Damos por hecho, que a partir de una determinada edad, ya no vamos a tener más amigos. Los que hayamos cultivado y cuidado en nuetra juventud son los que nos acompañarán, si tenemos mucha suerte, en nuestra senectud. Grace and Frankie es la comedia que ha roto las barreras de todos estos estereotipos incluyendo el de que las mujeres, llegadas a una edad, deben dejarse morir.
Las hemos visto superar divorcios, aceptar que sus maridos se enamoren entre ellos, odiarse durante años y convertirse en inseparables después. En pocas palabras, las hemos visto renacer.
Han mantenido su personalidad intacta: Grace, con su altivez, martini y pijerío por bandera y Frankie con su carisma, marihuana y creencias hippies. La clave es que han sabido cómo y cuándo mezclarla aunando esfuerzos para crear la combinación perfecta de la amistad. Amoldándose la una a la otra, han conseguido montar negocios, adaptarse a la vejez y no tener que depender de su hijos y ex-maridos formando poco a poco una amistad sin barreras en la que se critican constantemente pero no dejan de apoyarse la una a la otra en cada una de sus locuras y ¿no consiste en eso la amistad? ¿en tomar margaritas hasta caer rendidas porque tu amiga te pide ayuda?
Yo me considero una mujer afortunada porque tengo muy buenas amigas. Todas y cada una de nosotras sabemos que las verdades nos las decimos a la cara pero cuidado si alguien ajeno quiere decir la misma verdad; nos lo comemos sin respirar. Así son Grace and Frankie.
Los hijos y los maridos han tenido un papel muy relevante en esta serie que ha finalizado en su séptima temporada pero las grandes protagonistas han sido ellas. Lily Tomlin y Jane Fonda, han conseguido que lloremos como si no hubiera un mañana en su despedida, porque no estábamos dispuestos a decirles adiós pese a que han cerrado la serie de maravilla. Un gran piloto y una gran season finale. No podía ser de otra manera.
Si lo recordamos, todo empezó con la disputa por esa casa de la playa que ahora es su hogar y al que nadie permiten invadir. Matrimonios y noviazgos se han roto porque la amistad entre ellas dos ha sido lo que ha prevalecido con más fortaleza. El amor y el entendimiento a esa edad (y yo me atreverá a decir que a casi a cualquier edad) entre tu mejor amiga y una pareja e incluso un hijo, no es el mismo. Siento si ofendo a alguien pero esta es mi verdad. No estoy hablando de cualquier amiga, estoy hablando de esa amiga que es tu otro yo, tu otra mitad, tu alma gemela sin vínculo amoroso sino con vínculo de amor. Grace y Frankie son almas gemelas que han conectado demasiado tarde por culpa de sus ex-maridos y han recuperado el tiempo perdido lo más rápido que han podido y sin perder ni un momento de diversión y drama. Siempre unidas.
El que me conozca un poco, sabe que yo valoro la amistad en exceso porque me llegó a una edad tardía y los amigos que tengo los cuido y mucho. Aún así, esta serie me ha dado aún más esperanzas de un recorrido más largo con la gente a la que adoro dando esos paseos por la playa y, como Grace, alejándome de las algas y diciendo burradas. Es la ventaja de la edad, decimos lo que nos salga del moño y lo achacamos a los años pese a ser consciente de lo que has soltado por tu boca.
Sin ningún género de duda, es una serie que hay que ver si te gustan las comedias de calidad, ya que los actores son soberbios. Si además entiendes que la amistad no conoce fronteras y que la edad no tiene por qué limitarnos a hacer lo que más nos guste, con quién más queremos y mejor nos entienda, debes ver esta oda a la amistad. Francamente chicas, os voy a echar de menos.
Grace and Frankie esta disponible en Netflix