Kiernan Shipka es Sabrina Spellman. (Fuente: Netflix)
Esta crítica se ha escrito tras ver tres episodios de la primera temporada de ‘Las escalofriantes aventuras de Sabrina’ y no contiene spoilers.
En algunas culturas, como la de Estados Unidos, la llegada de las adolescentes a los 16 años (en Latinoamérica a los 15) se celebra tradicionalmente como el paso simbólico hacia la madurez. En el caso de Sabrina Spellman, esta fecha marcada tiene un sigificado mayor porque, al ser hija de una humana y un brujo, deberá decidir si a partir de ese momento continúa su vida como simple mortal o se entrega al Señor Oscuro de la Iglesia de la Noche.
El 26 de octubre llega a Netflix la primera temporada de ‘Las escalofriantes aventuras de Sabrina’, el mismo día que empieza la historia en el universo de la serie, fecha en la que su protagonista se prepara para la celebración de su cumpleaños número 16, su Bautismo Oscuro, que será el día de Halloween, en el que habrá un eclipse de luna roja.
(Fuente: Netflix)
De puertas para adentro, Sabrina convive con la brujería en casa de sus tías Hilda y Zelda, y junto a su primo Ambrose; fuera, Sabrina ha vivido hasta ese momento las aventuras de instituto de chica de su edad, incluido su primer amor. Ha aprendido a convivir con esa dualidad, pero cuando llega el momento de elegir, y comprende que en realidad no tiene la opción de hacerlo, se rebela. Sabrina quiere tener poder, pero también libertad. Sabrina quiere tenerlo todo. Y sabe que tiene derecho.
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(Fuente: Netflix)
Si buscáis una nueva versión de la historia de La bruja adolescente que interpretó Melissa Joan Hart, aquí no la vais a encontrar. A cambio, el título Las escalofriantes aventuras de Sabrina, da lo que promete: es una historia oscura, con sangre, muerte y magia negra que enfrenta a su protagonista a grandes dilemas y a un juego de poderes superiores que la ven como un instrumento.
Los fans de Riverdale se sentirán (nos sentiremos) como en casa por el uso de una paleta artificial de color que le da a la fotografía un toque muy personal. Desde la primera escena entramos en Greendale y sabemos que no puede ser otro pueblo cualquiera, es un universo propio en el que la ambientación parece a veces anclada a otra época, pero cuyas referencias a la cultura popular nos recuerdan que es contemporáneo al nuestro.
(Fuente: Netflix)
Desde el primer episodio se plantea un misterio con relación a sus padres y un uso activo de la brujería que deriva al lado más siniestro; el viaje de Sabrina se intuye emocionante, pleno de desafíos y solo puede verse mermado por la necesidad de la serie de mantener forzozamente un desarrollo de las tramas del instituto.
La lucha en el lado oscuro funciona como metáfora de la vida de Sabrina en lo relacionado a tomar sus propias decisiones, incluidas las relacionadas con su propio cuerpo, pero en los primeros episodios a la serie aún le falta encontrar la forma de que los conflictos de la vida de instituto y los de la lucha contra el mal despierten el mismo interés. Los conflictos de sus amigas son relevantes y potentes, tienen todo mi interés, pero a la pócima dramática aún le falta algún ingrediente para ser perfecta.
(Fuente: Netflix)
De todas formas, la Sabrina de Kiernan Shipka lo tiene todo para convertirse en la Buffy Summers de una nueva generación. Empiezan con la misma edad, en medio de una lucha entre el bien y el mal, se les exige sacrificio; y el feminismo que caracterizó a aquella joven cazadora de Sunnydale, que se enfrentó a las leyes escritas por los varones, encuentra aquí a una heredera que tiene marco teórico y consciencia social interseccional.
La serie tiene todo el potencial para embrujarnos con sus artes oscuras, lo que seguimos echando de menos (por ahora) es escuchar la voz de Salem.
La primera temporada de ‘Las escalofriantes aventuras de Sabrina’ se estrena completa el 26 de octubre en Netflix.