Lo de Lexa marcó un antes y un después en Los 100. No tanto a nivel narrativo, sino por la revolución que surgió entre un sector de fans de la serie que, aún hoy, continúan usando el mismo hashtag o marcando al personaje como su favorito de cada episodio en aplicaciones como TV Show Time, aunque ya no aparezca. Por un momento, pareció que la serie no iba a ser capaz de superarlo, pero en su última temporada, parafraseándose a sí misma, ha renacido de sus cenizas, si es que alguien la había quemado.
El primer episodio de esta cuarta entrega empezaba con una cuenta atrás que marcaba el momento en el que quien no estuviera en refugio seguro moriría, y ese refugio debería tener provisiones y medios para sobrevivir durante los próximos cinco años.
La amenaza llegó puntual, tal como se nos había prometido, y durante los días de preparación los últimos habitantes de la tierra, principalmente los jóvenes enviados en esa nave que aterrizó en el primer episodio de la serie, se vieron obligados a tomar decisiones drásticas de naturaleza política, ética y moral.
Los 100 es una serie ambiciosa en los temas que plantea, una propuesta seria de ciencia ficción y que no escatima al poner a sus personajes en situaciones límite en las que se ven obligados a tomar decisiones extremadamente difíciles. Esta última es una de las señas de identidad de la serie, y no relega estos momentos a los finales de temporada: cada episodio enfrenta a sus personajes a dilemas aparentemente imposibles y, además, los hace afrontar sus consecuencias.
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A partir de aquí habrá spoilers del final de la cuarta temporada de ‘Los 100’
Praimfaya
La amenaza de esta cuarta temporada de Los 100 no estaba personificada por uno de los grupos que cohabitaban la tierra, en esta ocasión no existía la posibilidad de luchar contra ella, su llegada era inminente y, sobre todo, inevitable. La lluvia ácida, la lluvia negra, la ola mortal producida por la radiación que produciría la explosión de las plantas nucleares iba a llegar en seis meses. La solución: protegerse en un lugar hermético que les permitiera sobrevivir durante cinco años, la fecha estimada para volver a salir a la superficie sin peligro de morir por los efectos de la radiación.
Durante una temporada rica en conflictos, tuvimos alianzas, traiciones y momentos decisivos que serían finales de temporada en muchas series. Clarke escribió su famosa lista de 100 supervivientes, intentaron producir nightblood, se destruyó el Arka, Clarke se ofreció como conejillo de indias, se encontró un búnker secreto, Clarke casi se convierte en Commander, Raven borró con un método drástico el código de A.L.I.E. de su cerebro, hubo suicidios colectivos por depresión, vimos un cónclave, Octavia decidió compartir el búnker equitativamente, Jaha se rebeló (otra vez), Clarke apuntó a Bellamy con un arma, se jugó a la lotería de la vida y Kane usó gas para elegir a los supervivientes entre los Skaikru. Por poner solo algunos ejemplos.
Para el final, teníamos a 100 supervivientes de cada clan en el búnker, liderados por Octavia, quien se ganó el puesto por mérito propio, sudor y sangre, pero no por deseo personal. Y por otro a Clarke, Bellamy, Murphy, Emory, Echo, Monty, Harper y Raven, quienes sin la posibilidad de llegar a Polis a tiempo, deciden volver al espacio. Unos bajo tierra y otros fuera de ella con la esperanza de volver a encontrarse en su superficie cinco años después.
Esta temporada Clarke ha tomado decisiones cuestionables, es fácil juzgarla, pero su papel vital no es nada fácil (nunca olvidemos que, además, tiene todo el derecho a equivocarse, no solo es muy joven, creció en una nave espacial). Pero, por supuesto, Clarke ha asumido el papel de héroe, una vez más. Como Buffy, ha salvado a la humanidad varias veces. En esta ocasión, la decisión no pasaba por sacrificar las vidas de unos para salvar las de otros, sino por sacrificarse ella misma por todas las demás.
En la sala de guionistas de Los 100 no hay praimfaya que pueda con ellos, queman trama como pocas series, en cada temporada se exploran varias posibilidades de resolver los conflictos; si los guionistas quisieran, podrían haber tomado cada uno de esos caminos para ver adónde nos llevaban pero, afortunadamente, parece que tienen claro el curso de la historia y no se andan con tonterías.
Lo mismo ha ocurrido con el episodio final, una serie convencional habría puesto el punto final de la temporada en un cliffhanger abierto, pero Los 100 no ha venido a jugar ese juego y en 40 minutos llenos de emoción, tensión y muchos obstáculos, la serie decide, una vez más, mostrarnos un adelanto de lo que podremos ver el próximo año.
Qué nos espera en la quinta temporada de ‘Los 100’
Después de ese cartel que nos indica que han pasado seis años y una semana desde la catástrofe, vemos los ojos de Clarke y luego su look de guerrera con unas mechas de color, muy Rey de Star Wars, un poco Mad Max: Fury Road. El primer sacrificio que hizo durante la temporada (al inyectarse la nightblood en lugar de que lo hicieran con Emory) se vio recompensado y le permitió sobrevivir a la radiación.
Ha viajado en su coche solar, ha encontrado una zona verde, la única que queda (me parece haber escuchado el canto de los pájaros) e intenta comunicarse cada día con Bellamy para decirle que sigue viva, dónde pueden encontrarla y que la salida del búnker está obstruida. Y no habla en primera persona, dice nosotros. Ese nosotros incluye, por lo menos, a Madi, la niña que vemos con ella. Clarke no sabe qué ha pasado con los del búnker, no sabe qué ha pasado con Bellamy, Raven y los demás y, sobre todo, no sabe quiénes van a salir de esa nave que se acerca.
Nosotros, no sabemos si ella y Madi son las únicas supervivientes y natblidas en la superficie, ni cuánto tiempo llevan juntas. Tampoco sabemos qué ha pasado con el resto de personajes que conocíamos. Pero, como lo ha hecho en anteriores años, la serie ha ido sembrando pistas de las que serán las nuevas amenazas y, aunque yo no estuve lo suficientemente atenta para darme cuenta, en Reddit, Tumblr y demás sitios, han sido rápidos resolviendo la duda de la identidad de la nave que Clarke ve acercarse.
Quiénes son los de la nave del final
Mientras están en el laboratorio de Becca a mitad de la temporada, cuando intentan crear la nightblood, descubren que ella la había creado inicialmente para la Eligius Mining Company, una compañía que se la inyectaba a unos prisioneros que trabajarían en una mina espacial para que pudieran sobrevivir a la radiación. Una especie de prisión/colonia espacial minera.
Todo vuelve a ser como al principio, pero totalmente diferente
No sabemos cuántos, quiénes son o por qué han decidido volver ahora. Los 100 nos volverá a poner en una situación parecida a la de las primeras temporadas, en la que los supervivientes del búnker son los Mountain Men, Clarke es una grounder, los de la nave Eligious son skaikrus y Bellamy, Raven y los demás son los del Arca.
Todo podría ser igual, pero será muy diferente porque siempre intentan sorprendernos y los conflictos no se repetirán. Además, el salto temporal es muchísimo más largo que las 4 temporadas juntas, por lo que los personajes habrán crecido y las relaciones entre ellos habrán cambiado. Empezando por la propia Clarke, que ahora no tendrá que pensar solo en ella, porque seguramente ha pasado más tiempo con Madi que con los 100 originales, y tendrá un vínculo con ella como el que tiene Abby con Clarke.
Lo que sí sabemos es que Los 100 ha vuelto ha hacerlo, se ha reinventado otra vez. La quinta temporada nos enfrentará con nuevas y drásticas situaciones en las que elegir lo mejor, nunca significará que sea lo mejor para todos, como nos decían en The Handmaid’s Tale.
Notas al margen
- Punto para el guión que la conversación por radio con el búnker se cortara durante la conversación de Octavia y Bellamy, y que Clarke no tuviera tiempo ni de saludar. Cruel para el personaje, pero lo otro habría sido lo obvio. Además, ellos dos necesitaban más ese momento. Abby y Clarke no tenían nada nuevo qué decirse.
- ‘Es la única opción’. Oxímoron. No era consciente, y usamos este contradictorio concepto a diario. Me gusta mucho esta figura literaria y me hace gracia (re)descubrirlos, como hace poco, que lo leí sobre la popular expresión ‘es un clásico instantáneo’.
- Hablando de oxímoron y de Echo y Emory (grounders in space). Me encantó ver la cara de sorpresa de Echo al entrar en el laboratorio y luego la de ambas cuando ven a Raven flotar en gravedad cero.
- La quinta temporada no se estrenará hasta 2018.
- Jason Rothenberg dice que el final de la quinta temporada podrá servir como cierre, si la serie no es renovada, pero que con este salto temporal, tendría por delante mucha historia por contar, si los deja la CW.
Las notas de Fuera de Series:
En Fuera de Series puntuamos nuestros análisis en una triple escala de 1 a 5, inspirada en la que usa Little White Lies, en función de lo deseosos que estábamos de ver la serie (“Antes”), lo que nos ha parecido viéndola (“Durante”) y las ganas de ver más y de comentarla con más gente tras hacerlo (“Después”).
Antes: 4
Amaba a Lexa, pero su salida no me arruinó la serie. Esperaba la nueva temporada con muchas ganas. Si Jason Rothenberg hubiese visto Buffy, se habría ahorrado todo el pifostio que se montó.
Durante: 4
Disfruto mucho esta serie, es emocionante y compleja. Y sus personajes femeninos lo petan todo. Quitando a Jasper, a quien no soporto desde hace demasiado tiempo, disfruté cada escena. Entiendo que lo suyo era depresión pero su personaje era inaguantable.
Después: 4,5
Ya quiero que sea 2018.
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