Una imagen de la segunda temporada de ‘Star Trek: Discovery’. (Fuente: CBS All Access)
El estreno de Star Trek: Picard, la nueva serie dentro de la framquicia que está creando CBS All Access, parece haber sacado a la luz una de las partes menos agradables de los fandoms muy longevos. Los trekkies existen desde 1966, cuando se estrenó la serie original de Star Trek, y muchos de los seguidores actuales de la saga vieron las películas, o las aventuras originales de Kirk y Spock, o algunos de los títulos lanzados a partir de Star Trek: La nueva generación, cuando eran niños o adolescentes. Se convirtieron en su cosa favorita del universo, lo que más amaban, y quieren preservar aquellas series en formol.
Ni un solo pelo se le puede cambiar al maquillaje de los klingon. Es un atentado contra sus recuerdos de infancia, contra esa nostalgia excesiva y abrumadora que, en su afán por preservar determinada serie en su estado original, lo que acaba haciendo es destruirla. Esa parte del fandom es hostil hacia cualquiera que quiera subirse al carro a posteriori; jamás serán fans de verdad porque no sienten esa nostalgia tóxica. Ven las series con nuevos ojos. Las adoran, pero el reducto más “purista” siempre los expulsará.
Cada vez que se habla y se escribe de Star Trek: Picard, surgen los comentarios que se alegran de tener, por fin, una serie trekkie de verdad, no como esa basura de Star Trek: Discovery. Y lo dicen con tanta vehemencia, que realmente asusta un poco preguntar por qué Picard sí es, a sus ojos, Star Trek y Discovery, no. ¿Es sólo la nostalgia? El personaje interpretado por Patrick Stewart es, al fin y al cabo, uno de los más queridos por ese fandom que, paradojas de la vida, no había nacido probablemente cuando la Enterprise surcó por primera vez las televisiones estadounidenses.
¿Hay algo más detrás de esa afirmación? Nadie lo reconocerá abiertamente. Dirán que Discovery es mala y un peñazo y, por supuesto, se añadirá el quid de la cuestión, la justificación no pedida que, quizás, sea la verdadera razón de semejante inquina: “y a mí no me molesta que la protagonista sea una mujer negra, pero es que lo sabe hacer todo y todo le pasa a ella”. Vaya, claro. Es la protagonista. ¿O es que Picard no era casi infalible? Hablemos de Kirk, si no. Era valiente, leal, honorable, sabía salir de todas las situaciones más imposibles (y él estaba envuelto en todas), todas las mujeres se enamoraban de él, tenía sentido del humor… Si eso no es un protagonista demasiado perfecto para ser de verdad, que baje Dios y lo vea.
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