Esta crítica se ha escrito después de ver el final de ‘Mr. Robot’. Contiene spoilers.
Cuando se estrenó Mr. Robot nunca me detuve a pensar qué era realmente lo que me quería contar. Siendo sincera, ni siquiera pensé que hubiera algo más allá de lo formal; me dejé llevar por lo que creí eran artificios narrativos. Me parecía una serie cool con un discurso antisistema, que estaba muy bien dirigida y que, según decían, y a pesar de ser algo que ni me iba ni me venía, mostraba por primera vez en pantalla de forma realista cómo trabaja un hacker.
Pero la ciberseguridad y la lucha contra el capitalismo nunca fue el tema central de la serie. Esta no era la historia de un hacker que quería destruir a la mano invisible que controla el mundo, ni tampoco un relato de ciencia ficción sobre universos alternativos. Para su final, Mr. Robot no usó líneas de código para atacar ninguna gran corporación ni luchó a contrarreloj para producir un apocalipsis financiero. La serie dedicó sus últimas horas a decodificar la mente de Elliot Alderson, su vida y sus relaciones más importantes; a negociar con la estrategia que había usado toda su vida como el mecanismo de defensa que le permitió sobrevivir.
La revelación de que el Elliot que nosotros conocimos durante la serie era la manifestación de una de sus identidades fue un gran giro final, pero no un recurso efectista. Mr. Robot construyó desde el primer episodio el relato de una persona con trastorno de identidad disociativo y no lo hizo como un subterfugio para sorprender al espectador. Y si finalmente nos sorprendimos fue porque comprobamos que su discurso no era el de una gran conspiración, sino algo mucho más íntimo: Mr. Robot nos habló de conexiones humanas; la de Elliot consigo mismo y su relación con Darlene, su ancla.
El hackeo del 9 de mayo, el de Navidad, la planta nuclear, la muerte de Ángela, la de Whiterose… todo ocurrió en la realidad, no fue algo imaginado. Elliot “Mastermind” luchó contra todos los monstruos que encontró, incluido su trauma de infancia. Reescribió un mundo nuevo, uno que es un poco mejor, un poco más seguro, y al descubrir que Darlene había aceptado y aprendido a querer a esta versión, comprendió que Elliot ya no necesitaba una fantasía que lo protegiera, porque ese era un mundo en el que no estaba su hermana. Ya no estaría solo. Su trabajo estaba hecho. Hello, Elliot.
(Fuente: IMDB)
“I’m just a man who needed someone
and somewhere to hide
to keep me alive, just keep me alive.
Somewhere to hide to keep me alive”.
(Letra de ‘Mr. Roboto’, de Styx)
Mr. Robot se ha despedido haciendo menos ruido del que se merece, pero lo ha hecho con una temporada final excepcional que la coloca en la lista de las mejores series de la década. Se mantuvo extraña hasta el final (la cara de Christian Slater nos perseguirá en nuestras pesadillas), pero su cierre fue, sobre todo, sorprendente, emocionante y emotivo. Fue el final perfecto para la serie y, aunque hay que reposar el efecto inmediato antes de hacer estas afirmaciones, la sensación que queda cuando salen los títulos de crédito es que estuvimos ante uno de los mejores finales de serie de la historia de las series.
Goodbye, friend.
‘Mr. Robot’ está disponible en Movistar.
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