Melissa Benoist, como Supergirl en la cuarta temporada. (Fuente: HBO España)
Esta crítica se ha realizado tras ver dos episodios de la cuarta temporada de ‘Supergirl’. Tiene muy ligeros spoilers de su trama.
Make Earth great again. Hagamos a la Tierra grande otra vez. El villano enmascarado de la cuarta temporada de Supergirl pronuncia esa frase en un mítin a pequeña escala, rodeado de personas enfadadas y asustadas ante lo que perciben como una invasión de sus vidas cotidianas, y de sus trabajos, de los alienígenas que viven como refugiados en el planeta. El paralelismo con Trump y su Make America great again, y su retórica anti refugiados y anti inmigración, es tan evidente, que resulta interesante ver cómo la superheroína de The CW decide meterse de lleno en la crítica social, algo que sus compañeros de parrilla tocan de soslayo, como mucho.
Pero Supergirl ya ha aprovechado en otras ocasiones la metáfora del inmigrante que subyace en su propia génesis, y en la de Superman. Lo hizo en la segunda entrega, cuando se mudó desde CBS y colocó como villano a Cadmus, el grupo terrorista anti alienígena de la madre de Lena Luthor. Ahora, sin embargo, parece que la serie quiere adentrarse en un terreno mucho más espinoso, con paralelismo directo con la realidad social de un país en el que se han incrementado los crímenes de odio en el último año: el sentimiento anti alienígena no es cosa de una Luthor megalómana, sino que está latente en los ciudadanos de National City. Sólo necesita una pequeña chispa para explotar.
Los dos primeros capítulos presentan precisamente esa situación. A través de los hermanos Graves y de ese misterioso hombre de la máscara metálica (que no de hierro), Supergirl introduce lo más parecido a unos fans de Donald Trump que ha hecho hasta ahora, y apunta a recuperar ese comentario social que fue lo más destacado de sus primeros pasos en The CW. Y lo que la distingue del resto del Arrowverso.
Nicole Maines es la principal novedad de la temporada. (Fuente: The CW)
Eso sí, no busquéis un tratamiento sutil de la cuestión, porque no es el modo de actuar de la serie. Sus responsables quieren afrontar la cuestión de frente y sin eufemismos. En el segundo episodio, hasta debaten sobre el papel de los medios de comunicación en la cobertura de los ataques contra los extraterrestres, un debate que también ha habido en la prensa estadounidense sobre la manera en la que se cuentan las manifestaciones de ultraderecha en los estados del sur. James Olsen defiende que hay que contar las dos versiones de la historia; Nia Nall, el principal nuevo personaje de la temporada, le replica que lo que tiene que hacer es defender a las víctimas inocentes de los ataques y que, para eso, hay que tomar partido.
Nia, por cierto, recibió en su momento mucha publicidad porque va a ser la primera superheroína transgénero de la televisión, y está interpretada por la actriz también trans Nicole Maines, pero de momento sólo la hemos conocido superficialmente. Recuerda mucho a cómo era Kara cuando empezó a trabajar a las órdenes de Cat Grant (viene recomendada directamente por ella), pero estamos aún en la fase de presentación y de integración en las tramas de su personaje.
Lo más notable del arranque de la temporada es, desde luego, la firme postura de Supergirl contra ese clima de xenofobia y racismo impulsado desde la misma Casa Blanca. El mensaje continúa siendo de unidad, esperanza y optimismo, valores que están todos representados en una Kara que apela a las mejores cualidades de sus conciudadanos humanos, pero el villano al que va a enfrentarse es mucho más difícil de erradicar. Ese miedo al otro y esa frustración por una mala situación vital son una combinación explosiva que lo acaba permeando todo.
Dependiendo de cómo evolucione la temporada, Supergirl puede estar ante su consagración definitiva. Y ante una demostración de que las historias con menos aspiraciones trascendentales pueden hablar de temas cruciales e importantes casi con más eficacia que dramas mejor considerados por la crítica.
La cuarta temporada de ‘Supergirl’ está disponible los martes en HBO España.