(Fuente: Atresmedia)
Esta crítica se ha escrito después de ver el primer episodio de ‘La cocinera de Castamar’ y no contiene spoilers.
Madrid, 1720. El Duque de Castamar tiene preocupada a la corte de Felipe V porque lleva un año sin salir de su palacio. Su madre, Doña Mercedes, tampoco ve con agrado que se resista a recuperar su vida social y teme que pierda el favor del rey y, con ello, que su ascenso en la corte se detenga. Para romper con esta rutina decide hacer una gran fiesta, a la que también acudirán los reyes, con la intención de animarlo y de que recupere el contacto con sus amigos. El duque no recibe con entusiasmo esta decisión pero se resigna a asumir, al menos de cara a los demás, que es el momento de abandonar el luto por su mujer fallecida en un trágico accidente.
En ese momento, la planta baja del palacio también está experimentando cambios ya que, a pesar de que no ha recibido la aprobación del ama de llaves, una joven cocinera se incorpora al extenso plantel de la hacienda. Ella es Clara Belmonte, la bella e inteligente hija de un prestigioso médico fallecido en el frente, que sigue soltera. Entre otras razones porque, desde la muerte de su padre, sufre agorafobia y apenas sale de casa.
(Fuente: Atresmedia)
Con este punto de partida arranca La cocinera de Castamar, la producción de Atresmedia y Buendía Estudios que adapta la novela homónima de Fernando J. Múñez. Se trata de un drama histórico centrado en la corte madrileña en el que el romance, la venganza y la intriga son los ingredientes principales. Porque, como es habitual en los salones de postín en el que los vestidos de época se mezclan con los uniformes de los criados, los amores sufridos y los enfrentamientos entre personajes educados para aparentar son el motor de una narrativa que siempre está dispuesta a sorprender y agradar al espectador.
Y La cocinera de Castamar lo consigue gracias a un desarrollo ágil, una ambientación que no ha escatimado en detalles y unos personajes prometedores. Aunque, a primera vista, pueda parecer que el desenlace de la historia esté claro, la producción introduce elementos que consiguen distraer al espectador y hacerla menos previsible. Y aquí cabe todo, desde los pectorales de Maxi Iglesias a las intrigas palaciegas que se racionan con acierto y, a primera vista, no revelan con claridad como terminarán.
(Fuente: Atresmedia)
Con Roberto Enríquez en el papel del duque de Castamar y Michelle Jenner como Clara Belmonte, en el reparto de esta producción rodada en emplazamientos como el Palacio de Riofrío o el Palacio de Linares también encontramos a Hugo Silva, en el papel de Enrique Arcona, el Marqués de Soto, Fiorella Faltoyano como Doña Mercedes o el mencionado Maxi Iglesias interpretando al Conde de Armiño, Francisco Marlango. Por su parte, Silvia Abascal será la encargada de ponerse en la piel de la Reina Isabel de Farnesio, la segunda esposa de Felipe V y su principal apoyo en los momentos más difíciles.
Compuesta por 12 episodios, en su arranque La cocinera de Castamar es una producción atractiva que hará las delicias de las lectoras de la novela, pero también de los aficionados a las series de época. Y aunque por delante queda mucho metraje, la primera impresión que deja esta vistosa recreación histórica es casi tan buena como el estreno de Clara en las cocinas de Castamar. Que no es poco.
‘La cocinera de Castamar’ se emite los domingos en Atresplayer Premium.