciones oníricas de los sentimientos de los personajes que homenajean distintos referentes.
- Y usa muchas referencias a la cultura popular, que es algo por lo que yo siempre tengo debilidad. La más destacada, es su propia ficción dentro de la ficción, la serie Defamation, que es una parodia loquísima de Scandal, la cita obligada en la que los estudiantes se reúnen para hacer hate watching en su emisión en directo. Justin Simien, el creador de Dear White People, explica la idea detrás de esta serie que seguro a muchos de vosotros os gustaría ver.
La primera temporada de Dear White People está disponible en Netflix.
‘Dear White People’ tendrá segunda temporada
Netflix ha confirmado que la producción de sus nuevos diez episodios comenzará a finales de añofueradeseries.com