Póster de la quinta temporada de ‘Outlander’. (Fuente: Movistar+)
Esta crítica se ha escrito tras ver el primer episodio de la quinta temporada de ‘Outlander’ y no contiene spoilers.
La guerra ha sido una constante en Outlander. Cuando Claire llega por primera vez al siglo XVIII, lo hace solo unos años antes de que los highlanders escoceses y la Corona británica vayan a la guerra y, además, ella misma ha vivido en su tiempo la experiencia de otro conflicto, la Segunda Guerra Mundial. Al trasladarse a América, un poco por accidente, Claire y Jaime lo hacen a finales de la década de 1760, cuando los desencuentros entre los colonos y los gobernadores ingleses empiezan a ser cada vez mayores.
En el horizonte se asoma otra guerra, la Revolución Americana, que entre 1775 y 1783 enfrentó a las trece colonias inglesas en Norteamérica contra la Corona. En la cuarta temporada de Outlander comenzamos a ver las semillas de esa insurrección con la rebelión de los Reguladores, y esas semillas van a fructificar en más batallas para nuestros personajes en los nuevos capítulos. El primero de la quinta así lo insinúa con esa cruz ardiente que le da título: cuando el jefe de un clan escocés prendía fuego a una cruz de madera, es que se avecinaba guerra.
La temporada, sin embargo, empieza plácidamente, aunque se nota subyaciente cierta tensión. La boda de Brianna y Roger es una ocasión feliz que reúne a los arrendatarios de Jaime y a la familia que tiene allí, y que también junta en el mismo espacio a personajes con agendas contradictorias. El gobernador Tryon quiere que Jaime cumpla con su parte del acuerdo y atrape a Murtaugh como cabecilla de los Reguladores; Brianna, de repente, se siente de nuevo bajo la nube oscura de la violación que sufrió a manos de Stephen Bonnet y, en medio de todo esto, Roger se encuentra examinado por todos lados para ver si tiene que lo hay que tener para sobrevivir allí.
Roger se ve puesto a prueba por la tía Jocasta. (Fuente: Movistar+)
El desarrollo como personajes con entidad propia de Roger y Brianna es una de las asignaturas pendientes de Outlander. Parece que, entre el estrés postraumático que va a sufrir ella y el aprendizaje exprés de él para convertirse en un colono del siglo XVIII, se van a dar los pasos en la dirección adecuada, pero tendremos que esperar a comprobar cómo evoluciona la temporada. De momento, hemos comprendido que si Roger no se atreve a comprometerse de pleno con su nueva situación (como que tarde más de la cuenta en jurarle lealtad a Jaime) es porque cree que es temporal.
Está convencido de que Brianna, el pequeño Jemmy y él regresarán a la década de 1960 más pronto que tarde. Cómo pretende hacerlo, teniendo en cuenta su propio accidentado viaje hasta 1770, es otra historia, pero ahí está, latente, una de las razones por las que se comporta de esa manera. Será curioso ver cómo recibe el entrenamiento en armas y cómo todo el mundo a su alrededor espolea su carácter para que no se quede solo en la diatriba que le suelta a la tía Yocasta, sino para que despierte su lado de hombre de acción.
Los diferentes hilos argumentales de la temporada se presentan en este primer episodio: además de cómo va a lidiar Brianna con su trauma, y qué va a hacer Jaime para que parezca que actúa de verdad contra los Reguladores, tenemos a Claire en su consultorio médico y a Jocasta y Murtaugh viviendo su historia de amor clandestino. Son dos personajes que desarrollan una dinámica muy interesante juntos, que se retan y no pueden evitar atraerse, pero él tiene una orden de captura sobre su cabeza.
Murtaugh y Jaime. (Fuente: Movistar+)
Siempre que Jaime y Claire se han visto frente a un acontecimiento histórico fundamental, Outlander ha dado lo mejor de sí misma. Sus esfuerzos en Escocia por evitar la batalla de Culloden elevaron una segunda temporada que perdió fuelle en Francia, por ejemplo. Aquí, los principales personajes saben lo que les viene encima y saben cómo va a acabar, pero aunque tengan los conocimientos del panorama más amplio, de la bigger picture, que dicen los anglos, desconocen cómo pueden afectar a gente de a pie como ellos, gente que no siquiera son un pie de página para la Historia.
De momento, si logran mantener su estatus hasta el motín del té de Boston ya será una victoria. Pero quedan tres años para eso en el tiempo de la serie. Aún pueden pasar muchas cosas.
La quinta temporada de ‘Outlander’ se estrena hoy en Movistar Series y en VOD.