Audra McDonald y Christine Baranski, en una imagen de la segunda temporada. (Fuente: Movistar+)
Es probable que The Good Fight sea la primera serie de la era Trump de la televisión estadounidense. De hecho, su primera escena nos dejaba ver a Diane Lockhart, la liberal consumada de la serie, asistiendo atónita a la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. La manera en la que la sociedad y la política del país han cambiado desde entonces son una parte integral de la ficción desde el principio y van a serlo más en su segunda temporada, que se estrena esta madrugada en Movistar+.
La sensación de que cualquier locura puede ser real, de que ya nadie entiende cómo funciona el mundo, de que los locos son los que dirigen ahora el manicomio es una constante en los medios progresistas estadounidenses desde noviembre de 2016, y es una parte muy importante de lo que Diane va a vivir en estos nuevos episodios. Si la situación ha llegado a un punto en el que parece factible que Trump tenga un cerdo dentro de la Casa Blanca, es que realmente algo se ha roto.
En las entrevistas promocionales que Christine Baranski está dando estos días describe a su personaje en esta segunda temporada como “desquiciada”. En los tres primeros episodios no llega a tanto, pero sí que se nota que ha perdido, de algún modo, su brújula, su Norte. Clientes enfadados empiezan a asesinar a algunos importantes abogados de Chicago y Diane siente que ya no tiene el control sobre el mundo que la rodea, que ya no lo entiende. La inseguridad y la incertidumbre se adueñan de ella.
Christine Baranski y Sarah Steele, como Diane y Marissa. (Fuente: Movistar+)
Y esa incertidumbre se va a acentuar porque, como era tradición ya también en The Good Wife, el bufete va a vivir una época de cambios. La temporada se abre con la muerte de uno de los fundadores, Carl Reddick, y la llegada de su hija como nueva socia. Interpretada por toda una leyenda vida de Broadway como Audra McDonald, es un personaje que ya apareció en la serie original como fiscal. Pero un tuit anti Trump la lleva a pasarse al otro lado, un paso que no va a ser tranquilo.
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Diane, además, está involucrada, aunque sea tangencialmente, en el otro gran frente abierto del inicio de la temporada, que es el juicio a Maia Rindell por la estafa de su padre. Algunos críticos estadounidenses han expresado su decepción porque no ven que Maia vaya a ninguna parte como personaje, y es cierto que las dudas sobre lo que ella sospechaba, sobre sus complicados sentimientos hacia su padre, y la presión del FBI sobre ella para encontrarlo a él no tienen ya mucho más que aportar, pero Rose Leslie aprovecha al máximo todos los silencios de su personaje y sigue siendo muy interesante su deconstrucción a través de sus imperfectos recuerdos.
Ése se mantiene como uno de los aspectos más logrados de The Good Fight, y también uno que puede pasar más desapercibido. Maia necesita empezar a tener un arco separado de la estafa de su padre para que pueda crecer como personaje, y ese arco implica que trabaje más a menudo al lado de Marissa Gold, podemos tener a las nuevas Alicia y Kalinda del inicio de The Good Wife.
Maia Rindell afronta el juicio por la estafa de sus padres. (Fuente: Movistar+)
Marissa y Maia resultan muy entretenidas de ver juntas, también porque representan a dos jóvenes que están abriéndose camino todavía en ese entorno ultracompetitivo de la abogacía de Chicago. Marissa, además, continúa robando todas las escenas en las que está, y Sarah Steele funciona muy bien con prácticamente cualquier actor con el que comparta plano. Era el gran hallazgo de la primera temporada y se reafirma en la segunda.
En esos nuevos capítulos vamos a seguir viendo tensiones por el control del bufete, casos inspirados en eventos reales y gente que, aunque lo intenta, nunca consigue separar de su vida privada de la pública, un tema que era uno de los aspectos centrales de The Good Wife. La incertidumbre de los tiempos actuales, y la sensación de que el mundo se está yendo por el desagüe (que “el mundo fue y será una porquería”, como dice el tango), es la novedad de The Good Fight con respecto a su serie madre. Sus personajes pensaban que vivían en una sociedad post todo, y despiertan dándose cuenta de que, en realidad, nada ha cambiado.
Quienes disfrutaran con su primera temporada, lo harán también con la segunda porque la serie tiene claro cómo es y lo que quiere contar. Los espectadores que no la vieran en su momento, pueden subirse al carro ahora perfectamente y se encontrarán con una serie más cínica de lo que, quizás, esperaban, una serie con un sentido del humor que siempre está presente y que se preocupa por no tener protagonistas de una pieza. Diane es la más cuidada en el arranque, pero es de esperar que Lucca y Maia tengan también sus viajes más adelante.
Notas al margen
- Como decíamos, la gran incorporación al reparto en esta segunda temporada es la de Audra McDonald. Es toda una institución del teatro neoyorquino con seis premios Tony en su haber, y el último lo ganó por un monólogo en el que interpretaba a una Billie Holliday ya al final de su vida, Lady Day at Emerson’s Bar & Grill. Se puede ver en HBO España.
- Entre los hechos reales que The Good Fight dramatiza para sus casos figura, en uno de los primeros episodios de la temporada, el escándalo de supuestos abusos sexuales en el reality show Bachelor in Paradise. Han contado que, más adelante, tendrán otro sobre el supuesto vídeo de la “lluvia dorada” de Trump en Rusia.
Las notas de Fuera de Series:
En Fuera de Series puntuamos nuestros análisis en una triple escala de 1 a 5, inspirada en la que usa Little White Lies, en función de lo deseosos que estábamos de ver la serie (“Antes”), lo que nos ha parecido viéndola (“Durante”) y las ganas de ver más y de comentarla con más gente tras hacerlo (“Después”)
Antes: 4
No lo voy a negar, ‘The Good Fight’ era una de las series cuyo regreso yo esperaba con más ganas. Fui una gran fan de ‘The Good Wife’ y la primera temporada de su spin-off fue de las series que más me entretuvieron el año pasado.
Durante: 3
Los tres primeros episodios de la temporada mantienen todas las señas de identidad de ambas series, desde sus jueces peculiares a sus juicios con giros inesperados o sus luchas por el poder en el bufete. Y dan más cancha a Marissa Gold, lo que siempre es de agradecer.
Después: 3,5
Esta segunda temporada serán trece episodios que, muy probablemente, van a acabar sabiendo a poco. Los tres primeros capítulos dejan con ganas de seguir viendo la lenta deconstrucción de Diane, la reconstrucción de Maia de su vida y cualquier cosa que haga Marissa. ‘The Good Fight’ es muy bienvenida de vuelta.
La segunda temporada de ‘The Good Fight’ se estrena esta madrugada, simultáneamente a su emisión en CBS All Access, en Movistar Series, en VOS. Su versión dual llegará el 15 de marzo, a las 22:30.