Esta crítica se ha escrito después de ver los ocho episodios de ‘Defending Jacob’. No contiene spoilers.
Chris Evans y Michelle Dockery interpretan en Defending Jacob a Andy y Laurie Barber, los padres de un adolescente sospechoso de haber asesinado a uno de sus compañeros de clase. Ante la posibilidad de que su hijo de 14 años haya sido capaz de asesinar a alguien, ¿harán todo lo posible por descubrir la verdad o lo único que quieren es protegerlo a toda costa? Esta es la pregunta principal que plantea la nueva serie de Apple TV+, un thriller legal cuyo reparto y valores de producción compensan ocho horas frente a la pantalla.
La serie evita la narración lineal y se estructura en torno a las escenas de juicio -que ocurren meses después- en las que las preguntas de los interrogatorios se usan como recurso para hacer avanzar la trama del presente e ir desvelando detalles sobre la vida de Jacob y las dudas que recaen sobre él. Pero el misterio que le interesa a Defending Jacob no es tanto descubrir quién es el verdadero culpable, o explicar la naturaleza de algunas de las conductas del adolescente que le da título a la serie, sino hacer un estudio psicológico de cómo reaccionan esos padres ante esa situación con la información de la que disponen en cada momento.
Jaeden Martell, actor al que vimos en It y Puñales por la espalda, es el encargado de dar vida a Jacob y está a la altura de un papel que exige la ambigüedad que se requiere para parecer por momentos un sociópata, en otros un adolescente tímido que comete errores por inexperiencia, y en el resto una víctima. El resto del elenco está formado por actores de reconocida solvencia, capaces de darle entidad a sus personajes -aunque solo estén al servicio de la historia-, entre los que destacan Cherry Jones, en el papel de abogada de la defensa, y que protagoniza una de las mejores escenas de toda la serie durante la preparación de Jacob para el juicio.
Chery Jones interpreta a la abogada de la defensa. (Fuente: Apple TV+)
Para Defending Jacob, el protagonista es Chris Evans, el padre dispuesto a todo por proteger a su hijo, sin importar las consecuencias. Su Andy Barber es el personaje con más tiempo en pantalla y al que todo vuelve siempre de una u otra forma, pero la verdadera estrella es Michelle Dockery, que con sus dudas protagoniza una serie paralela, una especie de Tenemos que hablar de Kevin, que es una historia mucho más compleja y turbia. Y también mucho más interesante.
La primera mitad de la temporada es de cocción lenta y la narrativa toma algunos desvíos que funcionan más como distracción que otra cosa, aunque no deja de resultar resulta curioso el diálogo que se establece de forma tangencial entre esta ficción y otras dos que hemos visto este año, como son Evil y El visitante. La primera en lo relacionado con la exploración del origen del Mal, y la segunda en las dudas que surgen cuando hay pruebas que parecen tan contundentes que son capaces de superar al amor incondicional.
Como por cuestión de tiempo no pude ver cada episodio de principio a fin sin pausas de por medio, no puedo entrar en valoraciones de si a Defending Jacob le sobra (mucho) metraje, o si son muy notorios los valles en el ritmo narrativo, lo que sí os puedo decir es que tiene los giros suficientes que exige el género para mantenernos interesados y con una sombra de duda permanente sobre la inocencia de Jacob. Y que en los dos últimos episodios la acción pone el pie en el acelerador para dejarnos con la sensación de compensa el tiempo invertido en llegar hasta ahí. Que esa sensación sea positiva o negativa por lo que nos cuenta sobre los personajes es otra historia pero, sin duda, es impactante y audaz.
Los tres primeros episodios de ‘Defending Jacob’ están disponibles en Apple TV+.
Crítica: ‘Home Before Dark’, una ‘Veronica Mars’ en formato pequeño
No huyáis porque la protagonista tiene nueve años, Brooklyn Prince sabe llevar sobre sus hombros el peso de la seriefueradeseries.com