Lorena Bobbitt y Lorena Gallo. (Fuente: Amazon)
Esta crítica se ha escrito después de ver los cuatro episodios de ‘Lorena’ y no contiene spoilers.
Hay nombres y sucesos que pasan a formar parte de la cultura popular y se quedan para siempre en el imaginario colectivo. Con ellos, muchas veces ocurre lo mismo que cuando nos quedamos con un titular y no leemos el artículo: sólo tenemos una idea básica de lo que ocurrió. Eso es lo que pensamos al ver la serie documental Lorena de Amazon Prime Video.
A todos nos suena el nombre de Lorena Bobbitt, la recordamos como la mujer que le cortó el pene a su marido; eso es lo único que sabemos realmente de ella y del caso que se convirtió en un fenómeno mediático y en objeto de todas las bromas en los años 90. Desde mi experiencia personal, confieso que yo no sabía nada más. En cuatro episodios, el documental dirigido por Joshua Rofé, y producido por Jordan Peele, lo cambió todo.
Me pasó con Lorena lo mismo que después de ver O.J.: Made in America, el documental ganador del Oscar y del Emmy hace unos años; y no es solo por una cuestión geográfica o por la edad que teníamos en aquel momento. Ambos casos traspasaron fronteras, dominaron titulares y han sido referenciados tantas veces, que hemos terminamos creyendo que sabíamos algo, pero en ambos nos faltaba contexto.
Lorena y John Bobbitt, el día de su boda. (Fuente: Amazon)
Esa información que permite ver las cosas desde otra perspectiva tampoco la tuvieron en su momento quienes siguieron diariamente el desarrollo de los hechos. La verdad que nos revela Lorena es mucho más complicada, devastadora y desagradable que la versión reduccionista de la época. Y lo que deja al descubierto es la problemática de la desprotección de las mujeres ante el abuso de sus parejas, algo que no estaba contemplado por la ley, y ni siquiera era considerado como posible por la sociedad.
Lorena pone el dedo en la llaga para señalar a los medios de comunicación, a los que les pareció más importante John Bobbitt que la mujer de la que abusaba regularmente, una joven de 22 años, e inmigrante latinoamericana, que en su momento fue objeto de todo tipo de comentarios racistas y misóginos.
Es espeluznante ver y escuchar a personas como Howard Stern o Charlie Rose decir y hacer auténticas barbaridades al abordar este caso, o ver los cortes de monólogos de humoristas famosos. Os retorceréis en el sofá al escuchar las declaraciones de todas esas personas con tanto poder mediático banalizando el asunto hasta límites insospechados.
Lorena, durante su juicio en 1994. (Fuente: Amazon)
También lo haréis al ser testigos de los momentos del juicio en el que Lorena describe con detalle, a petición de los abogados, las situaciones de abusos, violación y humillaciones a las que fue sometida por el que era su marido. Esos fragmentos producen mucha incomodidad y los responsables del documental no intentan suavizarlos con cortes de edición.
Como serie documental, Lorena no es perfecta; algunas recreaciones se sienten innecesarias y echo de menos alguna entrevista a los humoristas que explotaron el tema en la época, pero con estos cuatro episodios, Lorena reclama el derecho de contar su propia historia y revela asuntos sociales muy relevantes.
Revisitar su caso con ojos de 2019, como es de esperar es interesante, pero también incómodo, porque se siente dolorosamente actual. No sólo por la consciencia social y la conversación que se ha despertado con el movimiento #MeToo; incomoda particularmente en España, donde la Ley de Violencia de Género encuentra tantos detractores y convive con falsos mitos.
‘Lorena’ está disponible en Amazon Prime Video a partir del 15 de febrero.
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