Helena (Adriana Urgarte) en una imagen del segundo episodio. (Fuente: Netflix)
Esta crítica se ha escrito tras ver los dos primeros capítulos de ‘Hache’ y no contiene spoilers.
La historia de Hache es la de las ciudades portuarias de postguerra. La de aquellos que encontraron en la noche y en el vivir al margen de la ley una forma de escapar de la realidad, o de salvarse de ella. Es una narración que ya hemos escuchado antes y que no por ello deja de ser interesante; la música prohibida, el tráfico de drogas y el dejar cadáveres a su paso. Y el próximo 1 de noviembre la podremos ver en Netflix.
La de Verónica Fernández y Jorge Torregrossa habla permanentemente del franquismo sin necesidad de que el caudillo sea mencionado. No hace falta. Basta con ver lo que dejó a su paso una guerra que destrozó el territorio. Es acabar en la cárcel al menor altercado y que tu mujer tenga que hacer lo indecible por sacarte de la Modelo. Pero sobre todo es la narración de esa Barcelona que Le Corbusier visitaría y propondría destruir y dejar una tabula rasa sobre la que pintar una nueva ciudad.
Es hambre, enfermedad, armas y peligro. El caldo de cultivo perfecto para una organización mafiosa que trata a sus trabajadores como esclavos y a sus esclavas como carnaza.
Malpica (Javier Rey) en el Albatros, el lugar donde todo es posible. (Fuente: Netflix)
Rodada entre Barcelona y Manresa, cuenta con abundantes secundarios de renombre, muchos de ellos habituales de la televisión pública catalana y que le dan un acento y un poso local. Es de esas producciones donde constantemente señalas a la pantalla al recordar actores del pasado televisivo que habita nuestras memorias. Es una serie que respira puerto, frontera y estraperlo, explicando la posición de la ciudad condal en la entrada de heroína en España de los años 60.
Todo sucede alrededor del Albatros, ese club nocturno a la americana con cantante venida de Nueva York y capo patrio. Como una buena peli americana, pero donde las chicas de pueblo sueñan en pequeño y con mucha hambre. Su arranque se devora. Todo lo que enseña lo conocemos de películas, de novelas. No se necesitan más que cuatro pinceladas para entender de qué nos hablan, y sin embargo lo hace con un aire distinto, con una mezcla que en cualquier momento dejará los brilli-brilli y te llevará a una calle estrecha del barrio chino donde te metan una puñalada.
Hache es agonía por tener algo mejor, por no poder huir del todo y abandonar a los tuyos, por haber venido a una ciudad industrial huyendo del hambre y haber topado con más desgracia. E insalubridad. Y enfermedad.
Es una novela negra llevada a la pantalla, donde el elenco está muy bien y sus protagonistas aún mejor. Con un agente Vinuesa (Eduardo Noriega) al que dan ganas de sentar en una mesa y hacerle hablar de lo que ha podido llegar a ver, un Malpica (Javier Rey) al que no sabes si temer u odiar y una Helena (Adriana Ugarte) a quien deseas abrazar para que chille con rabia e impotencia. A mí me han convencido desde el primer momento.
‘Hache’ se estrena el próximo 1 de noviembre en Netflix.