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Crítica: ‘La serpiente’ es tan seductora y adictiva como su terrorífico protagonista

(Fuente: Netflix)

Esta crítica se ha escrito después de ver los tres primeros episodios de ‘La Serpiente’ y no contiene spoilers.

Cada vez que veo una serie de televisión que se basa en un asesino en serie real me imagino que, para hacerla posible, ha hecho falta alguien trabajando en una oficina poco iluminada y con muchas pestañas abiertas en el buscador de su ordenador, cuya dedicación profesional es encontrar criminales con historias increíbles perfectas para convertirlas en producciones serializadas. Y, siguiendo con la fantasía, visualizo a quién rescató de las hemerotecas al protagonista de La Serpiente dando saltos de alegría, preguntándose cómo no se le había ocurrido a nadie antes.

La felicidad de este entregado buscador, aunque paradójica por el rastro homicida implícito, es comprensible. Porque la serie que llega hoy a Netflix tiene como protagonista a un hombre frío, pero seductor, que se cobró más de una docena de víctimas en los años setenta en varios países asiáticos. Esa época y ese lugar al que los occidentales llegaban buscándose a sí mismos y muchas veces no los volvían a encontrar. Porque Charles Sobhraj se había cruzado en su camino, mostrándose como un tipo amable que les iba a echar una mano o a invitarlos a su fiesta, cuando en realidad lo único que quería era acabar con ellos para quedarse con su dinero y sus pasaportes.

Compuesta por ocho episodios, La Serpiente es una producción de BBC que, como es propio de la cadena británica, no escatima en localizaciones espectaculares, escenarios cuidados hasta el mínimo detalle y un vestuario a la altura de las circunstancias históricas. Su narración es algo menos espléndida, y el continuo viaje temporal de sus tramas puede llegar a ser desesperante y algo confuso. Pero la historia que cuenta es tan seductora como su protagonista y resulta complicado apartar la vista del trasiego viajero y criminal que propone.

(Fuente: Netflix)

La historia comienza en Bangkok en 1975, donde Sobhraj, que responde al nombre de Alain (Tahar Rahim), es un conocido comerciante de piedras preciosas y vive con una guapa canadiense, Monique (Jenna Coleman). En realidad, la joven se llama Marie-Andrée Lecrec y, como las víctimas que verá caer ante sus ojos, ha visto en Alain a un hombre que puede darle todo lo que necesita: una vida despreocupada en un lugar paradisíaco. Mientras descubrimos el modus operandi del terrorífico criminal la historia también nos presenta a Herman Knippenberg (Billy Howle), el tercer secretario de la embajada holandesa en la ciudad, que un día recibe una carta de los familiares de dos jóvenes de los que no tienen noticias desde hace dos meses. Esta será una inesperada interrupción en su rutinaria vida de informes y formularios, que tratará de resolver con todos sus esfuerzos, a pesar de la negativa del embajador.

Alain y Herman tienen en común una intensa pasión, pero con intereses muy distintos. El primero solo quiere seguir manteniendo su tren de vida luchando contra la mentalidad occidental que repudia. El segundo se convierte, involuntaria pero conscientemente, en un detective que no está dispuesto a dejar que su plácida vida en el paraíso le haga olvidar que su trabajo también es ayudar a los demás.

(Fuente: Netflix)

Esta dualidad narrativa hace de La serpiente una especie de Mindhunter metido en la atmósfera de los primeros episodios de Wild Wild Country. Porque Herman, además de parecerse físicamente a Holden Ford (Jonathan Groff), se implica hasta la médula en una historia que va a llevarle a lugares demasiado oscuros en un territorio que apenas conoce. Y aunque no le faltarán aliados, entre ellos su mujer, su compromiso se convertirá en su perdición.

Alain, o Sobhraj, es el protagonista y el culpable de esta producción, pero Herman y las historias de las víctimas que se narran en cada episodio hacen de La Serpiente una serie más humana y soportable. Tal vez se le pueda achacar que indaga poco en las razones del criminal, y a veces solo sea una fría y mortífera máquina, pero son todos aquellos que están a su alrededor los que de verdad consiguen que el espectador quiera saber más de esta inquietante historia. Aunque solo sea porque sus vidas también pueden estar en peligro.

‘La Serpiente’ está disponible en Netflix.

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