Ethan Hawke protagoniza ‘El pájaro carpintero’. (Fuente: Movistar+)
Esta crítica se ha escrito tras ver el primer capítulo de ‘El pájaro carpintero’ y contiene spoilers.
Un hombre está subido en un cajón, con la cuerda al cuello, a punto de ser ahorcado frente a una multitud. Sus ojos perdidos, la frente sudorosa, el rostro ajado por las heridas y el tiempo… Mira al frente y dice: “qué país más hermoso”. Si alguien acude a la historia, correrías, andanzas y batallas del auténtico John Brown, entenderá porqué la serie de Showtime y Blumhouse, que llega a España de la mano de Movistar+ con el título de El pájaro carpintero (The Good Lord Bird), comienza así.
Ambientada en los años previos a la Guerra de Secesión norteamericana, la miniserie narra la turbulenta vida de un abolicionista que trajo en jaque a los esclavistas de varios estados del sur desde 1854 hasta 1859, cuando fue ahorcado por traición en Virginia. Hasta aquí la historia aséptica e incluso anodina; sin embargo, la miniserie creada por Ethan Hawke (que interpreta al propio John Brown) y Mark Richard (y basada en el libro de James McBride) es todo lo contrario: picaresca y épica reunidos en una suerte de relato a mitad de camino entre la novela costumbrista de protagonistas como Huckleberry Finn y Tom Sawyer, y la rutilancia del western clásico. Y todo salpicado con un sentido del humor irreverente, donde lejos de entronizar al personaje histórico, la narración busca la empatía con la causa a través del modus.
La narración nos introduce en la historia gracias al personaje de Henry/Henrietta (Joshua Caleb Johnson) cuya voz en off ambienta y explica, y ejerce de aedo superviviente, pues, muy a su pesar, las circunstancias le obligan a vivir aquello que no le hubiera gustado en absoluto. Así, desde que John Brown aparece en su vida, el espectador intuye que su vida estará salpicada de tribulaciones y vicisitudes donde el humor y el drama convivirán a cada paso que den. En la secuencia donde cobra protagonismo, John Brown libera al joven Henry de su amo (David Morse), huyendo después de una refriega; la alocada y expansiva personalidad de Brown omite que Henry es un chico y lo confunde con una chica, dándole, cuando llegan al campamento, un vestido cuya destinataria era una de las hijas del propio Brown, convirtiéndola en Henrietta y apodándola Cebollita. Rol y apodo que mantendrá.
Si una de las particularidades de la miniserie es el sentido del humor (impagable es la batalla de Black Jack, donde tienes la sensación de que la escena está escrita por los Monty Python), otra es la personalidad mesiánica y desatada de John Brown, donde Ethan Hawke está en su salsa. Trivializando ese carácter mesiánico (y cómo sus propios hijos ridiculizan sus “eternos” sermones o bendiciones, o sus particulares interpretaciones de los evangelios), y su cruzada contra la esclavitud, uno no puede dejar de cuestionarse los métodos para conseguir la abolición. El salvaje oeste, aun estando en Kansas, aflora en cada escena, y esa fórmula de tomarse la ley por su mano, tan en boga en aquellos tiempos, tiene su reflejo en nuestros días. Al final, las intenciones pueden ser las mejores, pero el modo de conseguirlas, quizás no.
El primero de los siete episodios presenta un ritmo rápido (y a veces muy alocado), con un diseño de producción muy cuidado, que nos traslada de campos de batalla a patíbulos, de senderos pedregosos a campamentos y de establos a barberías. Toda una carta de presentación de la miniserie. En el reparto están también Daveed Diggs, Beau Knapp, Wyatt Russell (como J.E.B. Suart, el general de caballería confederado), Ellar Coltrane, Hubert Point-Du, David Morse, Nick Eversman, Jack Alcott, Orlando Jones y una breve aparición de Charlie Sexton.
El porqué de El pájaro carpintero se lo dejo a ustedes.
‘El pájaro carpintero’ se emite los lunes en Movistar Series.