Esta crítica se ha escrito tras ver los dos primeros episodios de ‘Con amor, Victor’ y no contiene spoilers.
Con algunos meses de retraso respecto a su estreno en Hulu en Estados Unidos, la serie Con amor, Victor (ay, qué raro se me hace no ponerle tilde) ha llegado hoy a nuestro país de la mano de Disney+, marcada como uno de sus “originales” de Star, el servicio para no-niños que acaban de lanzar. Lo ha hecho con solo dos episodios de apenas media hora -los demás, entendemos, irán llegando semana a semana- que se ven fácilmente y enamoran de un flechazo.
Como ya hiciese Con amor, Simon, la película de la que surge este proyecto televisivo, Con amor, Victor no viene a inventar nada, pero sí a ajustar una cuenta histórica con el público LGTB adolescente: ya era hora de que los jóvenes gays y bisexuales se viesen representados en una comedia romántica de instituto donde, aunque haya drama, prevalece el azúcar sobre la tragedia. Aquí no se va a tirar por el manido bury your gays sino que se propone un lugar confortable donde todo se construye hacia lo positivo.
Positivo digo, aunque la palabra más idónea es cuqui. Porque cuqui es Con amor, Victor y cuqui es el propio Victor, quien se enfrenta a su primer curso en un instituto nuevo y, como él mismo anticipa, su camino, aunque parecido al de Simon, no será tan fácil. Ahí es donde película y serie se entroncan, y muy bien; si en la cinta el protagonista escribía a un chico anónimo del que se acabaría enamorando, aquí Simon se convierte en confidente y apoyo, mientras que los mensajes ayudan a narrar los pensamientos, deseos y problemas del nuevo protagonista.
A ello se le suma otra capa de representación. En Con amor, Victor no sigue a un chico blanco, sino a uno latino y la elección, por supuesto, suma también significado a la historia: no solo porque, como él dice, cree que sus padres le entenderán menos, sino que es algo que cambia la forma en la que se enfrenta al mundo; ser diferente le hace querer encajar más que nada. Eso lleva a Victor a intentar ser aceptado por todos, a veces de forma natural, pues es un chico guapo y carismático, pero también de forma un poco forzada.
Y ahí está la gran cuestión que deja entrever Con amor, Victor. El muchacho sabe que le gustan los chicos y se pone nervioso cada vez que habla con Benji, un compañero de instituto abiertamente gay, pero termina acercándose a una chica que también es un encanto, Mia. ¿Está descubriendo Victor que es bisexual o está evitando dar el paso para salir del armario? Sea cual sea la respuesta a esta pregunta estará bien siempre que esté siendo honesto consigo mismo y sea feliz.
Eso es lo que queremos nosotros para Victor porque, insistimos, es muy cuqui. O dicho en jerga tuitera, PROTECT VICTOR TO ALL COSTS.
Los dos primeros episodios de ‘Con amor, Victor’ están disponibles en Disney+.