San Rockwell y Michell Williams, como Bob Fosse y Gwen Verdon. (Fuente: HBO España)
Esta crítica se ha escrito tras ver los dos primeros episodios de ‘Fosse/Verdon’ y no contiene spoilers.
“Ahora que me has visto hacerlo parece que es muy simple, pero no puedo hacerlo yo sola”. Este verso forma parte de una de las canciones de Velma Kelly en Chicago, musical que Bob Fosse dirigió en Broadway en 1975 y que se convirtió en uno de esos clásicos contemporáneos de los que se montan revivals cada dos por tres y tuvo una versión cinematográfica que ganó el Oscar a mejor película en 2002. Para que aquel musical pudiera simplemente estrenarse en Nueva York hacía falta el trabajo conjunto de Fosse como director y coreógrafo, de Chita Rivera, Gwen Verdon y Jerry Orbach como protagonistas principales, de John Kander y Fred Ebb como compositores de las canciones, de los eléctricos, el cuerpo de bailarines, etc.
Una obra de teatro es un trabajo de equipo, igual que lo es una película o una serie, y Fosse/Verdon quiere recordárnoslo desde su primera secuencia. Sí, cuenta buena parte de la vida de Bob Fosse, que también dirigió para el cine Cabaret, entre otras, pero se esfuerza por puntualizar que, aunque él acabara encumbrado como un visionario de la danza, nunca podría haberlo conseguido solo. Y que Gwen Verdon, una estrella de por sí que fue su esposa entre 1960 y 1971, resultó instrumental en ello.
Esta miniserie de FX, que HBO España estrena hoy, es muy consciente de que el nombre y la figura de Fosse tienen cierto estatus que puede vampirizar los logros de Verdon, alguien que ganó cuatro premios Tony a lo largo de su carrera, así que intenta equilibrar la importancia de ambos. Si el primer episodio se centra más en él, el segundo lo hace en ella, y en ambos se mezclan pasado y presente para ayudarnos a comprender por qué los dos eran como eran y, sobre todo, por qué acabaron juntos.
Ese interés de Steve Levenson, Joel Fields y el resto de productores (que incluyen a dos de las mentes detrás de Hamilton, Lin-Manuel Miranda y Thomas Kail) por reivindicar al mismo nivel la figura de Verdon ayuda también a poner en perspectiva uno de los comportamientos más problemáticos de Fosse, mujeriego que engañó a su primera esposa con Verdon y que luego engañaría a ésta con jóvenes bailarinas y hasta con la intérprete del rodaje de Cabaret en Alemania.
La desmitificación de los ídolos es un enfoque más interesante para un biopic que el mero cantar sus alabanzas. Fosse se aprovechó de su posición de poder para ligar con aquellas chicas que aspiraban a formar parte del elenco de sus musicales, también encadenaba un cigarrillo detrás de otro y estaba enganchado a los barbitúricos, y al mismo tiempo no había dudas de su genialidad a la hora de insuflar nueva vida a las coreografías para el teatro y el cine. En los 60 y los 70 nadie vería con malos ojos esos comportamientos; en 2019, es imposible eludir, como mínimo, una discusión al respecto.
Que Fosse/Verdon nos deje ver la propia genialidad de ella es uno de sus mayores logros. También está entre sus virtudes la manera en la que se muestra cómo colaboraban los dos profesionalmente; Fosse tenía grandes ideas, pero no sabía “aterrizarlas”, y era Verdon quien las traducía a términos que los actores y bailarines comprendieran más fácilmente. Ambos se retratan también como meticulosos y, aunque intentaran separarse, había algo que los terminaba uniendo (y que no era solo su hija Nicole, una de las productoras de la miniserie).
El arranque puede descolocar inicialmente porque tampoco se molesta en explicar demasiado quién es quién en cada escena (hay una gran fiesta en el primer capítulo que es un buen ejemplo de ese enfoque de meter al espectador directamente en su mundo), y también es cierto que, pese a su estructura poco convencional, al final existe el riesgo de que sea un biopic muy canónico, pero las interpretaciones de Sam Rockwell y Michelle Williams merecen mucho la pena. Los dos transmiten las contradicciones de sus personajes, sus virtudes, sus defectos y la conexión entre ellos de un modo que ancla perfectamente todo lo que ocurre a su alrededor.
(Fuente: HBO España)
Para quienes sean fans de las historias que llevan a las bambalinas del cine y el teatro, Fosse/Verdon les va a dar todo lo que buscan. Y quienes echen de menos Feud también van a encontrar algo para ellos. El esfuerzo por situar a sus dos protagonistas al mismo nivel es lo más destacado de ella, y aunque Bob Fosse acaba cayendo en el arquetipo del genio problemático, la historia de ambos es suficientemente interesante.
Y la música y el baile son fantásticos, lo que es de agradecer si se van a mostrar los entresijos de Cabaret o de Chicago.
‘Fosse/Verdon’ está disponible todos los miércoles en HBO España.
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