Esta crítica se ha escrito después de ver la serie completa.
Un millón trescientos espectadores en el estreno de Exit, la última y más afamada producción de NRK, en Noruega. Es una barbaridad, si tenemos en cuenta que este país tiene censados alrededor de los cinco millones y medio de habitantes. ¿Por qué tanto revuelo, por qué tanta expectación? Exit, que acaba de llegar a Filmin, es la historia de cuatro hombres de negocios triunfadores, millonarios y absurdamente aburridos. El dinero, al parecer, no puede con el hastío. Dotados de una especial habilidad para la mezquindad y el cinismo, Adam Veile (Simon J.Berger), William Bergvik (Pål Sverre Valheim Hagen), Henrik (Tobias Santelmann) y Jeppe Schøitt (Jon Øigarden) se sumergen en una espiral de violencia, sexo, prostitución, drogas y egoísmo con el único objetivo de divertirse.
Su director y coguionista, Øystein Karlsen, aseguró que lo relatado en la serie está basado en testimonios reales de cuatro hombres de negocios noruegos (estos de verdad). Las más de tres horas que duran las grabaciones arrojan una sucesión de barbaridades que impuso a Karlsen parar constantemente la cinta. Una vez escrito el guión, se lo envió de vuelta a los cuatro. Les indicó expresamente que el 70% del guión era basado en sus relatos y el 30% restante, ficción. No pusieron objeción alguna a la ficción salvo detalles como que sólo usaban tarjetas de crédito American Express Centurión (ni sabía que existían, la verdad) o que nunca volaban en vuelos que no fuesen privados. Sin embargo, todas las salvajadas que la serie expone son reales. Con tales antecedentes, la expectación en su estreno estaba servida.
Una vez escuché a Javier Sádaba en una conferencia que la moral es el conjunto de normas que una sociedad escoge para aplicársela a sí misma. Algo así ocurre con los cuatro protagonistas de Exit; los protagonistas de la serie optan por la amoralidad. No aceptan los términos bien y mal, no porque no los comprendan, sino porque ellos estiman que están por encima. Ellos deciden qué les satisface y cómo, sin recabar en qué ni cómo sus actos desembocan en los demás. Porque esa superioridad manifiesta que les brinda el dinero no permite la empatía, consideración o amabilidad. Ellos escogen la amoralidad como el conjunto de normas. Ellos son la amoralidad.
Así, tenemos situaciones como el corte de un trozo de oreja a una prostituta en una orgía, hacerse una vasectomía sin contárselo a su mujer y dejando que crea que el problema lo tiene ella, guardar en el sótano millones de euros, drogas en grandes cantidades y armas, humillaciones constantes por ser mujer, inmigrante o pobre, trapicheos con la mafia, y todo eso alternándolo con los constantes cambios de coches, barcos, casas (cada cual más caro y aparente que el anterior) y cualquier objeto que exponga su ostentación. Todo salpicado con un lenguaje procaz, irreverente y salvaje.
Dividida en ocho capítulos que oscilan entre los 30 y 35 minutos, la montaña rusa constante que viven los cuatro triunfadores nos lleva a recordar caracteres como el de Gordon Gecko en Wall Street, Sherman McCoy de La hoguera de las vanidades o a la ínclita familia Roy de Succession. Sin embargo, lejos de los ambientes neoyorquinos (donde, no sé porqué, esto nos parece más normal), trasladar una historia tan antigua como la avaricia y mezquindad se nos antoja diferente en Oslo. Como si dentro de esa sociedad tan idílica y moralmente bien construida fuera imposible que estos “pecados” existiesen, cuando es algo humano. Sólo humano.
Premiada como mejor serie de la sección Panorama Internacional en el Festival Séries Mania del 2019, Exit se divide en dos partes: amodo de documental, los cuatro primeros episodios nos presentan a los protagonistas. Todos religiosamente millonarios (“nuestra religión es el porcentaje de beneficios”), cada uno expone sus éxitos sin casi ocuparse de aquello que les rodea (“llevo dos semanas sin ver a mis hijos y lo tranquilo que estoy”), y aludiendo con recurrencia a su hastío por castigo. Los cuatro restantes son las cruces de las cuatro monedas. Cada uno emprende su descenso al infierno de diferente manera. Sin embargo, una vez allí, no todos entienden que ése no es su destino, sino la siguiente parada.
‘Exit’ está disponible en Filmin.
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