En el centro, el insoector Endeavour Morse. (Fuente: ITV)
Endeavour es una serie inglesa. Y con estas cinco palabras no cabe mayor y mejor definición de la exclusiva y peculiar serie de ITV. No sé si el autor original de las novelas en las que se basa la serie, Colin Dexter, bautizó al protagonista con Endeavour en recuerdo a una de las acepciones de la palabra, esfuerzo, o bien es un soterrado homenaje al barco de uno de los navegantes británicos más ilustres, James Cook (su celebérrimo HMS Endeavour –del que le sugiero que lean su historia-), pero sea como sea, y analizando el perfil de Endeavour Morse, el protagonista, no cabe duda de que Colin Dexter bautizó al afamado y tímido detective en honor a la constancia, la tenacidad y la capacidad de superación.
Uno de los géneros más recurrentes en las series, y en la ficción audiovisual, en general, es el de detectives, thrillers, procedimentales o como deseen nombrarlos. Ésta es una serie sobre detectives muy británicos, y a pesar de que pende sobre ella cierto hilo de inocencia o un “para todos los públicos”, no se engañen. No lo es, en absoluto. Endeavour es una serie para adultos y, me atrevería a decir, que no para los gustos de todos los adultos. Me explico.
En primer lugar, por su duración. Salvo la primera temporada, que tiene cinco capítulos –el resto, cuatro-, todos los capítulos van, prácticamente, a hora y media, lo que convierte cada uno de ellos en una película. En segundo lugar, y a pesar de ser siempre thriller, no esperen acciones trepidantes, persecuciones estilo “Bullit”, tiroteos (en la tercera temporada sólo recuerdo un disparo y fue hecho en una actuación circense) con balas infinitas al estilo “Quake”, romances vertiginosos de quita y pon según vaya el capítulo, arcos argumentales de varias temporadas donde el leitmotiv se torna increíble (por no decir ridículo). Y, por último, el dónde y el cuándo que, para mi gusto es exquisito, pero entiendo que no surta la atracción necesaria para acomodarse en el sofá y zamparse una media de seis horas por temporada.
Situémonos: Oxford, mediados de los sesenta. Endeavour Morse (Shaun Evans) es un policía joven que es destinado a la comisaría de uno de los grandes centros de erudición del planeta con la idea de forjarse como detective inspector. Proviene del Ejército, donde estivo destinado en la división de señales y criptografía (lo de Morse no podía ser gratuito). Desde el principio es tutelado por el inspector Thursday (Roger Allam), con el que granjeará una relación muy especial siendo, además de su superior, su mentor y mejor amigo. La sagacidad y, también, las manías de Morse serán las herramientas con las que desentrañará los casos que sacudan la pequeña ciudad universitaria.
A pesar de haber tenido la oportunidad de disfrutar de tres de las cuatro temporadas –la cuarta y última, por el momento, caerá en breve-, esta reseña se centrará en la primera solamente. El denominador común es casi idéntico en todas ellas, pero la primera tiene el encanto del descubrimiento, de un soplo de aire fresco narrativo y de unas premisas que, lejos de tornarse repetitivas, incentivan un modus operandi rico en detalles culturales.
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El aroma victoriano que desprenden las calles y mansiones, el campus universitario, las aulas, las imponentes bibliotecas… Esa meticulosidad a la hora de jugar con la ciudad como un convidado, y no de piedra, en las historias le añade un sabor impagable. En tercer lugar, la música. Cada capítulo entronca, en función de la historia, con un tipo de música. Desde la ópera hasta el pop sesentero británico, pasando por piezas clásicas, jazz o “dudua”; ojo al compositor de la banda sonora de las cuatro temporadas, Barrington Pheloung. No digo más, sólo disfrútenlo.
Si hasta ahora Endeavour tiene ingredientes más que de sobra para prestarle atención, lo que realmente me sedujo por completo es la resolución de cada caso, de cada historia. Es un ejercicio brillante de inteligencia y cultura, sin más, donde soterradamente se rinde tributo a esa lógica “arthurconandoylediana” –toma palabro- que tanto nos gusta a los amantes del thriller y el misterio. Dicho de otro modo, no hay casualidades, ni deus ex machina low cost, ni azares detrás de la cortina ni tramoyistas con un post-it pegado en la frente. La cultura al servicio de una serie. Cada capítulo es autoconclusivo –lo que para mí es de agradecer- y aunque hay arcos argumentales que van más allá de cada capítulo e, incluso, de cada temporada, estos son plausibles, admisibles y alentadores.
Morse y Thursday.
Un dato importante. La primera temporada consta de cuatro capítulos, pero meses antes de su emisión la cadena lanzó el piloto, y que es imprescindible para poder situarse mejor en la historia. No hagan como yo, que descubrí el piloto cuando estaba a punto de comenzar el tercer capítulo de la primera temporada.
¿Por qué hay que verla? Porque es una joya, una rara avis brillante y elaborada.
Puntos fuertes: Cada historia, todas y cada una de ellas. Deliciosas.
Claves de su éxito: La fiel adaptación de los libros de Dexter, la delicada y meticulosa ambientación y unos guiones a la altura de los textos originales.
‘Endeavour’ está disponible en Filmin.