(Fuente: HBO España)
Esta crítica se ha escrito después de ver la tercera temporada de ‘Better Things’.
Pamela Adlon se ha consagrado con la tercera temporada de Better Things como una de las creadoras más personales del panorama televisivo; por su talento detrás de cámara, su narración pieza a pieza, con las que construye un mosaico de experiencias y emociones, y su capacidad única para emocionar, sin que necesariamente esté pasando nada dramático en la pantalla.
¿Vosotros también llorasteis con el tramo final del último episodio? No estoy segura de cuál fue la tecla que tocó Adlon, pero yo creo que empecé a llorar en algún momento durante la actuación de Frankie, porque sé que estaba tarareando el Shake It Out de Florence + The Machine, y que en algún momento dejé de hacerlo porque no podía mover los labios; tenía que concentrarme en respirar.
La temporada de Sam estuvo marcada por fantasmas de su pasado y de su relación con los hombres, representados por su ex marido y por su padre. Este último la enfrentaba a su propia mortalidad, al paso de los años en su cuerpo, a las enfermedades, con el susto de un cáncer de colon con el que Adlon aprovechó para hacer activismo, porque en un episodio centrado en la caca no dejó pasar la oportunidad de hacer una lectura feminista.
Esos miedos también le impiden abrir las puertas a nuevas oportunidades. Quizá siente que los 50 no son el momento de hacer grandes cambios en su vida, pero todos sentimos su química con Mer. Ella sintió la química con Mer y es hora de que se plantee que los 50 son el mejor momento para que se dé la oportunidad de ser feliz, porque todos sabemos que la relación con su terapeuta representa todo lo que está mal. Y ella también lo sabe.
(Fuente: HBO España)
Los años le dan la madurez que le permite resolver fácilmente los conflictos con su amigo Rich y con su representante, pero en el episodio en el que las amigas se reúnen para pasar el día, expresa su inconformidad al ver que la fiesta se detiene porque llega el esposo de una de ellas. Y yo la entiendo y la apoyo, hasta es probable que en su situación yo hiciera lo mismo, pero detrás de su condescendencia también puede esconderse una visión manchada por las malas experiencias que ha tenido en las relaciones con los hombres de su vida.
Los fantasmas y temores de Sam son también la manifestación de las cosas que reprime, como su fase de negación con la salud mental de su madre. Las señales de los síntomas de demencia senil han estado ahí desde hace tiempo, pero Sam prefiere ignorarlas y enfadarse porque su madre ha olvidado su cumpleaños, porque pensar que se le ha olvidado es mejor opción.
Con Frankie ocurre algo similar. Cuando en la primera temporada su hija tuvo el incidente en el instituto porque quería usar el baño de chicos, Max le dijo a que todos sabían que Frankie era un chico, y en el último episodio el mensaje que le envió a Duke lo firmó como Frances, su hermano. Su personaje no ha expresado que se identifique como transgénero, pero está claro que tampoco se siente cómoda identificándose como mujer. Género no binario o trans, Frankie está intentando encontrar su propia identidad y es posible que detrás de su rebeldía resienta que su madre nunca le hable de ello.
Sam sabe que no es una mujer perfecta, ni una madre perfecta, aunque ante nuestros ojos lo sea, y por ello odiemos a sus hijas cada vez que responden con rebeldía, menos Duke, que es el amor personificado; tenemos miedo de que Duke crezca. Adlon consigue que pensemos en nuestras madres cada vez que vemos un episodio y que nos arrepintamos de cualquier niñería que hayamos hecho mientras estuvimos viviendo bajo su techo.
(Fuente: FX)
Al final, Sam apagó las velas de los 50 años, algo que no consiguió su padre, y en palabras de Frankie: “Has sobrevivido otro año. Lo has conseguido. Todos lo hemos conseguido”, un cumpleaños agridulce porque su hija solo ha abierto un poco la puerta para entrar y la ha dejado abierta para volver a salir, porque de momento no tiene intención de quedarse. Frankie/Frances tiene mucho qué decir y nada al mismo tiempo.
“Y ahora qué vas a hacer”, le pregunta a Sam su padre. Yo espero con ilusión que llegue la próxima temporada para ver cuál es la respuesta, porque de una serie que, entre otras cosas, convierte la canción de la cabecera de Phineas and Ferb en un momento tan mágico, solo puedo esperar buenas cosas. Y también espero que en algún momento Phil nos lo cuente todo sobre las brujas de su familia.
‘Better Things’ está disponible en HBO España.
Crítica: ‘Better Things’, la serie de Pamela Adlon es más suya que nunca
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