Esta crítica se ha escrito después de ver la temporada completa de ‘Dickinson’. No contiene spoilers.
Dickinson era la serie de Apple TV+ que había creado menos expectación, la que no tenía detrás ninguna super estrella o creador de renombre, la de episodios de media hora, la dramedia, la serie juvenil, y ha resultado ser la propuesta más solida y entretenida de la primera tanda de estrenos de la plataforma.
Basada en la vida de Emily Dickinson, y creada por Alena Smith (guionista de The Affair), esta serie cuenta la historia de la poetisa cuando era una joven de 20 años en la casa familiar de Amherst, a mediados del siglo XIX, y la presenta como una heroína milenial, porque la mirada de la serie es de 2019. Aunque es fiel a la ambientación de la época y al mostrar los roles que estaban obligadas a ocupar las mujeres, las inquietudes de sus personajes femeninos y las situaciones que se presentan tienen una lectura muy actual (incluido el clima político), y Dickinson se toma licencias en detalles como el uso del lenguaje, la forma de bailar en las fiestas o la música de elegida para la banda sonora, elecciones que podrían sentirse anacrónicas, pero que en conjunto resultan totalmente orgánicas.
Hailee Steinfeld interpreta a la protagonista, Emily Dickinson. (Fuente: Apple TV+)
Esta es una serie juvenil, una comedia familiar, un drama, una historia de amor, la exploración del profundo mundo interior de su protagonista y también la representación de su proceso creativo. En la mayoría de los episodios es todas esas series al mismo tiempo y, aunque con tantos ingredientes sería fácil que perdiera su tono, lo cierto es que solo necesita de sus primeros episodios para establecer total complicidad con el espectador y conseguir que entremos de lleno en su personal universo.
Tenemos que advertir que, a pesar de que Emily Dickinson ve restringidas sus libertades por las normas de la época, algunos espectadores pueden percibirla como una chiquilla caprichosa debido a su situación social privilegiada y a su negativa a dedicarse a los quehaceres de la casa. Es una postura injusta, pero comprensible (y algo que suele ocurrir con muchos personajes protagonistas), de todas formas, para todos aquellos que tengáis esa primera reacción, no abandonéis, porque la serie tiene un elenco de secundarios maravilloso.
Anna Baryshnikov es Lavinia Dickinson. (Fuente: Apple TV+)
Desde Lavinia, la hermana de Emily, una joven tan peculiar como la poetisa, con varios momentos que os sacarán más de una carcajada; a la madre, interpretada por Jane Krakowski, a quien cuesta separar inicialmente de sus personajes de 30 Rock o Unbreakable Kimmy Schmidt, pero que por sus apuntes de autoconciencia resignada y los toques de humor la asumimos pronto como la elección perfecta; pasando por el grupo de los populares; la encantadora Sue; o la criada irlandesa, Maggie; tenéis personajes de sobra para elegir vuestro favorito, y seguro que será más de uno.
Por el momento histórico que recrea y algunas situaciones que viven sus personajes, Dickinson podría haber sido un drama muy serio, pero nunca lo es. Es una celebración a la vida y al amor, un homenaje a los que piensan diferente y una historia sobre los que consiguen hacer de sus vidas lo mejor que pueden sin importar las convenciones sociales. Es una serie entretenida, muchas veces divertida, llena de color e inspiradora, que nos abre las puertas a un mundo del que no querremos salir una vez hemos entrado, y que se beneficia de la corta duración de sus episodios, porque eso hace que la experiencia sea doblemente satisfactoria. Esperamos que haya segunda temporada.
Crítica: ‘See’ es un despropósito que salta a la vista
La serie parte de una premisa llamativa, pero nadie se ha preguntando en la sala de guion si se sostienefueradeseries.com