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Crítica: ‘50m²’, la comunidad y el humor son la mejor medicina para un matón en peligro

(Fuente: Netflix)

Esta crítica se ha escrito después de ver los dos primeros episodios de ‘50m²’ y no contiene spoilers.

Sombra es un hombre que prefiere las pistolas a las palabras, que vive en un casoplón con piscina y bebe (a morro) whisky para hacer más llevaderas sus noches de insomnio y sus días trabajando para un truculento hombre de negocios de Estambul llamado Servet (Kursat Alniacik). A pesar de que tiene la vida solucionada y los bolsillos llenos de dinero, a Sombra solo le interesa saber dónde están sus padres, a los que vio por última vez cuando era un niño. Fue entonces cuando Servet lo rescató de la calle y le convirtió en el hombre que es hoy y aunque es como un padre para él, la añoranza del calor familiar no le deja pensar en otra cosa.

Este es el punto de partida de 50m², la serie turca que Netflix ha estrenado esta semana, escrita por Burak Aksak y que él mismo se ha encargado de dirigir junto a Selçuk Aydemir. Con Engin Öztürk en el papel de Sombra, este thriller a veces cómico y a veces dramático narra la historia de un matón que, sorprendentemente, va a dar al lugar más inesperado, un humilde distrito a las afueras de Estambul, Güzelce.

(Fuente: Netflix)

Sombra llega allí después de perseverar en su empeño de encontrar a sus antepasados y de que en el momento más inoportuno apareciesen el Muhtar (una especie de concejal) de Güzelce, que se llama Muhtar (Cengiz Bozkurt), y su inseparable compañero Turan (Tuncay Beyazit). Ambos buscan a un joven para informarle de que su padre, con el que no tenía relación, ha muerto. Y Sombra, para no tener que responder a demasiadas preguntas, se hace pasar por él. Cuando le comunican que la tienda de 50m² del difunto pasa a ser de su propiedad se ríe de ellos, sin saber que ese destartalado lugar se convertirá en su refugio cuando todo lo que conocía hasta ese momento se vuelva en su contra.

Como si del doctor en Alaska se tratase, Sombra va a parar a un lugar que forma parte de su país y su ciudad, pero del que le separa un abismo económico y cultural. Este pequeño choque de mentalidades convierte su particular juego del ratón y el gato con Servet en un enredo familiar, en el que los miembros del vecindario se encargan de hacerle olvidar las pesadillas que lo atormentan.

(Fuente: Netflix)

Más interesada en desarrollar el poder de la comunidad a la hora de crear un sentimiento de pertenencia que en adentrarse en las desventuras del matón a sueldo, 50m² es una producción entretenida y amable que no llegará a las listas de lo mejor del año pero que sí proporcionará al espectador un rato agradable frente a la pequeña pantalla. Y si esto no es suficiente para asomarnos al universo de Sombra (que debería, porque hay cosas mucho peores en la viña del streaming) siempre queda la motivación de añadir un nuevo origen, y una nueva cultura, a nuestra lista de visionados televisivos. Si es que queda alguien que no haya visto aún una serie turca.

‘50m²’ está disponible en Netflix.

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