Yago Costa (Francesc Garrido) protagoniza ‘La Sala’ junto a Sara Sibilio (Natalia Rodríguez). (Fuente: Isla Producciones)
Esta crítica se ha escrito tras ver la temporada completa de ‘La Sala’. No contiene spoilers.
Yago Costa es de esos policías secos que lo mismo mueren por honor que matan por lo mismo. Es una imagen clásica de hombre caballeroso con costumbres de otro tiempo y educación exquisita. No grita, apenas se violenta y se muestra impertérrito ante las desgracias. De casa se sale llorado, supongo. Mucho de lo bueno que tiene La Sala, que ha estrenado HBO España, nace de ese hacer de un modo antiguo, pero también mucho de lo malo. Tras un protagonista arrollador y con el que es muy fácil empatizar al momento se encuentra un coro menos estimulante, con clichés, bromas de mal gusto y de un entorno policial que debería recordarnos a otros tiempos. En ocasiones parece que estás viendo una serie que no ha sido estrenada en el momento que le corresponde, y es una lástima.
La Sala es la historia de un disparo. Yago Costa, en un momento incomprensible, arremete contra su compañero. En frío, a la cara y en contra de todo lo que pudieras pensar que le pega. A lo largo de los capítulos se desentraña el enredo que lo ha llevado hasta allí. Es de esas narraciones que sabes que encierra trampa, que te están llevando por donde desean para que veas sólo el cuento que te quieren contar. Pero es una estrategia que se ve al momento, lo que no hace que uno se sienta engañado.
Ese ir soltando el hilo a poquitos está bastante bien medido, y lo cierto es que tiene un primer episodio potente que recuerda a las buenas tramas contadas hace algún tiempo, donde se perdonaba el abuso de ciertos estereotipos porque es el momento que se vivía. Ahora también yo se los perdono, porque pesa más un Francesc Garrido en un papelón que se disfruta a cada momento. Y porque nos está contando una historia de prostitución y de corrupción. De la cutre, de la que salta de la escala del trapicheo callejero a los grandes despachos en muy pocos pasos y, en ese contexto, entiendo que los roles que se juegan son de todo menos modernos y cosmopolitas.
Por lo demás es una historia de policías más bien solitarios, de crímenes que apestan y de investigaciones que te persiguen a lo largo del tiempo porque no consigues ni desenmarañarlas ni olvidarlas. Podrían haber hecho con ella una serie eterna, de tres, cuatro temporadas en la que en cada capítulo vemos un procedimental donde te enseñan al final una pequeña pieza del puzzle. Eso ya lo hemos visto muchas veces y sabemos que puede funcionar. Pero se ha optado por algo más arriesgado y que hace que o se hable de ti sin parar durante un mes o se te olvide. Y agradezco el riesgo.
Porque La Sala es intensa, prescinde de mil cabos anejos que no serían más que ruido para ir directamente a explicar la historia que quiere contar. Es directa, concisa y llena de contenido. Y se debe reconocer el mérito de hacer una miniserie así. Pese a que a veces todo se reduce a llevarse a la hembra y tiene una mirada algo antigua, la historia que cuenta tiene interés, el pulso escogido atrapa y ojalá tuviéramos cada año una historia negra semejante en la industria española de la que poder hablar.
‘La sala’ está disponible en HBO España.
‘La Sala’ o cómo financiar una serie sin un canal de televisión detrás
Aunque puede verse en HBO España, se trata de una ficción que nace del esfuerzo de tres productorasfueradeseries.com