Miquel, el novio controlador de Nora. (Fuente: Movistar+)
Esta crítica se ha escrito tras ver completa la tercera temporada de ‘SKAM España’.
Una de las historias de la SKAM noruega que los fans estaban deseando ver en su remake español era la que centraba allí la segunda temporada, la de Noora y William. Esos dos personajes son Nora y Alejandro en SKAM España y sus seguidores querían ver su noviazgo, una relación que derivaba hacia la posesión, el control, los celos y cómo ella se daba cuenta poco a poco de quién era realmente aquel chico. Sin embargo, a veces daba la sensación, por cómo los fans se obsesionaban con ese “Norandro”, de que se estaba romantizando un poco lo que en esencia era una relación tóxica, algo que SKAM España quería evitar.
Así es como entró en escena Miquel y así es como la tercera temporada de la serie ha dado una lección en la construcción de un personaje como él y de una relación en la que comprendamos por qué Nora, que siempre ha sido la más feminista del grupo y la que tenía las ideas más claras, cae en sus redes sin darse cuenta. Porque, aunque nos empeñemos en juzgarlo todo en términos categóricos y definitivos, la realidad no siempre es así. Si Miquel fuera desde el principio un machista posesivo, Nora habría huido de él al instante, pero Miquel se presenta como un tipo razonable, simpático, que quiere compartir con ella cosas que le parecen estupendas.
La trampa es que, al mismo tiempo, es patológicamente inseguro y celoso. En realidad, no sabe cómo relacionarse con Nora ni confía en ella. Lo que él entiende por amor es dedicación exclusiva, y todo lo que se desvíe de eso, cualquier contacto con el mundo exterior a la relación, es una amenaza porque, en el fondo, Miquel cree que es inferior, y reacciona de manera exagerada y dañina.
La última conversación entre ambos, ese “lo último que quiero es hacerte daño. — Ya me lo has hecho” resume bien lo que él cree que está haciendo y lo que ha hecho en realidad. Y SKAM España deja muy claro que Nora no tiene la culpa de lo que le ha ocurrido; es Miquel quien tiene un problema.
(Fuente: Movistar+)
No ha sido fácil ver cómo Nora iba quedando anulada y aislada poco a poco, pero ahí ha estado el quid de la temporada. Con la excusa de que lo quiere, va a aceptando cada vez más condiciones en su relación; a su alrededor, todo el mundo cree que Miquel es un tío genial (un trozo de pan, lo llama su hermana Emma), por lo que Nora todavía va cayendo más y más. Y una cosa que ha hecho bien la serie es no incluir actos violentos. Sí hay agresiones verbales, pero no físicas, algo que habría llevado la temporada por unos derroteros mucho más complicados. Ni siquiera hay pelea en la fiesta, cuando Jorge está seguro de que Miquel le ha estropeado la mesa de mezclas.
Quizás se habría roto el naturalismo con el que todo está presentado si se hubiera entrado en esa deriva. Se opta por mostrar una situación mucho más habitual y que va al corazón de ciertas ideas equivocadas de lo que es el amor que consideran que, si no es celoso, es que no te quiere de verdad. Ya vemos adónde llegan los celos de Miquel.
Lógicamente, la situación de Nora ha ido adueñándose de la mitad final de la temporada aunque Viri haya compartido el protagonismo. El principio de la entrega tuvo un estupendo retrato de la situación en su casa, con su padre como parado de larga duración y su madre sacando adelante a la familia, y los sentimientos de vergüenza, impotencia y culpa que despierta en la joven. Después, ese protagonismo de Viri se ha ido transformando en un espejo en el que el reflejo de la relación de Nora con Miquel aún hace destacar más su disfuncionalidad.
Hugo puede ser un poco torpe acercándose a Viri y puede tener una actitud vacilona muy de la adolescencia. Contrasta con Miquel en que no hace que la relación gire en torno a él. Tiene cosas que aprender aún, por supuesto, pero los grandes gestos románticos de Miquel, al final, denotan su egocentrismo, algo que no está presente en Hugo.
En SKAM España siempre se ha buscado ofrecer soluciones y retratar una situación en toda su complejidad. Y también se construye sobre lo que se ha visto en las temporadas anteriores. Si Nora fue uno de los grandes apoyos de Eva en la primera entrega, esta tenía que ser quien más se preocupa por Nora ahora. Y vimos lo complicada que podía ser la relación entre Cris y Joana por el TLP que sufre la segunda, pero también que ninguna de las dos es posesiva. Y que la gran fortaleza de todas las chicas es contar con el apoyo de las demás. Cuando Nora y Viri deciden abrirse por fin a ellas es cuando pueden darle la vuelta a sus situaciones respectivas.
La serie de Movistar+ puede pasar un poco más desapercibida para el gran público porque es de adolescentes y su modo de emisión es un poco diferente del habitual, pero ha demostrado con su tercera temporada que es una de las ficciones nacionales con las ideas más claras, de las que mejor sabe lo que está haciendo, lo que quiere contar y cómo.
Miquel, el “villano” que no lo parece de ‘SKAM España’
La tercera temporada sitúa a Nora ante un chico idealmente perfecto que esconde un lado oscurofueradeseries.com
‘SKAM España’ está disponible en su página web y en el servicio de VOD de Movistar+.