(Fuente: Starzplay)
Esta crítica se ha escrito después de ver los tres primeros episodios de ‘Little Birds’ y no contiene spoilers.
Little Birds lo tenía todo para ser una gran serie: una protagonista, Juno Temple, atractiva e interesante; una historia que se basa en los relatos eróticos de una autora reconocida ambientada en lugar poco frecuentado por la ficción, el Tánger de los años 50; una ambientación espectacular gracias a los paisajes y las playas de Cádiz; y una premisa que siempre despierta curiosidad como es el erotismo. Y lo único que queda de ella, después de ver tres episodios, es que es una producción ideal para los expertos en decoración y los amantes de este arte que resulta algo más complejo que copiar el catálogo de Ikea.
Temple interpreta a Lucy Savage, una joven que, tras rehabilitarse en una institución mental, abandona el hogar familiar que tanto repudia con destino a Tánger. Allí le espera Hugo, un joven apuesto que se convertirá en su esposo. Sin embargo, las cosas no salen como ella esperaba y su matrimonio hace aguas desde el primer momento. Pero es un fracaso al que tratará de sobreponerse buscando el encanto de una tierra tan desconocida como seductora.
(Fuente: Starzplay)
La premisa es francamente buena y si le añadimos que está basada en unos relatos eróticos gana enteros. Pero Little Birds tiene más de sadismo que de erotismo y eso si insistimos en buscarle una vertiente sexual. Porque sugiere más que muestra y la premisa queda desdibujada por un planteamiento que trata de contar una buena historia pero no sabe cómo hacerlo.
Compuesta por seis episodios, Little Birds llega al ecuador de la temporada a través de diálogos insulsos y tramas que no terminan de resultar interesantes. Y esto pasa porque la serie cree que va al grano, cuando en realidad lo que le falta es trasfondo para comprender la relevancia de la situación, e intenciones, para saber a donde nos llevan Savage y los personajes que orbitan a su alrededor.
Cuando el hechizo del espectacular y colorido diseño de producción termina y los episodios llegan a su fin sin dejar claras sus intenciones ni sus motivaciones, el espectador no puede evitar sentir cierta desazón. Porque no se trata de una serie que es simplemente mala, sino que se queda en algo mediocre, mostrando sus costuras y permitiéndonos soñar con lo que pudo haber sido y no es.
‘Little Birds’ se estrena hoy en Starzplay.