Robbie Amell interpreta a Nathan Brown en ‘Upload’. (Fuente: Amazon Prime Video)
Esta crítica se ha escrito después de ver tres episodios de ‘Upload’. No contiene spoilers.
Mike Schur, Alan Yang y Greg Daniels entraron a un bar en 2015. Esto no es un mal intento de chiste, es una anécdota real. Los tres creadores -y amigos-, que trabajaron juntos en Parks and Recreation, habían quedado para verse y contarse qué tal les iba la vida. Todos estaban trabajando en nuevos proyectos televisivos, pero no se contaron ningún detalle sobre lo que estaban escribiendo. Esas series eran The Good Place, Forever y Upload, tres propuestas diferentes que coinciden en un tema común: la vida después de la muerte.
Upload es la nueva serie de Daniels, cuya génesis surgió en 1990, época en la que trabajaba como guionista en Saturday Night Live, aunque entendió que ese no era el espacio para materializarla. Guardó la idea en un cajón que volvió a abrir en 2006 para convertirla en una novela de ciencia ficción, pero en ese momento estaba con The Office, y no volvió a recuperarla hasta 2015, cuando empezó a desarrollarla para HBO, donde iba a tener un enfoque más político. A partir de hoy podemos ver en Amazon Prime Video en qué ha derivado esa idea que tuvo en la cabeza durante 30 años.
Esta comedia híbrida, que mezcla sátira, misterio, ciencia ficción, romance y crítica capitalista, nos presenta un futuro cercano en el que se ha desarrollado un sistema que permite que la conciencia humana se digitalice y se suba a un entorno/paraíso virtual, en el que las personas podrán seguir viviendo y manteniendo contacto con sus seres queridos del mundo real. En el primer episodio conocemos a Nathan, quien después de sufrir un accidente que pone su vida en peligro, deberá decidir entre el quirófano -con la posibilidad de que la muerte sea definitiva- o Upload. Es el protagonista de la serie, así que ya sabéis que opción elige.
A través de Nathan conocemos todos los entresijos de Lake View, el paraíso en el que continuará su existencia, un lugar en el que (se supone) no existen las preocupaciones del día a día de los mortales; en el que comes por placer, porque en realidad no hay necesidades orgánicas que cubrir, y tienes todo el tiempo del mundo para hacer lo que te plazca. O no hacer nada.
Andy Allo (a la izquierda) es Nora. (Fuente: Amazon Prime Video)
A su disposición tienen siempre a un Ángel, una persona del mundo real contratada por la empresa que gestiona las instalaciones virtuales, a la que acuden siempre que tienen dudas sobre el funcionamiento de las cosas o, simplemente, ganas de hablar porque se aburren. Los Ángeles son una mezcla entre guía espiritual y servicio de atención al cliente (una especie de Janet en The Good Place) y la de Nathan es Nora, con quien establece desde el inicio una conexión especial.
Este mundo simulado ofrece todas las comodidades que se puedan soñar, eso sí, dependiendo del dinero que cada uno tenga en la cuenta bancaria, porque hay servicios gratuitos, pero lo mejor se obtiene pagando extras. Esa visión amarga de que la desigualdad económica nos perseguirá hasta después de muertos es uno de los aspectos en los que destaca Upload, y aunque no es un tema nuevo en la ciencia ficción (recordemos Ciudad Permutación de Greg Egan), sí la diferencia de todas las series que os han podido venir a la cabeza leyendo esta crítica; desde las tres que mencionamos en el primer párrafo, a varios episodios de Black Mirror, Westworld y otras propuestas de ciencia ficción que hemos visto este año.
El mundo tecnológico que construye Greg Daniels en su nueva serie tiene detalles divertidos, otros curiosos y algunos muy innovadores. También en la parte del mundo terrenal, en el que llama la atención, por ejemplo, la comida preparada con impresoras 3D, esta parte la iremos conociendo junto a Nora, que también tiene un arco propio familiar, y cuyas interacciones con Nathan es lo que consigue que simpaticemos con él.
El humor de la serie es físico y sencillo, el tipo de humor que nos hizo reír en The Office, basado también en unos diálogos rápidos y muy bien escritos, aunque también tiene ramalazos de otro muy oscuro, como el que podemos ver en el tercer episodio de la temporada, el del funeral. Hasta ese momento Ingrid, la novia de Nathan se nos presenta muy unidimensional, pero parece que el personaje tiene posibilidad de ofrecer otros matices.
No sé cómo se resolverá, porque me faltan siete episodios para acabar la temporada, pero Upload plantea un misterio interesante alrededor de la muerte de Nathan y los datos de su memoria que se traspapelaron por el camino pero, sobre todo, ha creado un universo con potencial para mantenernos entretenidos. También ofrece una lectura adicional provocadora y sugerente, esto no siempre es necesario, pero cuando me lo dan lo agradezco.
‘Upload’ está disponible en Amazon Prime Video.
Por qué Greg Daniels es garantía para que veas ‘Space Force’ en Netflix
Esta comedia, cocreada y protagonizada por Steve Carell, está inspirada en una idea loca de Trumpfueradeseries.com