Amelia, Alonso y Pacino, en el Valladolid de 1605. (Fuente: TVE)
La desmitificación de los pícaros españoles ha sido una de las constantes de El Ministerio del Tiempo desde su comienzo. Los enfrentamientos con corruptos de todas las épocas ha sido siempre una constante de las misiones de la patrulla, ya fuera un político del siglo XXI que huye al pasado o un Duque de Lerma que aprovecha su posición de valido de Felipe III para enriquecerse con la compra-venta de tierras.
Para esos “pícaros”, llegar a una posición de poder significa abusar de él en su propio beneficio, y creerse por encima del bien, del mal, de la reina Margarita de Austria-Estiria y de la sátira. Pero aunque dejar clara la catadura moral del duque (y de otros personajes como él) es un aspecto importante de Tiempo de esplendor, no es el único. Es un episodio en el que ocurren muchas cosas y que, probablemente, sea el más equilibrado y mejor logrado de la temporada desde el primero.
A partir de aquí habrá spoilers del episodio 3×05 de ‘El Ministerio del Tiempo’.
El rey Felipe III y la reina Margarita, la gran protagonista de la historia. (Fuente: TVE)
Todas las historias del capítulo giran en torno al ninguneo que las mujeres han sufrido en todas las épocas históricas. Su única valía estaba en conseguir un buen matrimonio y tener hijos, y las que osaban salirse un milímetro de ese camino no lo tenían nada fácil. La conversación entre Amelia y su madre porque ella quiere terminar de estudiar antes de pensar en buscar un pretendiente, la tristeza de la reina porque está apartada del entorno del rey, más la discusión entre Alonso y Elena porque él no entiende que ella no quiera tener niños, dejan bien claro el tema principal de la misión en 1605.
Sí, la patrulla tiene que lograr que España e Inglaterra firmen un tratado de paz que pondrá fin a una guerra que sus anteriores monarcas, Felipe II e Isabel I, lucharon durante décadas, pero es la soledad de la reina, y su frustración por no contar para nada más que para dar herederos a la Corona, lo que da la continuidad emocional a la historia. Sobre todo porque entronca con la incertidumbre con la que Amelia afronta ahora su futuro después de la muerte de Julián.
Amelia, por su parte, se afianza cada vez más como la Hermione Granger de El Ministerio del Tiempo; si no fuera por ella, el tozudo orgullo de Alonso los habría llevado al desastre en repetidas ocasiones. Pacino, por su parte, es más un hombre de acción, y también alguien más perspicaz, pero el soldado de los Tercios de Flandes parece más enrocado que nunca en sus valores tradicionales y en su anticuada idea de la honra y la gloria de España.
Podcast: ‘El Ministerio del Tiempo’: 3×04, ‘Tiempo de ilustrados’
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Pere Ponce y Víctor Clavijo saben perfectamente cómo interpretar a estos dos titanes de la literatura española. Los dos son demasiado orgullosos a veces y les gusta regodearse en sus triunfos, aunque sean pequeños, y la serie contribuye a humanizarlos. Aunque fueran grandes escritores, no dejaban de ser hombres como todos los demás.
Cervantes y Lope de Vega, resolviendo sus diferencias. (Fuente: TVE)
Su papel en la misión es un poco más secundario, pero es igualmente importante por la relación de ambos con Felipe III y con el Duque de Lerma, y ayuda a impulsar una trama en la que, además, vuelve a actuar el Ángel Exterminador, sólo que a través de ese mercenario que entró en acción en el primer capítulo.
Esa trama horizontal está desplegándose poco a poco, y en este episodio da varios saltos notables. Irene y Ernesto descubren que Marta, la compañera de Pacino en 1982, vivía bajo una identidad falsa y que tenía su propia libreta de puertas del tiempo, pero aunque avanzan en ese frente, descuidan el que puede acabar haciéndoles más daño, que es el de Lola Mendieta.
Si Alonso es demasiado orgulloso para darse cuenta de que España no es el glorioso país que juró defender, Salvador e Irene, sobre todo, lo son para ver que sus sospechas sobre una Lola que todavía no los ha traicionado pueden ser las que la empujen, precisamente, a actuar en esa dirección. ¿Es eso lo que va a ocurrir con los cuadros que ha robado?
Notas al margen
- Guiño, o puya, de El Ministerio del Tiempo hacia la moda actual de los programas de cocina y los libros de chefs con el cocinero de Felipe III queriendo publicar sus recetas. De hecho, Francisco Martínez Montiño, que así se llamaba, sí llegó a ver impreso su Arte de cocina, pastelería, vizcochería y conservería.
- Fernán Caballero, como le dice Amelia a su madre, era el pseudónimo de Cecilia Böhr de Faber y Larrea, que empezó a publicar sus novelas y fábulas para aliviar la difícil situación económica en la que se encontraba en su tercer matrimonio.
- La serie continúa tirando de Regreso al futuro para mostrar los efectos que cualquier cambio en la Historia tiene en el presente. En este caso, con la crónica de Cervantes que desaparece.
- Los encuentros de Amelia y Cervantes en diferentes épocas históricas, en los que él envejece y ella se mantiene siempre joven, han llevado a muchos fans a recordar The girl in the fireplace, un episodio de Doctor Who en el que el Doctor visita a Madame de Pompadour en diferentes momentos de su vida.
- Oskar Santos, director de este episodio, es el responsable también de las dos películas estrenadas recientemente sobre Zipi y Zape.
‘El Ministerio del Tiempo’ se emite los jueves, a las 22:40, en La 1.