¿Hay spoilers a tu espalda, Daenerys? (Fuente: HBO)
Para algunos espectadores, tardar doce horas en ver el nuevo episodio de Juego de Tronos puede ser una tortura. No porque tengan que esperar a volver del trabajo para verlo y no puedan soportar más las ganas de saber cómo continúa la historia, sino porque corren el riesgo de que en algún de internet “se coman” un spoiler sin darse cuenta.
Con la emisión simultánea a Estados Unidos de los nuevos episodios tanto en HBO España como en Movistar+, se incrementa ese riesgo. El primer pase de los capítulos es a las 3 de la madrugada, y aunque en HBO España estén después disponibles para verlos en cualquier momento, y Movistar Series los repita los lunes por la noche, ya está creado el caldo de cultivo para los spoilers. Y para que resurja de nuevo la eterna polémica de qué es un spoiler y cuáles son las normas de buena educación con ellos.
Hace un par de años, de hecho, Netflix lanzó un vídeo especial hablando, precisamente, sobre las quejas de los usuarios de sus redes sociales sobre la aparición de spoilers en sus páginas y perfiles. La plataforma respondió con esta explicación a cargo de Michael Kelly, Doug Stamper en House of cards.
Ya habían publicado otro vídeo sobre el mismo tema el año anterior, intentando diferenciar lo que eran puntos de información básicos para iniciar una conversación sobre las series y lo que eran, simple y llanamente, spoilers desconsiderados. El problema está, sin embargo, en que a veces resulta complicado distinguir entre unos y otros.
“El problema está cuando en el título del vídeo, noticia, Facebook, Twitter se menciona íntegramente el spoiler. Considero que lo ideal es que tengas que entrar en la noticia/vídeo para verlo, ya que si no es inevitable y jode mucho. Lo mismo en las portadas de vídeos como YouTube… Si hay respeto en ese tema, cualquiera puede evitar los spoilers y, así, todo el mundo está contento, quien quiera verlos como el que no”, explica Mikel Guerra, uno de nuestros lectores a los que hemos pedido opinión sobre este tema.
Y esas opiniones son de lo más variado. Iván Alba cree que “el spoiler está tanto en el emisor como en el receptor, hay gente que considera spoiler que le indiques que tiene un final sorprendente. Creo que es un común acuerdo, no una regla fija”, y es Paco Gurney, colaborador del podcast La Colina de Avalon, quien acaba resumiendo la cuestión de fondo: “el spoiler se ha convertido en el gran pecado de nuestro siglo. Y es complicado, dado que el concepto de día de emisión es cada vez más difuso”.
Ahí entramos en el verdadero nudo meereeno, que diría George R.R. Martin, de la cuestión: el comportamiento de los perfiles oficiales en redes sociales de las cadenas de televisión. Esos perfiles no desvelan nada antes de que el episodio en cuestión se emita en su canal, pero una vez que se acaba, es habitual encontrar fotos o comentarios que espectadores que tardarán más en ver el capítulo considerarían spoiler.
Espectadores como Roberto Pastor son muy críticos con esa práctica: “lo de los canales oficiales (Facebook y Twitter) spoileando episodios justo al acabar es una irresponsabilidad. Vivimos en una época en la que el visionado en directo ya no es necesario”. Pero para otros como Marina, “una vez se ha emitido el capítulo es responsabilidad del espectador interesado evitar el spoiler”. ¿Y qué pasa con quienes están detrás de esos canales oficiales?
Hemos preguntado a Pilar Toro, community manager de Calle 13 y Syfy, por sus directrices a la hora de comentar en redes sociales los capítulos de sus series cuando están en emisión, y su respuesta es que “mi política para comentar episodios en las redes sociales de mis canales (Calle 13 y Syfy) es la misma que aplico en mi vida cotidiana: manejar el arte de la sutileza. No puedes no comentar ESO que acaba de pasar en Arrow o en Los 100, porque necesitas generar engagement con tu comunidad, y el hecho de ofrecerles un interlocutor que también está “vibrando” con el último giro de su serie favorita genera un valor de marca impagable, pero vivimos en el mundo del on demand y el consumo diferido; por lo tanto, ante cualquier atisbo de spoiler, siempre va a haber followers que te salten al cuello como fieras”.
Hay que moverse, por lo tanto, por una línea muy difusa. “En el live-tweeting, trato de hacer comentarios genéricos que entienda quien esté viendo la serie contigo en ese momento, y que generen intriga a quien no (¿para qué decir “¡qué fuerte que haya muerto Oliver Queen!”, si puedes decir “¡qué fuerte lo que acaba de pasar, no nos vamos a reponer nunca!”?)”, continúa Pilar Toro, “y la misma política sobre los retweets a los comentarios que hacen los espectadores. Siempre hay gente que te va a decir que haces spoiler, pero nuestros seguidores suelen valorar que tratemos de ser sutiles”.
Al final, determinar qué es spoiler viene marcado por el conocimiento previo de todas las partes implicadas. “No es justo que la gente que ha visto el capítulo o la película tenga que esperar para comentar lo que ha visto. Pero que esa persona se asegure de si su interlocutor lo ha visto o no para no destrozarles la experiencia”, apunta nuestra lectora Verónica Gil. Y esto quiere decir que marcar 24 horas, una semana o un año como margen antes de considerar algo como spoiler no sirve para nada porque, si el que recibe la información no está al tanto, el spoiler no prescribe nunca.
Aquí entra también en liza el tratamiento mediático de algunos giros impactantes en series como la propia Juego de Tronos. Julián Clemente, colaborador del podcast de cómics Slumberland, cree que “en este tema hay mucha hipocresía. Habitualmente, las webs amarillistas dedicadas al clickbait usan el spoiler como elemento de reclamo para atraer visitas de una manera muy sencilla. El público debería aprender a protegerse de ellas, pero la mayoría no lo hace”.
Si eso empobrece o no la conversación sobre las series, y cuánta culpa tiene Netflix en todo esto, es asunto para otro día.