Esta crítica se ha escrito tras ver la temporada 2 de ‘Ciclos’ completa y no contiene spoilers.
Vuelven Jason y Nikki, la perfectamente imperfecta pareja londinense embarcados en la ardua tarea de ser padres, pero esta vez teniendo claro que será la adopción, como dejó claro al final de la primera temporada, la fórmula para conseguirlo. Apple TV+ nos regala una segunda temporada de Ciclos más entrañable, divertida y sencilla, si cabe, donde la pequeña odisea que viven ambos protagonistas es una delicia para los amantes de las comedias hechas con buen gusto, mucha ternura y un sentido del humor con un aroma maravilloso a Cuatro bodas y un funeral. ¡Qué más se puede pedir!
La primera temporada de Ciclos nos deja con la imposibilidad de Nikki (Esther Smith) y Jason (Rafe Spall) de tener hijos, así que, después de no pocas reticencias y algún que otro descalabro, apuestan por la adopción. Sin embargo, adoptar no es un proceso fácil; no basta con la intención, naturalmente, y los requisitos colocan a la pareja en más de un brete delicado donde el sentido del humor arropa y concluye con una sonrisa. A veces, lo reconozco, un tanto culpable. Si en la primera temporada el drama y la comedia se superponen constantemente, en la segunda suben la apuesta y la ternura se suma a la dupla para formar una terna que genera empatía, buen rollo y sonrisas no tan culpables.
Con un formato de ocho capítulos de treinta minutos, la serie creada por Andy Wolton y dirigida por Jim O´Hanlon (espectacular el giro de dirección del irlandés, con títulos en su haber como Marcella, Inside Nº9, Catastrophe o The Punisher, entre otros), la narración de la segunda temporada se centra en el proceso de adopción, pero trufándolo de subtramas que enriquecen la principal. Y ese es uno de los grandes logros de la serie. Entre esas tramas secundarias veremos a los padres de Jason, Sandra (Paula Wilcox) y Victor (Phil Davis), con sus enfados de matrimonio imperecedero, o la reunión donde Nikki se presenta a sus futuros suegros, que resultan sumamente entrañables; la extraña relación entre Erica (Ophelia Lovinbond) y Freddy (Oliver Chris), amigos de la pareja protagonista, donde en el primer capítulo bautizan a su hijo, pero él llega con su nueva novia; así como a la irreverente compañera de trabajo de Nikki, Jen (Robyn Cara), con sus extraños consejos y su más extraña vida. Y como colofón, la tutora encargada del proceso de adopción, interpretada por una excelsa Imelda Staunton.
Este caleidoscopio de personajes, tan peculiares como simpáticos, no es sino un reflejo de las rarezas que todos albergamos. Extrañas, quizá, cuando las vemos en otras personas, pero extremadamente normales cuando nos miramos al espejo. Y ese es otro de los grandes logros de esta serie: las historias son tan normales como las nuestras; la única diferencia estriba en el modo de entenderlas, asumirlas y encararlas. Ambientada en Camden, los personajes se mueven en un mundo asumible, son personas de clase trabajadora (ella es teleoperadora y él profesor), alternan momentos buenos y malos, viven la aceptación, pero también el rechazo. Son, en definitiva, nosotros mismos.
El tercer punto fuerte de Ciclos es la química entre los dos protagonistas. El juego de diálogos y miradas es de una sinceridad aplastante, ya sea en la adversidad del proceso de adopción o en la manera de salir de los equívocos, la sintonía entre ambos reluce en cada escena. Pero no solo entre ellos, porque el elenco de secundarios está genial. Hay un equilibrio muy medido (muy británico, me atrevería a decir) entre la pareja protagonista y el resto. Eso permite no olvidar que la historia sigue siendo la adopción, pero descargando el drama, porque es un drama, para aderezarlo con una comicidad elegante, sin caer en ningún caso en la zafiedad o el mal gusto.
Cada capítulo aborda una pequeña historia dentro de la historia. El bautizo del bebé de los amigos de Nikki, el viaje a la casa familiar de Jason, la visita a un parque donde está organizado un encuentro entre futuros padres y los niños huérfanos o, y este es el que me ha cautivado por completo, el último: boda, adopción y un equívoco maravilloso concentrado en media hora. Probablemente, los treinta minutos más deliciosos, bonitos y divertidos que he visto en mucho tiempo.
Sin ánimo de spoiler, que no es mi costumbre, les sugiero encarecidamente que le dediquen algo menos de tres horas a esta serie. Creo, sinceramente, que me lo agradecerán. Por algo han renovado la serie para una tercera temporada.
La temporada 2 de ‘Ciclos’ está disponible en Apple TV+.