‘Monstruos SA’ tendrá su propia serie. (Fuente: Disney)
La llegada del gigante Disney al mercado del streaming ya tiene fecha marcada en el calendario, el 12 de noviembre (solo en Estados Unidos), y conforme se acerca sus competidores pueden ponerse nerviosos. Netflix y Amazon, que ahora dominan el mercado, saben que Disney+ irrumpirá con una fortaleza, el contenido infantil, que es precisamente su debilidad.
Según un estudio de Streaming Observer que publica PCMag, realizado a través de encuestas a una muestra de 602 suscriptores de Netflix, 1 de cada 5 usuarios con hijos se plantea cancelar su suscripción con el gigante de Los Gatos para pasarse a Disney+. Otros tantos piensan que se suscribirán a ambos servicios a la vez. ¿Suena a poco? Si tenemos en cuenta que Netflix cerró el primer cuatrimestre de 2019 con cerca de 62 millones de suscriptores en EEUU, 1 de cada 5 supondría la friolera de 12,4 millones de clientes que podrían fugarse. Casi nada. Y la razón parece clara: ¿quién no quiere disponer de todas las películas de Disney a un golpe de mando para verlas con sus hijos?
(Fuente: Streaming Observer / PCMag)
Pero Disney+ no solo contará con su catálogo histórico de películas, sino con una librería muy amplia de series infantiles y juveniles que ha ido produciendo durante años, desde que fundase en 1983 el canal Disney Channel. Desde las series de Star Wars, Lilo & Stitch o Phineas & Ferb a éxitos más recientes como PJ Mask, Bingo y Rolly, el nuevo Patoaventuras o Big Hero 6. La serie, pasando por las de acción real como Hannah Montana, Los magos de Waverly Place o Jessie. Eso sin contar con lo nuevo que prepare, empezando por Monsters at work, serie derivada de Monstruos SA.
Moverse en el mercado infantil es algo que Disney hace como pez en el agua. No necesitan armar un proyecto sólido en este campo porque ya la tienen, solo tienen que mover sus contenidos de un modelo de negocio (la televisión por cable) a otro (el VOD), que como pasaba antes se complementará con las salas de cine. Y lo hace mientras sus competidores aún no han cogido inercia.
Y no es por falta de intentos: Netflix ha producido ya una treinta de series infantiles que ha dado por finalizadas y tiene otro buen puñado en producción, mientras que Amazon también ha financiado casi una veintena de productos para público infantil. ¿Cuántos de esos títulos habéis visto en una mochila de camino al cole como los PJ Mask? ¿cuántos muñecos made in Netflix habéis regalado en cumpleaños o Reyes?
Sin la posibilidad de acceder a los contenidos de Disney -y con Cartoon Network Studios también fuera de juego, en manos de WarnerMedia- urge que Netflix o Amazon intenten afianzar acuerdos estratégicos (¿quizás con Viacom, propietario de Nickeloden?). Porque si bien es cierto que Netflix y Amazon han sabido crear interés en torno a sus productos adultos y establecer marcas que atraigan a los suscriptores, pelear contra los Goliath de la mercadotecnia del público infantil es harina de otro costal. ¿Quién puede hacer frente al ratón Mickey?
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