Michaela Coel es la protagonista de ‘Black Earth Rising’. (Fuente: BBC)
Esta crítica se ha escrito tras ver completa ‘Black Earth Rising’. No contiene spoilers.
Black Earth Rising es una miniserie de BBC que aúna aquello tan manido del continente y el contenido. En cuanto al primero, porque sus características visuales están llenas de referencias al servicio de los dramas que alberga la historia (porque hay varios); y en cuanto al segundo, porque esos mismos dramas son narrados de manera descarnada, sin concesiones y desgranando lo mejor y peor de la condición humana.
Sus ochos capítulos precisan de atención, sin distracciones y depositando los cinco sentidos en una historia que no deja a nadie indiferente. Y es que Hugo Blick (guionista, productor y director de la serie) no ha edulcorado un ápice esta ficción que en ningún caso está por debajo de la realidad, sino a su altura.
El genocidio que tuvo en lugar en 1994 en Ruanda, de la etnia hutu contra la tutsi, está considerado el peor de la historia en cuanto a tiempo y número de víctimas (cerca de un millón de muertos en tres meses). Hugo Blick (The Shadow Line, The Honourable Woman) aborda este drama sin complejos, presentando y denunciando la hipocresía occidental sobre sus antiguas colonias, el cinismo de las cortes internacionales de justicia o los gobiernos en la sombra de las multinacionales y su explotación (o expoliación) de las materias primas, pero también explora el viaje hacia los orígenes de la identidad, la tenacidad por la justicia o el compromiso de los valores a pesar del tiempo.
John Goodman es otro de los actores que participa en la miniserie. (Fuente: BBC)
Situémonos: Londres, en la actualidad. Eve Ashby (Harriet Walter), una prestigiosa abogada internacional de derechos humanos, es convocada para ejercer como fiscal en La Haya contra el General Simon Nyamoya (Dani Sapani), líder miliciano ruandés que logró acabar con el genocidio y que, en la actualidad, es acusado de crímenes contra la humanidad en el Congo. Eve tiene una hija, Kate Ashby (Michaela Coel), de etnia tutsi que fue rescatada del terrible genocidio en Ruanda en 1994, adoptada y llevada a Gran Bretaña.
Kate trabaja como investigadora legal para Michael Ennis (John Goodman), un abogado americano afincado en Londres y amigo de su madre adoptiva. Eve acepta el caso y Kate entra en conflicto con su madre: el hombre juzgado, que luchó para detener el genocidio en Ruanda, ahora se encuentra acusado de cometer crímenes contra la humanidad. El juicio contra Nyamoya desvela una red de corrupción y enhebra, a su vez, el origen de la identidad de Kate.
Black Earth Rising huye del maniqueísmo que una historia de colonialismo puede tener per se. No es una historia de blancos contra negros, no es una historia de blancos y negros, es la inveterada sintonía de siempre: seres humanos contra seres humanos al servicio de la mezquindad humana; poder, rencor, avaricia, supervivencia. Pero siempre, como poso, con la exposición y denuncia, que no juicio, de todos los personajes presos de una ambición. Como bien diría Kerensky, la ambición en busca de una causa.
Todo esto ocurre en un contexto de corrupción y encubrimientos en el que todo podría ser una amenaza. La red entretejida de abogados con ramificaciones internacionales, señores de la guerra, corporaciones multinacionales, gobiernos y opositores entronca con el viaje hacia el pasado de Kate auspiciado por la única persona que es capaz de ayudarla, Michael. La búsqueda, en definitiva, de la verdad y la justicia a través de la memoria.
Tanto John Goodman como Michaela Coel están increíbles; si bien del primero no te sorprende, la interpretación de Coel raya la brillantez. Su constante exposición al pasado que anhela y busca, aderezada con la fragilidad de su posición emocional, hace que despliegue un abanico de emociones impresionante. Algo impensable en una actriz cuyos registros han estado alejados, hasta ahora, del drama.
Por último, dos apuntes reseñables. Por un lado, la banda sonora: Leonard Cohen (el tema de los créditos iniciales), Nina Simone, The National, Jeanne Lee, Lou Reed, muy recomendable. Y por otro, las escenas de animación hechas en trazos negros y ocres, a modo de analepsis, donde se recrean los sucesos más crudos del genocidio, imbuyéndolos de un poso emocional inusual, pero demoledor.
“Cuánta más y mejor memoria, más y mejor sufres”. Cicerón.
‘Black Earth Rising’ está disponible en Netflix.
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