Esta crítica se ha escrito tras ver los tres primeros episodios de ‘Cryptid’ y no contiene spoilers.
Un instituto, hormonas desbocadas, chaquetas high school, unos pocos nerds por aquí, unos malotes por allá, un par de amores e infidelidades. Resumido así, es el tópico de cualquier peli o serie americana de los 80, rollo teenager. Si a esto le añadimos una hermana y un hermano traumatizados por la muerte misteriosa de su madre, una inefable criatura en un lago y algunos elementos goremaniacos, ¡voilá! Ya tenemos Cryptid. Ah, se me olvidaba, pero en vez de ubicarlo en un pueblo del medio oeste americano, lo llevamos a Odenfors, un desconocido pueblo del interior de Suecia donde, cómo no, nunca ocurre nada.
El canal DARK trae a su parrilla esta miniserie de diez capítulos de unos veinte minutos de duración, basada en una idea original de Sylvain Runberg, autor de la adaptación al cómic de la saga Millenium de Stieg Larsson; creada por Daniel di Grado (un clásico de la ficción escandinava) y dirigida por David Berron (director, entre otras, de Hidden, Black Widows o Advokaten) la ficción está protagonizada por Julius Fleischanderl (Niklas), Maja-Johanna Englander (Ester), Astrid Morberg (Lisa), Beata Borelius (Tuva), Johan Henderberg (Axel), Angelina Håkansson (Petra), Deniece Ignacio Nyman (Meral), Christian Sundgren (Tim) y Oscar Zia (Sebastian), entre otros.
Un día cualquiera en el instituto. Entre sexo furtivo en un vestuario, nuevos alumnos que se incorporan a las clases y diálogos por los pasillos transcurre la jornada de Niklas. Un hecho casual le lleva a encontrarse con su amigo Sebastian, que acaba de estar en el vestuario con la pareja de Niklas, Ester. La charla deriva en un comportamiento extraño de Sebastian que acaba explotando en mil pedazos de manera inexplicable. Nadie sabe qué ha pasado pero la mayoría del instituto cree que Niklas ha sido el autor de la muerte de Sebastian. El padre de Niklas es, además, el director del centro lo que ayuda poco al propio Niklas. Su hermana, Lisa, acaba de llegar al pueblo después de pasar una temporada fuera; es una creadora gráfica cuyos diseños son de corte siniestro (no en vano su nombre artístico es Lisa Dark). Ambos hermanos no han superado la trágica muerte de su madre en el lago: Niklas sufre pesadillas y Lisa visiones que la llevan a visitar el lago de manera recurrente.
Las pesadillas, visiones, la criatura del lago y la extraña explosión de Sebastian son los ejes sobre los que gira el género en la miniserie. Sin embargo, transcurridos los tres primeros episodios la sensación que queda es la de un clásico retrato de jóvenes donde sus relaciones, lealtades o infidelidades, fracasos y aciertos son los verdaderos componentes de la narración, desdibujando el poso de género. Lo sobrenatural se segmenta de manera estudiada y eso invita seguir viéndola gracias a unos cliffhanger francamente bien conseguidos. La estética tiene un punto oscuro y frío, muy nórdico, aunque lo alterna con escenas muy luminosas y claramente ochenteras en el instituto.
El punto malvado, encarnado en la criatura del lago, aún está por descubrir. Las escasas y fulgurantes apariciones desvelan una figura que puede tener alguna referencia en la mitología escandinava, o simplemente valerse de esa referencia para la creación de un híbrido o de un elemento nuevo. Sea como sea, aún es prematuro para descubrirlo. Las interpretaciones resuelven bien, sin alardes, sus roles, con especial mención para Julius Fleischanderl y Astrid Morberg. Los veinte minutos de duración proporcionan un ritmo ágil y entretenido, y ensalzan lo que Cryptid pretende y, creo, consigue: una historia de género sin demasiadas complicaciones con pinceladas para todos los gustos.
‘Cryptid’ se emite los viernes a las 21:45h. en DARK.