Leonardo Sbaraglia, como Félix. (Fuente: Lucía Faraig/Movistar+)
Julia ha desaparecido. Félix apenas la conoció durante tres días, pero se quedó completamente prendado. Al pasar el tiempo y no volver a saber nada más de ella, decide buscarla y acudir a la policía, pero nadie le toma en serio. “Pero si apenas la conoces”, le dicen. Cuantos más datos da sobre ella (es china y está completamente tatuada, por ejemplo), menos le creen a su alrededor. ¿Cómo alguien como él ha podido conocer a la mujer que describe?
Porque Félix es ingenuo y siempre piensa que las personas tienen buenas intenciones, no se le ocurre que pueda haber motivaciones ocultas o que exista todo un submundo de crimen organizado en la misma ciudad en la que vive. Pero existe, claro. Se topa con él buscando a Julia, y ahí se desencadena la serie Félix.
Creada por Cesc Gay, y concebida como una historia cerrada de seis capítulos, Félix destaca por tener un tono humorístico que, al principio, puede descolocar a los espectadores que esperen ver un misterio un poco más al uso. Su protagonista se dedica a hacer demasiadas preguntas en los sitios menos apropiados para ello, lo que lo coloca en situaciones a la vez cómicas y delicadas, más si va acompañado por su vecino Óscar (Pere Arquillué), que tiene tendencia a decir las cosas más incorrectas.
Óscar y Félix, en plena búsqueda de Julia. (Fuente: Víctor Bello/Movistar+)
Los dos viven en sus propios mundos. El de Félix está marcado por sus tendencias románticas, que le llevan a ver a Julia (la imagen que tiene de ella) en lugares donde no es posible que esté, y que lo empujan a no rendirse en su búsqueda. Es un personaje que camina siempre al filo de que al espectador le resulte cargante por su inocencia y su tozudez, y que Sbaraglia mantiene a flote dejando siempre ver su corazón.
Félix es transparente, no oculta nada. Por eso resulta atractivo para las mujeres y por eso es la persona equivocada para meterse en la trama de corrupción, blanqueo de dinero y mafias chinas que está relacionada con la desaparición de Julia. No es consciente del avispero en el que se adentra hasta que es demasiado tarde, y para entonces ha perdido la oportunidad de abandonar su cruzada. Su personalidad y la evolución que va viviendo durante la temporada son el pilar sobre el que descansa la serie.
Leonardo Sbaraglia y Cesc Gay presentan el humor y la inocencia de ‘Félix’
La serie se estrena mañana en Movistar+ con su temporada completafueradeseries.com
Mi Hoa Lee y Leonardo Sbaraglia son Julia y Félix. (Fuente: Víctor Bello/Movistar+)
Toda la serie se ajusta a ese ideal romántico de su protagonista, un ideal que se traslada a la imagen que tenemos también de Julia. Los planos en la nieve resultan muy estéticos y dan cierto aire de cuento (terrible) a lo que ocurre, además de cumplir un objetivo similar al que tenían en Fargo. La nieve da una falsa sensación de placidez, sirve para ocultar todas las miserias que Félix va a ir descubriendo, y los espectadores con él. No vamos a saber nada que él no sepa, aunque podemos inferir cosas que a él igual se le escapan.
Félix encaja perfectamente en el tipo de protagonistas que, como reconoce Cesc Gay, pueblan películas de Alfred Hitchcock como Presunto culpable o El hombre que sabía demasiado, aunque con los toques de humor de Pero… ¿quién mató a Harry? Son hombres corrientes que, por accidente, se ven envueltos en tramas peligrosas y complicadas, tramas que están totalmente fuera de su control. Félix se empeña en su búsqueda de Julia, en que le cuenten la verdad de lo que está pasando, pero también va a darse cuenta de que, como dirían los anglosajones, ha mordido más de lo que puede masticar.
La interpretación de Leonardo Sbaraglia es el centro alrededor del que gira todo. La sorpresa con la que Félix va recibiendo noticias y su obstinación casi quijotesca se complementan con el estoicismo de Ginés García Millán como su amigo Mario, policía, la impulsividad de Óscar, la presencia misteriosa de la debutante Mi Hoa Lee como Julia o un Pedro Casablanc que se sale ligeramente de los personajes que suele interpretar en estas series.
Fuente: Lucía Faraig/Movistar+
La historia de fondo que cuenta la serie acaba siendo mucho más grande de lo que parecía, pero no es lo más importante. Eso es la pérdida de la inocencia de Félix, de alguien que, básicamente, es una persona decente arrastrada a una turbia madeja de intereses y corruptelas.
Las notas de Fuera de Series:
En Fuera de Series puntuamos nuestros análisis en una triple escala de 1 a 5, inspirada en la que usa Little White Lies, en función de lo deseosos que estábamos de ver la serie (“Antes”), lo que nos ha parecido viéndola (“Durante”) y las ganas de ver más y de comentarla con más gente tras hacerlo (“Después”)
Antes: 2
A priori, cuando se anunció el proyecto de ‘Félix’, no me llamaba demasiado la atención. Otra serie de misterio, esta vez centrada en una desaparición, me resultaba repetitivo, aunque el nombre de Cesc Gay pudiera hacer suponer algún enfoque distinto.
Durante: 3
El tono de “thriller romántico” y un poco cómico descoloca inicialmente, y también lo hace la personalidad de Félix. Que sea tan naïf lo sitúa en peligro de que el espectador acabe harto de él, pero la manera en la que lo interpreta Leonardo Sbaraglia consigue que lo veamos como alguien sin malas intenciones y muy humano.
Después: 3,5
El panorama que ‘Félix’ acaba pintando en sus seis episodios reenfoca todo lo que hemos visto, nos permite asomarnos a un asunto mucho más oscuro y casi que nos alegra que lo hayamos seguido a través de los ojos de Félix, aunque él acabe llevándose un buen baño de realidad. Que la serie consiga equilibrar el thriller, la comedia y las ensoñaciones de su protagonista es muy destacable.
‘Félix’ está disponible completa, bajo demanda, en el servicio VOD de Movistar+.