Esta crítica se ha escrito tras ver la temporada completa de ‘Euphoria’.
Menos mal que HBO anunció hace semanas esta renovación. Lo digo no solo porque en su primera temporada ha dejado algunas tramas esperando resolución, porque ha abierto otras o porque el vídeo musical final se presta a todas las interpretaciones, lo digo porque necesitamos más Euphoria en nuestra vida.
Desde que se estrenó la serie de Sam Levinson hemos estado alabando su capacidad de sorprender, la forma en la que sabe explotar la narrativa audiovisual y la construcción de sus personajes, pero lo mejor es que la propuesta no se ha diluido en ningún momento. Tampoco en su último episodio que, como los anteriores, mantiene la estructura: un montaje de varios minutos al inicio (cold open) que da paso al retrato coral de sus protagonistas, mezclando los puntos de vista de todos mientras el montaje juega con una presentación no lineal de las historias.
Euphoria nos habla de muchas cosas a través de las experiencias de sus protagonistas, pero lo que todos tienen en común es su necesidad de control. Necesitan saber que pueden controlar algo, ya sean sus emociones, lo que los demás piensen de ellos, sus impulsos o sus cuerpos; aunque, cuando vemos los resultados de su esfuerzo, todo parezca una ironía.
El reto del puzzle de este final de temporada está en la interpretación que elijamos para los últimos 10 minutos del episodio; desde que se marcha el tren en el que viaja Jules. Y su magia está en que, sea cual sea la lectura que hagamos, las fichas siempre encajarán, aunque la imagen resultante sea distinta. Pero antes de llegar allí, comentemos en qué punto dejamos al resto de personajes.
A esa noche del baile, que siempre es tan trascendente en las ficciones de instituto, nuestras protagonistas llegan con total autoconsciencia. Quizá un poco decepcionadas, porque se habían visualizado en otras situaciones, pero capaces de expresar que aún son personas en formación, que no se han acabado sus sueños, porque ni siquiera los han soñado aún. Y, para sororidad, esa mesa ideal con las seis amigas (en esa me quiero sentar yo) y no Big Little Lies.
Kat ha sido sincera consigo misma y con Ethan; se ha dado cuenta de que su actitud de aparente seguridad con el sexo era solo una forma de escapar de sus inseguridades: que le hicieran daño. Ellos dos nos dejaron el momento más bonito de la noche.
Cassie decidió abortar, con el apoyo de su madre y su hermana (recordemos que ese derecho está en peligro en Estados Unidos), en uno de los tres montajes musicales del episodio, con las imágenes de patinaje sobre hielo y la apropiada canción My Body is a Cage de Arcade Fire que, realmente, se podría aplicar a todos los personajes. Y decidió estar sola.
Maddy, por fin, dijo en voz alta, y a Nate, que su relación era abusiva, que él tiene tendencias psicopáticas y, lo más importante, que no le gusta la forma en la que la hace sentir. En la relación tóxica que tiene consigo misma aún hay mucho por explorar, pero es un buen primer paso. Aunque Cal pueda haber tenido alguna influencia, por pequeña que fuera, con lo que le dijo en la escalera. Tendremos que esperar a la próxima temporada para saber qué decide hacer con el CD y la información que contiene.
Jacob Elordi es Nate Jacobs. (Fuente: HBO)
Nate ha sido el gran villano de la temporada. Entendemos de donde viene toda esa furia interna, su necesidad de control, esa represión sexual y esa masculinidad tan mal entendida en conflicto con su propia identidad. Lo entendemos, pero como sus escenas han sido tan difíciles de ver, está mal decir, como dijo la misma Rue, que la fantasía de acabar con él la hemos tenido todos. Quizá no de forma tan explícita, claro. Es un personaje realmente complejo. La escena en la que intenta encararse con su padre para terminar dominado en el suelo y haciéndose daño a sí mismo fue dolorosa. Qué bien estuvo Jacob Elordi.
A Fez lo dejamos en una situación complicada. Los nervios hicieron que se comportara de forma muy violenta con un hombre ante los ojos de su hijo pequeño y en casa lo esperaba Mouse. Nos dejaron sin saber qué pasa a partir de ahí y no vimos si Ashtray estaba bien.
De Lexi nos hemos quedado con ganas de saber mucho más, porque ha sido la persona que las ha cuidado a todas en algún momento. Ha crecido a la sombra de su hermana y aún no ha explorado su propia identidad sexual, que va de la asexualidad a Rue, pasando por cualquier punto en el amplio espectro; necesitamos protegerla de todos los males. Seguro que todos dijimos que queríamos ver el spin-off (T)Rue Detective, protagonizado por Howard y Bennet, pero tuvo gracia hasta que entendimos que era un brote maníaco de Rue; ahí ya no pareció tan divertido
Por último, Jules y Rue. #Rules. Una relación mágica, conexión a primera vista. La compañía de Jules ha sido buena para Rue pero, como dijo Ali, tenía peligro de convertirse también en un sustituto peligroso del efecto de las drogas: una relación de dependencia. Jules quiere a Rue, pero siempre ha sentido presión por la responsabilidad que se le supone a su influencia en su sobriedad. Normal.
Jules le debe a Rue haber dejado de necesitar la validación masculina para la afirmación de su feminidad. Gracias a Rue conoció a Anna y abrió la puerta a otras experiencias, pero por mucho que nos encante verlas juntas, Jules no es lo que necesita Rue ahora mismo. Eso quedó demostrado cuando no le dio importancia a que hubiera dejado en casa su medicación. Claro que es demasiada responsabilidad para una adolescente que aún está en proceso de construcción de su propia persona; Jules tiene sus propios conflictos y tampoco ha tenido una vida fácil. Pero duele igualmente. Si nos duele a nosotros, imaginad lo que le duele a Rue.
Y esto nos lleva al final.
Qué pasa con Rue en los últimos minutos de la temporada
Lo único que sabemos con seguridad es que Rue lleva tres meses sin drogarse, que está enamorada de Jules y que tiene el corazón roto. El montaje musical de All For Us (Zendaya y Labrinth) es lo último que vemos y, con la información de su situación emocional, su dependencia de Jules y su adicción, lo primero que podemos pensar, lo primero en lo que pensamos, es que el vídeo representa lo que siente cuando vuelve a drogarse y sufre una sobredosis.
La drogadicción es una enfermedad terrible que en Rue se suma a sus problemas de depresión, ansiedad y bipolaridad, por lo que la lógica es triste pero parece rotunda: si siente que el mundo se le viene encima buscará en las drogas esos dos segundos en los que todo se detiene y la vida no hace daño.
Sobre All For Us también hay quien dice que es solo un videoclip (no), porque el canal de YouTube de la serie lo publicó como la canción oficial de Euphoria. Hay una tercera teoría, que dejo enlazada para que acceda a ella quien lo decida, porque guarda relación con la serie israelí que ha adaptado en HBO.
Entonces, ¿cuál es mi interpretación? Yo he elegido una lectura más optimista y es cercana a esta que ha estado circulando por redes sociales. Creo que después de que Jules se marchó, Rue, evidentemente, tiene el corazón roto en mil pedazos, pero también que fue sincera cuando dijo que no se iría por su madre y su hermana.
Los episodios de Euphoria nos dan siempre en desorden las piezas ajenas al suceso en el que se centran. El evento que transcurría en el presente de este episodio era el baile, así que puedo pensar que la reunión de A.A., en la que la madre de Rue lee la carta, ocurrió antes y todo lo que dijo la tocó emocionalmente.
Quiero pensar que cuando Leslie repite al final: “Sabes que la decisión será únicamente suya y solo puedes esperar que se dé la oportunidad que se merece”, significa que Rue tomó la decisión de quedarse pensando en lo mejor para ella y su familia. Que se dio la oportunidad que se merece.
Si esa reunión ocurrió antes y todas las imágenes del pasado que vimos después son una representación de lo que sintió Rue en aquel momento, para mí la temporada no acaba con Rue volviendo a consumir drogas, y el vídeo de All For Us podría ser una evocación del sentimiento de pérdida por la marcha de Jules, o de su padre; una representación simbólica de sus emociones.
Eso es lo que me gustaría que hubiese pasado, pero la reunión de A.A. también pudo ocurrir después. Las imágenes del vídeo final nos dicen que, aunque Rue tomó la decisión de quedarse, no fue capaz de procesar lo que sentía. Rue consumió drogas otra vez, porque es lo único sobre lo que tiene control. Eso es lo que nos indica la letra de la canción y la simbología de las imágenes. Por eso parece que la reaniman, por eso imagina que su padre la abraza, por eso al final se lanza al vacío de la noche. “No es una recaída si está justificada, es como un permiso”. Y, aunque yo prefiera un final distinto, sé que esto no es The Bold Type, la historia que me están contando es otra. Al menos por ahora. Me retiro a mis aposentos a llorar en un rincón.
Notas al margen:
- Qué emotivo fue descubrir que la sudadera que ha estado usando Rue todo el tiempo (y posiblemente las camisas) no son una forma de expresión de género ni una decisión estilística, sino porque era la ropa de su padre.
- ¿Sabemos algo del tercer hermano de Nate, el otro niño que sale en la foto familiar?
- El comentario sobre los tiroteos masivos debió sentirse muy cercano en Estados Unidos porque, desgraciadamente, el fin de semana pasado hubo dos.
- Con Rue (también con el padre de Cassie), sin ser el tema central de la serie, se nos muestra la gran problemática de adicción a los opioides que hay en Estados Unidos, porque suelen recetarse sin ningún tipo de control, sin importar la edad, sin importar el historial del paciente.
- Con excepción de Ethan y Kat, nadie disfrutó esa fiesta de la pasivo agresividad.
- Fue bonito ver a la madre de Rue y al padre de Jules hacerles las típicas fotos de antes de ir al baile. Desde el principio, Leslie vio que su hija estaba enamorada y, como debe ser, no cuestionó absolutamente nada. El arco de Jules tampoco se centró en su identidad trans; es una adolescente que tiene los mismos problemas que cualquier otro en su relación con el sexo.
- “Sabes que la decisión será únicamente suya y solo puedes esperar que se dé la oportunidad que se merece”; esas mismas palabras valen también para mí cuando pienso en Rue, Jules, Kat, Cassie, Maddy y Lexi.
- No sé cuál fue el instante exacto, pero hacia el final empecé a llorar y me estaba quedando sin aire al punto de ponerme nerviosa por ello. True story. ¿Alguien más con All the Feelings?
- En los momentos divertidos, la serie también destaca. La clase sobre “dick picks” fue muy graciosa, también el fanfic de One Direction, pero me quedo con la lista de personajes de The Wire que Rue invoca para intimidar al chico que estaba con su hermana en la fiesta de Halloween.
- Mientras llega la segunda temporada de Euphoria empecemos a hacer campaña, porque la serie merece estar nominada en todas las categorías principales: mejor drama, interpretación, dirección, guion, montaje y fotografía. También en música original, supervisión musical, maquillaje, efectos y vestuario. Y un Grammy para Zendaya y Labrinth por All For Us. Merece todos los premios. Serie del año. Y me da igual que sea agosto.
- Os dejo con la playlist oficial de la serie en Spotify.
‘Euphoria’ está disponible en HBO España.
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