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Crítica: ‘Black Lightning’, el vigilante contra las instituciones

Fuente: CW

Esta crítica no contiene spoilers.

La serie Black Lightning nos llega a España a través de Netflix, pero no tiene nada que ver con el resto de superhéroes del universo de The Defenders. Es original de la CW, está producida por Greg Berlanti y está basada en un personaje de DC, pero sus creadores advierten que, al menos por ahora, no comparte universo con el resto de series de la cadena. Black Lightning va por libre.

Justo cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo en el género superheroico, llega esta serie que, a pesar de que pueda recordarnos por momentos a Luke Cage, por su firme intención de hacer crítica social de la realidad negra en Estados Unidos, nos propone un superhéroe diferente: no es un joven con problemas de identidad, ni nos muestra la clásica narrativa de origen, Black Lightning fue, una década antes de que entremos en la historia, el alter ego de Jefferson Pierce, ahora en sus cuarenta, es padre de familia y director de instituto.

Nos saltamos el origen de los superpoderes y descubrimos que Pierce guardó en el trastero el traje de vigilante por la estabilidad de su familia e intentó cambiar las cosas desde dentro de las instituciones. Se convirtió en un héroe cotidiano, líder de su comunidad y defensor de la educación como herramienta preventiva del crimen. Creía que así salvaba más vidas. Y durante un tiempo pareció que lo conseguía. Aquí hace la serie su primera declaración política, pues el tiempo en el que estuvo retirado, cuando sentía que la sociedad no lo necesitaba, coincidió con el mandato del primer presidente negro del país.

La serie traza un paralelo interesante entre sus superpoderes y el activismo político, planteando de alguna forma que cuando los abandona entra a formar parte del sistema. A través de las dos generaciones de la familia vemos dos posturas frente al problema: la primera, la que conoce el coste de la lucha de la violencia con más violencia; la segunda, a través de Anissa, su hija mayor, nos muestra una generación de jóvenes activistas, los inconformes y frustrados que gritan que el orden establecido está corrupto y se cuestionan si las marchas y las manifestaciones son inútiles.

La ciudad de Freeland lucha por mantenerse a salvo en una trinchera en medio de la violencia de las bandas callejeras por un lado y la indiferencia y brutalidad policial por el otro. Lo que propone la serie es un vigilante que ha perdido la fe en el sistema y sus instituciones (Sweet/Vicious), Black Lightning no sólo tendrá que luchar contra el crimen, la lucha más importante es contra la opresión institucional que lo mantiene.

Después de ver dos episodios, Black Lightning demuestra potencial para ser una buena serie de superhéroes, anclada en la actualidad y con elementos de drama familiar. La dinámica entre los miembros de la familia Pierce se siente natural, la relación entre Jefferson y su ex esposa Lynn, y los conflictos de sus hijas la convierten en una producción que puede interesar por igual al público demográfico de la cadena y al más adulto.

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La serie ha sido cancelada tras su primera temporadafueradeseries.com

Notas al margen

Los nuevos episodios de ‘Black Lightning’ estarán disponibles en Netflix cada martes.

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